Rafael Benítez Toledano, poeta de Jerez: "No hay que meterse un 'tripi' para escribir"

¿A quién le quitaría una calle en Jerez?

A Salvador Allende. No entiendo la vinculación con Jerez, y tiene una plaza cercana a la Porvera, un lugar muy céntrico.

¿A quién se la pondría?

A José Mateos, poeta, y que es mi editor. 

Pero está en vida.

Claro.

Por eso digo, que Jerez, salvo excepciones, da los homenajes después.

No tiene por qué. Mira Felipe Benítez Reyes, con 61 años, que tiene su teatro en Rota. También se la pondría a Paco Bejarano, premio nacional y grandísimo poeta. Mateos es un gran agitador cultural.

"No hay que usar diccionario para leerme"

¿Jerez necesita agitación?

Tengo una opinión muy particular. Jerez tiene la mejor generación de pintores, por ejemplo. Debemos ser nosotros los que ofrezcamos el trabajo a la administración, y no al revés. Jerez necesita que se atienda la Biblioteca Municipal, las de barrio, dedicarle fondo a eso. Es menos vistoso, pero es donde empieza todo para la cultura. 

Hay muchas cosas por vestir en Jerez.

El centro histórico para empezar, aunque ahora parece que se está haciendo algo. Cuando había dinero, en el centro no se hizo nada. Se anda parcheando. Y agradecemos incluso los parches. Ciudades como Valencia se han revalorizado, o como Málaga, que han invertido mejor. Jerez tuvo aciertos urbanísticos, pero ha derivado en un casco histórico despoblado. Es que se cae a cachos. Los pocos que lo han hecho han sido personas como Fernando Quintana o Manolo Domecq. 

¿Se puede ser optimista en Jerez?

Pretendo siempre serlo. Dicen que un optimista es un pesimista con carencias. Yo soy optimista. Más tarde o temprano se va a invertir en el centro, lo digo con seguridad. Ya tenemos a Fulgencio Meseguer, por ejemplo.

¿Cómo se definiría como poeta?

Antiguo. De un tipo de escritura perfectamente legible, sin necesidad de traductor. La idea es transmitir emoción sin que el lector tenga que pasar por Filología. Como era Antonio Machado, Gerardo Diego, algunos del 27, del 50. Como Luis Alberto de Cuenca, Miguel d'Ors o Paco Bejarano. Antiguos habemos muchos, en plan cateto. Quien dice antiguo es decir no ser obtuso, no ser críptico, sin necesitar un diccionario o un comentario de texto para leer.

Más lejos de Cernuda o Lorca, ¿no?

Cernuda es una maravilla, extraordinario, igual que Lorca. Pero Lorca es muy mal maestro, eso sí. Cada vez que sale un imitador, lo hace mal. Machado tiene mejor escuela que Lorca, porque para llevar a cabo ese tremendismo, debes tener el genio de Miguel Hernández o Lorca. Seguir esa escuela es muy complicado. Yo soy más machadiano.

A mí me gustaría ser poeta, pero también me gusta la vida sencilla, trabajar mis ocho horas, no discuto con mi novia y me gustaría tener una casita con perro a las afueras. No tengo épica de borracheras. Sin mucha alegría ni mucha pena. ¿Sin bohemia hay poesía? ¿Qué hago?

Ahí tienes a José Mateos. Yo no tengo una vida así, he tenido pareja y ha fallecido, he tenido parejas más bohemias. Tengo 60 años y una vida muy movida. Pero no es necesario tener una vida como la mía. Mira a Enrique García-Máiquez, o a Pedro Sevilla, que lleva una vida tradicional en Arcos y es un poeta extraordinario. 

Cuánto daño ha hecho Baudelaire.

Ese no bebía vino de Jerez, sino absenta de 90 grados. También hizo daño la poesía americana de los 60. Daño y mucho bien, todo hay que decirlo, porque se escribía bien. Pero no tengo que meterme un tripi para escribir.

¿Alguna vez se ha ido de un bar sin pagar?

Muchas.

"Sabina es mediocre como poeta, pero le funicona en el mejor sentido. Cuando lees su poesía, no; pero cuando la cantas, ahí sí"

¿Cuándo fue la última?

Hace seis o siete años. Anteriormente, muchas más. Normalmente, luego volvía y liquidaba.

¿En España hay más bares o más poetas?

Hay un exceso de poetas tremendo. 

Escribir un libro es una forma de castigar a la sociedad.

Pregunta en Diputación por los libros que hay guardados allí, de la época en que cualquiera que quería, publicaba.

¿Cómo se distingue al escritor bueno del malo?

Para mí no es fácil. Que llegues a más gente, que te entiendan, que emociones, que no sea un malabarismo, hacer partícipe de tus experiencias para que los lectores la sientan como propia.

¿Alejandro Sanz hace poesía?

No sigo mucho a Alejandro Sanz. Sabina es mediocre como poeta, pero le funciona en el mejor sentido. Cuando lees su poesía, no; pero cuando la cantas, ahí sí. Aute, Sabina, Manuel Alejandro, Perales… Son gente que no escriben buena poesía, pero sí se pueden cantar. Ellos cuando escriben ya piensan en cómo cantarla. Son dos mundos diferentes.

Comenta Sabina que lo difícil es la melodía, que la letra va después.

Loquillo hizo dos canciones de Pepín Mateos y no es fácil. Julia Reis la escribió José Mateos, pero eso pasa pocas veces. También Balmoral, de Luis Alberto de Cuenca. Loquillo me parece un tío con buen gusto. 

Dicen que la poesía está en todas partes. ¿Eso es una ñoñería?

La hay, pero si lees a Julio Camba, González Ruano, y no son escritores de poesía, sabes que la poesía puede estar ahí. Pasa como con Umbral. Eran periodistas con interés por escribir bien. En una mañana con un café encontraban poesía, con la gracia que tiene cada cosa del día a día. La poesía es la mirada del que ve.

¿Cuánto ha echado al tanque la última vez que fue a una gasolinera?

Llevo 25 años sin carné de conducir.

Un plato de verano.

El que voy a hacer hoy para Eugenio Camacho, espaguetis con berberecho y pesto.

Un lugar para perderse. 

Mis pueblos, Carmona, Morella y Betanzos. O Lisboa. He viajado mucho. Ahora me apetece un pueblo pequeño. 

Puesta de sol o amanecer tras una larga noche.

Amanecer en otoño. El verano no me dice nada especialmente a mi edad.

Un libro o película para el verano.

El hombre tranquilo, de John Ford. Con el libro voy a ser esnob. Recuerdos y añoranzas, de Sebastián Miranda; y Recuerdos de Fernando Villalón, de Manuel Halcón.