Paco Flores, histórico del movimiento sindicalista y vecinal en Jerez: "El asociacionismo está muerto"

Luchador por las causas justas, este popular vecino de la ciudad se define como un ácrata preocupado por la falta de valores de la sociedad. Ahora promueve la plataforma que pide el indulto a Pedro Pacheco

Paco Flores: “Soy una persona predispuesta a luchar contra la injusticia”. En la imagen, en un momento de la entrevista.
Paco Flores: “Soy una persona predispuesta a luchar contra la injusticia”. En la imagen, en un momento de la entrevista. MANU GARCÍA

Un libre pensador que no es anarquista, pero que lo pudo ser 

Francisco Flores Prieto, 75 años de edad, jubilado, pero no lo parece. Parece gitano, pero no lo es: “Tengo un pequeño ramalazo que me viene de Sanlúcar”. Su implicación en muchos frentes sociales, políticos, sindicales, vecinales de la ciudad ha sido y es en gran medida una necesidad vital para él. Fue emigrante en Holanda donde trabajó de barman en un cabaret, “con una melena que me llegaba hasta el culo”. Volvió a Jerez y se colocó en la bodega Domecq. De gran conciencia sindicalista, militaba en la CNT, sin ser anarquista: “Soy más bien ácrata”.

Persona tremendamente popular en Jerez, su espíritu reivindicativo le llevó a formar parte de la que se considera como la génesis de la acción sindical contundente y de importancia que vivió el mundo bodeguero, en la década de los 80 del siglo pasado. El despido de cerca de tres centenares de empleados encendió la chispa de una movilización sindical seria y muy ‘sonada’ que fue el precedente de lo que de forma general ocurrió en el sector bodeguero en la primera huelga general que se vivió en los 80.

Fue despedido sin posibilidad de regresar, pero Pedro Pacheco lo ‘acogió’ en el Ayuntamiento, “por solidaridad y la injusticia que fue aquello, que tuvo una justificación puramente política”, junto a otros dos dirigentes sindicales más que vieron la puerta de salida. Sin embargo, su forma de ser no cambió y entró en el mundo del asociacionismo vecinal cuando este era caldo de cultivo en la reivindicación. En pocas palabras, gente molesta para los políticos.

Y lo fue. No ha parado de pedir, reclamar y participar en todo movimiento donde cualquier causa que encajara en sus principios podía estar presente porque, además, “tenía un piquito de oro”. Nunca se le ocurrió entrar en política “y eso que tenía ofrecimientos”. Ahora está al frente de la plataforma social que pide el indulto de Pedro Pacheco, “por agradecimiento, por amistad y porque no es justo lo que se está haciendo con él”. A estas alturas de su vida no aspira más que a hacer el bien, porque es buena persona, empatiza y es sensible con las necesidades de una sociedad “que ha perdido los valores”.

No puede negar que su vida es agitada; se mete en casi todo, incluso sus inicios laborales fueron sumamente originales.

Empecé trabajando en Ámsterdam en un cabaret que se llamaba Caramba. Era propiedad de la familia de Manolo Caracol. Me dedicaba a servir copas y realmente fui un avanzado en mi época. Allí había de todo: homosexualidad, prostitución… de todo. Si no me vengo para acá me muero (risas). Y me tuve que venir porque mi padre falleció en un accidente de tráfico, era chófer del Pantera. En Holanda tenía una melena que llegaba hasta el culo, era un jipi en toda regla, como mi cestita y todo.

Se estableció en Jerez y entró a trabajar primero en Domecq y después en el Ayuntamiento.

En los 70 entré en Domecq como eventual, éramos 70 pero se echaban muchas horas extras y por eso iniciamos acciones para que se echaran menos y que pudiéramos entrar los eventuales. Mora Figueroa quiso echar a 500 trabajadores y aquello provocó una respuesta muy fuerte de la CNT, tanto fue así que me convertí en un estorbo para el empresario y para la burocracia sindicalista. El sindicato dio una respuesta muy fuerte a escala estatal. Ahí entró Pacheco, que nos conocíamos desde niños; entendiendo que lo nuestro era un despido ideológico, convocó un pleno para parar la huelga metiéndonos a los tres en el Ayuntamiento. Contamos con el apoyo de todos los grupos políticos. A mí me espetaron para despedirme que en una manifestación de más de 4.000 personas grité ‘Mora, cabrón’, que ahora confieso que lo dije porque quería echar a la calle tantas personas por razones de todo tipo.

En la barriada de la Constancia, su barrio, por el que tanto ha luchado.
En la barriada de La Constancia, su barrio, eje de su acción vecinal.     MANU GARCÍA
¿Fue ese su primer episodio como sindicalistas de vocación?

