Evolución
Del metro de Madrid al parque del Retiro. Y de ahí, cuando aún internet, TikTok o Youtube, ni estaban ni se les esperaba, Javier Álvarez (Madrid, 1969) iba con su guitarra y sus canciones de acá para allá en busca de la fama, o quizá del éxito, que no es exactamente lo mismo, aunque lo parezca.
Álvarez formó parte de la nueva generación de cantautores madrileños que surgió en la década de los 90, en la que se incluyen también otros como Antonio de Pinto, Ismael Serrano, Miguel Dantart o Quique González.
Gran conversador, Javier Álvarez hizo también sus pinitos como actor. No siguió con ello, pero se confiesa rendido admirador de actores y actrices y un enamorado absoluto del cine. Ha participado esta semana en el ciclo Diálogos con cancionistas, coordinado y presentado por Fernando Lobo, y organizado por la Universidad de Cádiz bajo el patrocinio de la Diputación.
Creo que habría que referirse mejor a la evolución. Al final, ¿cambiar? No mucho. Todos somos, de alguna manera, como cuando nacemos, somos como somos. Yo, en esencia, sigo siendo el mismo, como en el Retiro, cuando empecé; sigo siendo igual. Pero han pasado 29 años, 30 desde que empecé a cantar en la calle. Han pasado muchas cosas y la evolución es lo natural e inherente al ser humano; obligatoria en la vida. Todo se transforma, pero siendo nosotros mismos, siempre.
Yo soy como soy, como me toca ser. Pero sí que soy consciente de que he sido de los adultos más activos que no tenía móvil. He estado cinco años, después del Nokia, que no he tenido móvil; por una cuestión accidental me propuse vivir cinco años sin aparatos. Tenía en mi casa un fijo y un ordenador. Viviendo en el centro de Madrid, adulto en activo, siendo el único que no tenía teléfono móvil. Fue una aventura maravillosa a nivel creativo y espiritual, pero muy difícil a nivel vital. Desde hace dos años ya tengo, Pero la gente me decía: "¡Jo, qué suerte no tener móvil!"... pero no es que no me gustara, era porque quería realizar una experiencia, una aventura que me apetecía vivir.
"Fui el único artista adulto, en activo, que no tenía teléfono móvil. Así estuve cinco años"
Me sirvió como limpieza y me ha hecho ver que soy muy fan de las redes sociales, de la cíber revolución. Aunque casi no sé meterme en redes sociales. Te cuento todo esto para decir que mi cabeza, a pesar de que tengo 54 años recién cumplidos, sí que la tengo en el presente, pero también en el futuro. Creo que si fuera de las nuevas generaciones sabría inventar mi vida con el móvil. Y eso es una maravilla. Pero no olvido que me descubrió un cazatalentos en el Retiro, y que mi carrera fue fulgurante. Pero tengo claro que las cosas las hubiera hecho de otra manera; todo por internet, evidentemente.
Eran los 90. Era más dura, más romántica y más maravillosa. Yo tenía 24 años. Era un universitario que estaba en la carrera y que dejé por la guitarra. Cuando ya estaba en quinto decidí que no me apetecía seguir con english, con filología inglesa. Me decidí por la guitarra. Fue un momento de absoluta explosión de felicidad. Descubrí mi sino, mi verdadera vocación, que era ser músico, ser cantante. Evidentemente, sobre todo felicidad era lo que sentía. Eran los 90, repito. Imagínate. Y sin que existiera el ciberespacio. Y eso en los 90. No te quiero contar en los 80, los 70 y para atrás. En nuestra infancia, estábamos más próximos a la Edad Media, por decir una época concreta, que ahora que estamos en el futuro. El mundo es otro.
En realidad no fue censurada. Se llegó a promocionar. Era algo que se utilizó para censurar, pero realmente no lo fue. Tardó en publicarse dos meses. Eran cuestiones y problemas editoriales. Había muchas referencias musicales, muchos guiños. Ello se acojonaron. Había tantos homenajes. Tuvo muchos más problemas políticos y editoriales que la letra en sí. Ten en cuenta que se estrenó en el 97. Yo fui nominado a entre 4 y 6 premios de la música, no lo recuerdo bien. Era la primera ceremonia. Me acuerdo del que ganó. Un vídeo de Extremoduro, por un tema que se llamaba Iros todos a tomar por culo. Si con ese título, que a mí me pareció maravilloso, no lo censuraron... Me hice fan de ellos ahí.
Fui número uno con todos mis singles en Los 40 principales, y fueron 10. Y cuando tocó el turno de esa canción, como se coeditaba para estar en las listas, me pidieron derechos de autor y les dije que no. Que eran míos y desde entonces dejé de sonar en todas las emisoras, pero no solo en la SER. Pero es que yo he sido muy poco comercial, siempre.
"Tras el tema 'Padre' perdí a la mitad de mis fanes"
Es un disco absolutamente íntimo. Después de mi primer brote psicótico. Es como muy oscuro, poético. Cuando escribí: "Soy pajillero, maricón y drogadicto", mis propios fanes, al menos la mitad, se fueron. Fue una ruptura grande con mi público. A mucha gente no le gustó, no lo entendía. Y el siguiente disco, que fue de versiones, decidí que dejaba de ser cantautor para pasar a ser cantante solo, que me hacía mucha ilusión. Es un disco tan raro, que me cargué a los fanes que me quedaban.
Esto se lo dije en una entrevista a Buenafuente. Es que siempre he llevado eso por bandera: hacer lo que me dé la gana. Y le sugiero a todo el mundo que haga lo mismo. Es que es muy fácil decir: "Es que no se puede". Y sí se puede, lo que pasa es que a veces el precio que tienes que pagar es muy alto.
Comentarios