El argentino que fundó La Nave del Espacio, el circo "sostenible" de Vejer en busca del triple salto mortal

Guillermo Hunter fundó en 2006 un proyecto por el que dejó el bullicio de Madrid para venir al sur y cambiar radicalmente su vida: huertos, energía renovable y una iniciativa cultural que busca crecer pese a los obstáculos

Guillermo Hunter en el espacio para ensayar de 'La nave del espacio' en Vejer.
Guillermo Hunter en el espacio para ensayar de 'La nave del espacio' en Vejer. MANU GARCÍA

No se vayan todavía, aún hay más. Más difícil todavía, el triple salto mortal en el considerado mayor espectáculo del mundo, el circo, es a día de hoy sobrevivir. Si la cultura es el último eslabón de la cadena de intereses de las administraciones públicas, el circo puede ser uno de los últimos dentro de los apoyos que reciben las artes. Guillermo Hunter nació en Argentina y vino a España en 2006. Su proyecto es tan loco y atrevido que para él tiene todo el sentido del mundo.

Desembarcó en Madrid al término de sus estudios de Educación Física y en la capital española cursó los de Antropología, completando también un máster de investigación en esta misma carrera. Sin embargo, su gran pasión era el circo y tuvo la oportunidad de empezar a trabajar como profesor en la Escuela de Circo de Madrid, donde continuó su periplo circense que previamente le llevó a girar por todo el mundo. En cambio, en una nueva pirueta imposible en su vida, ha acabado dando con sus huesos en La Muela, pedanía de Vejer, en La Janda gaditana.

En 2016 fundaría junto a otros compañeros el Espacio de las Artes, una cooperativa dedicada a promover la cultura en todas sus formas y que cuenta con La Nave del Espacio como uno de sus diversos proyectos. Pese a nacer en Madrid antes de la pandemia, este artista de 43 años se lo trajo al sur, una tierra que, como reconoce a lavozdelsur.es, "me ha enamorado".

"A argentina ya solo voy a visitar", comenta, agregando que "mi compañera es andaluza, mi hijo tiene a sus abuelos en Sevilla... este es el lugar perfecto para vivir". Y es que el cambio del bullicio de la gran ciudad a la tranquilidad y el sosiego del campo fue "un acierto absoluto" a su juicio".

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Guillermo Hunter, fundador y director de La Nave del Espacio, en días pasados en Vejer.  MANU GARCÍA

Su día a día es completamente diferente al que tenían en la capital. "Antes teníamos nuestros trabajos que nos absorbían, el circo, las obligaciones familiares... ahora todo es distinto", cuenta. Por lo general, suelen entrenar unas cuatro horas diarias y el resto del tiempo lo dedican a realizar las tareas pertinentes, desde labrar la tierra hasta limpiar la casa u ordenar los artículos con los que practican.

En la finca en la que residen cuentan con un amplio terreno rodeado de árboles que les permite desarrollar su actividad en sintonía con la naturaleza. Esta sede la utilizan como lugar de ensayo pero también como residencia artística e incluso acoge cursos intensivos y clases regulares, siempre dedicadas al circo, la danza y las demás artes escénicas que rodean estas disciplinas.

Así, cuentan con un gran domo circular cuya cubierta trata de imitar la apariencia de un casco de astronauta. En su interior se encuentran todos los utensilios, cuerdas, bancos, mazas, aros, etcétera, que necesitan para realizar sus espectáculos.

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El domo para ensayar y actuar simula el casco de un astronauta.  MANU GARCÍA

Junto a esta instalación se encuentra una pequeña casa prefabricada que sirve para recibir a los profesores y alumnos que participan en los cursos intensivos que, por cierto, suelen atraer a bastante público. Sin ir más lejos hace apenas tres días se marchó una compañía francesa que estuvo dos semanas realizando su trabajo de investigación de cara a su próxima actuación.