Más que sindicalista me considero ácrata, cuyos principios, la acracia, se sustentan en intelectuales de gran nivel. Por lo tanto, no soy anarquista; sí un libre pensador. El anarquismo se vincula a desorden y esto es todo lo contrario. Pertenecía a la CNT, aunque no me identificaba con ese entorno anarcosindicalista.

¿Se puede considerar que aquel conflicto en esa bodega fue el que impulsó lo que vino después, un cambio de rumbo en lo social en la primera industria de la ciudad?

Sí porque con aquella movilización removimos a toda la ciudad con manifestaciones y acciones sindicales que por supuesto no dejaban de lado a los esquiroles, gente sin conciencia que no consideraban que compañeros suyos eran despedidos por razones ideológicas. Le rompimos la dinámica que llevaba el sindicalismo oficialista o el de servicio creado por las propias empresas. Evidentemente, aquello fue un antes y un después en el sector porque después vino la primera y dura huelga general en las bodegas.

"Trabajé en un cabaret en Ámsterdan; era un jipi con una melena que me llegaba al culo"

De aquella melena, de aquella movilización sindical y de todo lo que ha vivido, ¿qué le queda?

Ahora estoy muy concienciado con la problemática social, mucho más que antes. Soy mayor y pondero más la reflexión. Tengo la gran virtud de que me quiere la gente. En Navidad recibí 275 ‘guachás’—WhatsApp—, es un orgullo que en una sociedad en la que los valores, desgraciadamente, se han perdido te envíen tantos mensajes de personas que se consideran amigos. Es importante para mí.

¿Es menos radical?

En aquella época había formas que ahora no se corresponden. No es así por la necesidad que existe a día de hoy; la hay y mucha. Soy agnóstico, pero sabiendo que no hay principio de verdad absoluto. La labor que hacen las hermandades y la Iglesia católica con Cáritas, chapó. Gracias a las acciones de la Iglesia sobreviven muchas personas. Todas estos majaretas que van de progres y de izquierdosos, no tienen legitimidad y autoridad moral para criticar ese enorme y arduo trabajo que hace Cáritas, las hermandades… Más que criticar lo que hay que hacer es contribuir. La sociedad ha abandonado el sindicalismo, lo vemos en la baja afiliación que atraviesan, no viven de las cuotas de los afiliados, lo hacen de las subvenciones de ‘mamá estado’.

Las manos de Paco Flores mientras cuenta su historia vital.     MANU GARCÍA
Las manos de Paco Flores mientras cuenta su historia vital.     MANU GARCÍA
¿Son como grandes empresas?

Tienen grandes estructuras de liberados, tienen contratadas a muchas personas. En cuanto a los partidos políticos lo que quieren es servidumbre, el ordeno y mando, la participación siempre está filtrada. Si eres critico, si molestas… Al final todas las injusticias las genera el propio sistema.

¿Se identifica con los antisistema?

No quiero ser ‘anti’ de nada. Soy una persona predispuesta a luchar contra la injusticia y si viene provocado por el sistema, eso me inquieta. Pero no soy un antisistema por la carga política que tiene.

¿El asociacionismo vecinal está muerto?

Eso está muerto. Hay un problema, la gente no colabora y entiende que tú como dirigente vecinal estás obligado a solucionarle los problemas. No, usted como afectado tiene que colaborar. Confieso que cometí un error gravísimo porque gracias a mis contactos lo daba todo hecho. Pongo el ejemplo de La Constancia, que empezamos a demandar hace 40 años, cuando era de Fomento del Hogar. Se caía. Con todo respeto, le decíamos a don Álvaro Domecq, propietario de aquella Junta, que “menos golpe en el pecho y mas cemento en el techo”. Peleamos mucho para alcanzar lo que tenemos hoy, aunque acostumbré a la gente muy mal. Hemos dado muchos pellizquitos dolorosos a la administración.

¿Le ha llegado el ‘descanso del guerrero’ en lo vecinal?

Me surge una enfermedad que me obliga a dejarlo, pero lo que decía antes, la comodidad de darlo todo por hecho ha sido un error. Tanto es así que ahora estoy buscando quién coja el timón de esto: no aparece nadie. Es una pena pero es así; es un reflejo de la sociedad actual.

Estamos en puertas de unas elecciones locales…

Ahora proliferan las promesas, los compromisos que algunos los cumplirán o no.

"¿Políticos? Que sean por vocación; ¿Políticos para vivir de la política? Le hacen un flaco favor a la sociedad"

¿Les cree?

En época electoral me creo poco. Hay personas que cumplen y otras que no. Es un problema de descrédito para quienes no hacen lo que dicen. Es una buena época para reivindicar.

¿Quién ganará?

