Han pasado muchos años desde que viéramos a Tomasa Guerrero ‘La Macanita’ (Jerez de la Frontera, 1969), en la Calle Nueva de su barrio de Santiago, interpretando, con una gracia sublime, unas bulerías de su tierra para la serie Rito y geografía del cante de TVE. Tenía solo cuatro años, pero cantaba con tanto arte y con tanto sentimiento que no había en el mundo quien no se emocionara al contemplarla. Mañana, casi medio siglo después y de la mano del director Francisco López, se sube al escenario del Teatro Villamarta de su ciudad natal para ofrecernos, como siempre, lo mejor de sí misma: esa esencia irrepetible que, sin embargo, reinventa en cada espectáculo.
¿Qué significa para usted estrenar un espectáculo en el Teatro Villamarta, en su tierra?
Significa muchísimo. [La Macanita hace una pausa, como buscando las palabras, como si no pudiera expresar su sentimiento más que cantando.] Significa emoción, pero también mucha responsabilidad. Los estrenos, en general, conllevan mucha responsabilidad y, si son en mi tierra, pues todavía siento más ese deber de hacerlo bien, esos pequeños nervios.
La vamos a ver en su tierra, pero no la vamos a ver cantando los temas a los que normalmente estamos más acostumbrados, sino otros de Manuel Alejandro. ¿Cómo se siente interpretando las canciones de un compositor tan querido y respetado?
La verdad es que me siento muy ilusionada, con muchas ganas de cantar los temas de Manuel Alejandro. Me los han arreglado para mí, para mi voz, y yo estoy intentando hacerlo bonito. Me siento bien, con mucha ilusión; y, sobre todo, me siento feliz de poder cantar estos temas tan bonitos aquí, en mi tierra.
¿Es difícil interpretar temas que antes han sido cantados por artistas de la talla de Rocío Jurado o Raphael?
Sí, claro, por supuestísimo. Pero yo no me quiero parecer a nadie. Ellos para mí son la crème de la crème. Rocío Jurado… ¿Qué voy a decir yo de Rocío? Pues que, como persona, era una señora de los pies a la cabeza; y, como artista, era chapó, era la que mejor interpretó los temas de Manuel Alejandro. Lo mismo que Raphael, que es otro gran artista. [Tomasa se detiene un momento, como acordándose de ellos.] Ha habido muchos cantantes, muy grandes, que han interpretado los temas de Manuel Alejandro, y todos le han sabido dar su punto, aunque yo me quedo, precisamente, con Rocío Jurado y con Raphael, que han hecho cosas verdaderamente preciosas con las canciones de Manuel.
Eso es lo que usted también pretende, ¿verdad? Imprimir su personalidad sobre esos temas.
Exactamente. Yo creo que nunca me voy a parecer a nadie, o al menos eso es lo que pretendo. Yo voy a cantar a mi manera, como soy yo, como es La Macana. Hago este espectáculo por eso, para ser yo, y porque quería cambiar un poco de registro.
Entonces, ¿es esta una oportunidad para redescubrirte tú y para que los demás te redescubran?
Hombre, redescubrirme, redescubrirme… no, porque yo no solamente canto soleás, seguiriyas, malagueñas y bulerías, yo tengo muchos más registros, pero, claro, hay que descubrirlos y hay que trabajarlos. Yo eso lo sé, y ahora mucha gente va a poder verlo.
¿Es cierto que también va a estar en el estreno Miguel Poveda?
Sí, es cierto. Yo a Miguel lo conozco desde hace muchos años, de cuando éramos muy jovencitos los dos, y desde entonces tenemos un feeling muy especial, muy bonito, que seguro que aflora mañana.
Y, cuando se enfrenta a retos como este, que, como usted ha dicho, conllevan tanta emoción y tanta responsabilidad, ¿en quién piensa, en quién se inspira, de dónde saca las fuerzas para hacerlo bien?
En ese momento pienso en mucha gente y no pienso en nadie. Pienso en las personas que ya no están conmigo, pero que me ayudan y me acompañan en mi trabajo; y también me dejo guiar por lo que aflora en mi corazón en ese momento, que es al final lo que yo trato de transmitir a la gente.
¿Piensa también en esa niña de la Calle Nueva que era usted cuando apareció en Rito y geografía del cante? ¿Sigue latiendo esa niña en su interior?
Totalmente. A veces sigo siendo esa niña de la Calle Nueva, a pesar de los años que tengo. Me siento niña en muchas cosas, aunque como mujer y como persona me haya realizado, pero como artista sigo empezando cada día, sigo sembrando pequeños granitos cada día. A veces recojo y a veces no, pero así es siempre la vida de los artistas.
¿Y cómo ve la situación actual en la que se encuentra el barrio emblemático en el que se crió?
Ha cambiado todo mucho. Desgraciadamente se ha ido mucha gente de la que vivía en ese barrio…, pero en la Calle Nueva se ha cantado siempre muy bien y se ha bailao muy bien, y de ahí siempre ha salido lo más grande del mundo: cantaores, cantaoras, bailaores, bailaoras, tocaores…: Los Moraos, Terremoto, Los Sordera, La Macanita... todos han salido de ahí. Desgraciadamente la vida ha cambiado mucho y el barrio ya no es el mismo.
Y, después de la pandemia, de tantos momentos duros para el mundo de la cultura, del cierre de muchos tablaos, de las situaciones tan difíciles por las que han tenido que pasar muchos artistas, ¿cómo ve el futuro del flamenco y de sus intérpretes?
Hay muchas situaciones penosas, muchos artistas que estamos intentando remontar, volver a sacar a adelante nuestros trabajos... Yo creo que vamos a salir de esto. [Piensa unos instantes.] Lo que tengo claro es que nosotros, los artistas, vamos a dar lo mejor de nosotros mismos para tratar de dejar buen sabor de boca en todos los lugares a los que vayamos, porque sabemos que el público también necesita de esto, del flamenco, para encarar mejor la vida.
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