También cuentan con un marcado carácter humanitario, ya que han llevado sus espectáculos a diferentes territorios en guerra como Palestina, Líbano, Cisjordania o la franja de Gaza. Colaborando con distintas asociaciones como Payasos en Rebeldía o la Rebel Circus School, su faceta de "circo social" ha permitido que lleven sus espectáculos a estas zonas tan azotadas por la guerra para ofrecerles ayuda a través de actos benéficos.

"Lo que ves allí es muy duro. La pobreza, la escalada de violencia... son situaciones extremas y nosotros tratamos de poner de nuestra parte para que sea lo menos lesivo para quienes lo están viviendo", explica Guillermo. En junio, por ejemplo, acogerán a seis niños del campo de refugiados de Aida Camp que tendrán la oportunidad de compartir con otros niños las actividades propias del campus de verano que organizan todos los años.

Un circo 'sostenible' que busca hacerse notar en la provincia

El principal motivo por el que Guillermo trasladó su compañía a Andalucía fue "por cómo estaba la situación política, social, económica y, principalmente, medioambiental". Con un hijo pequeño y con la intención de vivir más cerca del campo él y su pareja decidieron dar el paso y mudarse a Vejer, donde han conseguido llevar la vida sostenible que buscaban.

Así, su nuevo proyecto vital y laboral partió de la base de una serie de placas solares y energías renovables para ser autónomos. Durante el confinamiento añadieron los huertos para poder ser autosuficientes.

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Algunas de las piruetas que realizan en sus espectáculos.  MANU GARCÍA

"A muchos niveles este cambio fue positivo, pero en lo laboral lo complicó todo", admite, ya que "en la provincia de Cádiz e incluso en Andalucía todavía sigue muy arraigada la idea anticuada de que el circo solo son los payasos. Eso no es así, existe otro tipo de circo pero, por lo general, las administraciones competentes no suelen contar con nosotros".

Por este motivo se ven obligados a desplazarse hasta el centro y el norte del país e incluso al extranjero, algo por lo que se sienten "privilegiados" a la vez que lamentan que "en la zona donde residimos a esta modalidad de las artes escénicas no se le dé el hueco que debería tener en los espectáculos de las ciudades y los pueblos".

De hecho, incide en que han participado en festivales contados como el Trebufest o en fiestas municipales como las de Benalup o Conil, "muy pocas para todas las que se celebran en estos municipios". "Dentro de nuestro compromiso por reducir nuestro impacto medioambiental quisimos eliminar la huella de carbono que producíamos, pero no hemos podido conseguirlo porque la mayoría de nuestros bolos requieren de viajes en avión o de largos viajes en furgoneta", sentencia.

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Equilibrios sobre una escalera.  MANU GARCÍA

Así las cosas, Guillermo Hunter quiere lanzar un mensaje a los responsables de cultura de los diferentes ayuntamientos gaditanos, exhortándolos a "explorar opciones más allá de las que siempre están en cartera" y animándoles a "apostar por el talento local, que es grande, variado y diverso".

Pese a todo, a La Nave del Espacio no le falta el trabajo. Son una compañía de la que no se han olvidado en el centro y el norte de España pero que necesita darse a conocer en Andalucía y especialmente en la provincia. "Igual en vez de ensayar cuatro horas al día deberíamos estar ocho enviando correos a los distintos ayuntamientos", bromea su director. En cualquier caso es bueno saber que la comunidad cuenta con una magnífica compañía de circo y danza respetuosa con el medio ambiente y con unos profundos valores éticos y humanos.

Sobre el autor:

Pablo Mata

Pablo Mata

Periodista, graduado en la Facultad de comunicación de Sevilla en el año 2020. Miembro de la Asociación de Prensa de Jerez. He hecho prácticas y colaborado en varios medios para ganar experiencia. También escribo en mi propio blog sobre mi pasión, el deporte, y ahora tengo la oportunidad de aportar mi granito de arena en lavozdelsur.es.

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