Creo que ahí están Mamen (Sánchez, actual alcaldesa) y María José (García-Pelayo, candidata del PP y exalcaldesa). La sociedad jerezana es altamente dificultosa, ya que fluctúa mucho en el voto. Lo que no me parece, y no entro por ahí, es la radicalidad de Vox. Podemos se cavó su propia tumba y lo quemó el señor de la colita. Siempre hablaba de castas y se convirtió en casta él y su entorno. Cada uno es rehén de sus compromisos. La gente no es tonta, si tú prometes y después no cumples, al final sale la memoria que le pasa factura. Al hilo de los políticos, no estoy de acuerdo que tengan tanto privilegios habiendo tanta carencia social en la calle. ¿Políticos? Por vocación. ¿Políticos para vivir de la política? Flaco favor le hacen a la sociedad.

¿Se inclina por algún nombre?
Siempre he votado a Pedro Pacheco, a nadie más. No por razón ideológica sino porque soy una persona muy agradecida, porque es mi amigo y porque en los momentos de dificultad no me hizo un favor a mí; hizo un favor a miles de personas necesitadas.
La mirada de Flores posando para esta entrevista.     MANU GARCÍA
La mirada de Flores posando para esta entrevista.     MANU GARCÍA
¿Eso se llama enchufismo?

No porque cuando Pacheco coge el Ayuntamiento no había nada. Si compro una vivienda tengo que amueblarla y eso implica entramparme, pero me queda un patrimonio.

Pero ese patrimonio humano, ¿no era excesivo?

No era excesivo, y el Ayuntamiento no se comió la crisis bodeguera. Asumió una parte. Pero el problema no es de Pacheco. En cualquier administración cuando cogen el poder lo primero que hacen es colocar a sus estructuras; unos tiene 300 asesores, otros miles…  Pacheco tenía realmente la necesidad de montar una estructura municipal que estaba vacía. Y montar una ciudad que no era ciudad.

¿Haría falta un Pedro Pacheco hoy?

Tampoco voy a endosarle esto. Ha tenido sus fallos, al final le perdió la arrogancia, la prepotencia, debería haber sido más sutil y no haber llegado al enfrentamiento. Hay que conciliar porque la sociedad es muy débil, además de padecer una amnesia muy grave. Pongo por ejemplo las movilizaciones de los sanitarios que están saliendo a la calle y haciendo huelga para mejorar el servicio que nos prestan a nosotros. ¡A nosotros! Que nos quedamos en casa y no salimos, pese al coste que tiene para ellos en lo profesional y económico.

"No hubo enchufismo porque cuando Pacheco entró en el Ayuntamiento no había nada"

¿Qué le sucede a esta sociedad?

Que no hay valores. Recientemente mi amigo Antonio Gómez ha editado un libro —le he comprado 17— sobre el poder de los valores. Conclusión, no los hay, se han perdido. Aquí nos preocupamos más porque Messi ha sido campeón del mundo, que el Real Madrid ha perdido con el Barcelona, que mañana hay una Zambomba… que el sábado hay un acto contra el cáncer y ¿cuántos acudimos? Lo dicho antes, los profesionales de la sanidad se están manifestando. ¿Los hemos apoyado?¿Dónde están los valores?

¿Cuáles son sus valores, los tiene bien amarrados o los adapta a las circunstancias?

En mi vida pongo por delante dos valores: el agradecimiento y la amistad, y en estos dos los encajo todos. Pedro ha ayudado a mucha gente pero igual que él, todo el mundo. Hubo un señor en A Coruña que fue presidente de una diputación que había colocado a 700 personas todas de su entorno; Pedro no miró su entorno, miró mucho la necesidad y de él se aprovechó mucha gente. Y cuando Pedro necesitó de su apoyo se quitaron de en medio y se escondían como las avestruces. Y me remito a su condena por colocar a dos personas. Cinco años de cárcel y restituyó un dinero con el que él no se había lucrado. Él pagó con creces y todavía está esperando desde hace año y medio el indulto, cuando aquí se ha indultado a banqueros y a verdaderos piratas, a terroristas. Ah, y a los separatistas catalanes.

Suponemos que desde ese punto se lanza la plataforma que pide su indulto, pero muchos apuntan a que Pacheco tiene ganas del volver a la arena política.

La libertad de cada uno es algo muy de respeta. Cada uno con su vida puede hacer lo que le dé la gana. Nosotros vamos a defender lo que es el indulto. Si se lo dan, lo que él haga será su problema. Yo me he visto obligado con un grupo de compañeros a movilizar a toda la estructura social de Jerez en esa causa; de hecho, nos hemos visto desbordados. Se trata de un recuerdo, una convocatoria que ha venido a recordar su situación. No es un homenaje. Hemos hecho mucho hincapié en que es una plataforma cívica que desaparece una vez alcanzado el objetivo.

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

Periodista.

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