Álvaro Gallegos, psicólogo y dramaturgo jerezano, salta a la novela: "La felicidad puede llegar a los 80 años"

¿Sabes qué pasa? Que hoy, tal y como están las cosas, es complicado decir feminismo de una manera rotunda. Lo del matiz realmente es que, lo que muestra la novela no es ni más ni menos que la historia de una joven de la posguerra; cómo su vida se ve absolutamente marcada por los acontecimientos. En aquella época, la mujer estaba relegada a ser esposa y madre, y se olvidaba de su papel como mujer. En este caso, la protagonista trabaja en un momento en el que en España era complicado que la mujer pudiera acceder al mercado laboral. Hay una parte de la novela en que se ve con todo esto: una mujer que ha de fortalecerse para sacar adelante una familia en una sociedad que era muy machista.

Yo siempre he querido hacer un homenaje a la mujer. Yo creo que las madres en este caso, cuando se hacen mayores y ya uno es adulto, empieza a tener conciencia de todo ese trabajo que hieron nuestras madres por sacarnos adelante. Me pareció mucho más interesante utilizar a la heroína, porque creo que una mujer tiene muchos más matices a la hora de moverse en la novela. En este caso, te puedo decir que la mayoria de los personajes son femeninos. Margarita Velasco, la protagonista, es la mayor de diez es hermanas; es madre de cinco hijas, abuela de dos nietas, y bisabuela de una biznieta.

El detonante de la pandemia: "Me llamó la atención que tantas personas que lucharon por tener lo que tenenos ahora, terminaran sus días de forma tan dramática"

He querido mostrar la evolución de la mujer desde la época de la posguerra hasta nuestros días, para enseñar cómo la mujer ha mostado su papel en la sociedad. Ten en cuenta que hubo una época en que la mujer no podía sacar dinero del banco sin la autorización del marido, pero es que ni siquiera aunque fuera ella la que hubiese ganado ese dinero. A mí, lo que me hizo plantearme esa novela fueron las cosas que pasaron durante la pandemia; no sé si te acuerdas de que había muchísima gente mayor que se moría en las residencias, solos, sin que sus familiares pudieran desespedirse de ellos. Me llamó la atención que tantas personas que habían luchado por tener lo que tenenos ahora, terminaran sus días de forma tan dramática. Fue muy increíble que todos aquellos que habían entregado su vida, sus ideales, acabaran así.

Ella se da cuenta cuando su vida acaba, que no es aquella la vida que le hubiera gustado vivir, y que ya no le queda tiempo para dar marcha atrás. Entonces, a partir, a modo de flashback cuento esta mujer con 16 años, y a partir de una cosa que ocurre, toda esa vida que ella había imaginado, se tuerce y cambia hasta el punto que se convierte en un drama.

Ha habido mucho trabajo de investigación. Yo quería que la historia se desarrollara en Andalucía. Creo que por ser una región que históricamente ha ido siempre por detrás de las demás. Además, aunque esto es un punto de vista personal, las tradiciones tienen un mayor arraigo que en otros lugares de España. Aquí nacías niña y tu vida ya estaba marcada: tenías que casarte, tener hijos y ser fiel a tu marido. Y si no te casabas te llamaban solterona. Y esa soltería lo más probable es que la hubiese elegido, pero lo cierto es que la sociedad de la época no respetaba esa decisión.

Si eras una mujer que te gustaba entrar y salir, eras un mujer alegre. Para mi primera novela yo quería que se desarrollara en un entorno conocido para mí. Jerez era el lugar idóneo, con una sociedad que conozco y es tan particular, y con casos cercanos de personas que me han ido contado historias de sus abuelas, de sus madres; las he ido utilizando como en las piezas de un puzle y me he hecho un puzle yo mismo con todo eso. Yo no hablo de nadie en concreto, pero sí que hablo de toda una generación, mujeres que se casaron sin estar enamoradas, mujeres que no se habían podido casar con el amor de su vida, porque socialmente no encajaba con lo que eran los cánones que se esperaban de ella. También tenían que tener hijos sin quererlos, educarlos. Lo que ocurría es que estas circustancias pasaban de madres a hijas.

Hay muchas mujeres que la han leído y que se han sentido indentificadas con ella. Y no solo eso, es que me dicen muchas veces "si yo volviera a nacer...". Y dices, ¿tantas? Y te matizan que quieren mucho a sus hijos, y no los cambiarían por nada del mundo, pero si tuvieran la oportunidad de nacer de nuevo, no saben si tendrían hijos. Es duro que, de repente, llegues al final de tu vida y te cuestiones si verdaderamente era lo que querían cuando tenían 16 o 17 años.

Yo hablo en mi libro de las que no, y son muchas. Si te das cuenta, si ves mujeres mayores de 70 u 80 años, seguramente te dirán "qué tontas éramos". Yo creo que en el fondo no se les dejaba que tuvieran su propia vida, que tuvieran ni voz ni voto.

Estoy muy satisfecho con esta novela, me ha dado muchas satisfacciones. Hay una serie de acontecimientos que llevan a un final que dejo abierto a la esperanza.

Es que desde siempre nos han vendido, sobre todo comercialmente, la belleza, la juventud. Algo así como que eso es lo que manda. Entonces lo que yo pretendo con esta novela es hacer entender que la felicidad puede llegar a los 80 años. ¿Por qué no pueden ser los últimos años de tu vida los más felices?

Ten en cuenta que lo que escribo es toda una vida. Es una novela de ficción, por supuesto, pero me he inventado la vida de una persona desde los 16 a los 80 años. Imagínate lo que es meter todo eso en 380 páginas. Da mucho de sí, y lo que más ha llenado del libro es la relación entre las propias mujeres. Las madres con las hijas, las hijas con las suegras... Hay un ejercicio de escritura que ofrece, por el tema, un filón muy grande.