El hombre de las 20 trompetas
David Guillén (Jerez, 1974) además de ser un virtuoso de la trompeta —aunque él, de natural modesto, lo niega rotundamente— es profesor superior de trompeta por el Conservatorio Superior de Málaga, graduado especialista por la UCA y la UCIJ de Madrid, máster en Patrimonio por la Universidad de Granada, Doctor en Historia y Artes cum laude por unanimidad en la Universidad de Granada, y catedrático de trompeta numerario por oposición.
Autor del libro La música académica en Jerez de la Frontera entre 1850 y 1900 (Peripecia Libros), está a la espera de sacar la segunda parte, con los años comprendidos entre 1900 y 1936, probablemente con una editorial muy importante. David Guillén ha colaborado con la Orquesta de Córdoba, con la Filarmónica de Málaga, con la Orquesta de Cámara de París y haciendo dúo con el maestro Ángel Hortas al órgano, ofreciendo conciertos por toda la geografía española.
Pues sí. Más de 20 tengo.
Y de esas 20, 15 las utilizo habitualmente: el cornetín, el fliscorno, piccolo, que se usa mucho tanto para música barroca como la contemporánea; trompeta en Si Bemol, en Do... Hay muchas.
Pues no. Mi novia me ha regalado una trompeta, un híbrido. Es americana, una Getzen que es mezca de trombón, trompeta y fliscorno, con un solo pistón. Es muy interesante. Es que a mí todas esas cosas me encantan. Tengo un topetazo dado con las trompetas, ¿qué le voy a hacer?
¡Uf! Yo creo que las dos cosas, pero si te soy sincero, un poquito más tocando. Pero también me encanta enseñar a los niños. Llevo toda la vida en las aulas, primero como alumno y ahora como profesor, y me recuerda mucho a mis inicios, cuando era pequeño. Ahí intento dar el máximo, hasta donde llegue.

"Llevo toda la vida en las aulas: primero como alumno y ahora como profesor"
Desde luego que con la música del Barroco es como me siento más cómodo. Conecto más. Toco la trompeta y siento que estoy cantando más. También me gusta el jazz muchísimo. En realidad yo toco de todo. Hasta de mariachi he tocado, en México. Que por cierto me confundieron. Dije que era de Jerez y se pensaron que era mexicano, porque hay un pueblo allí que se llama Jerez, pero es Jerez de García Salinas.
Durante la pandemia, como se cayeron todos los conciertos y yo soy un tío inquieto, por medio de la hemeroteca virtual pude investigar. Es curioso, porque casi toda la información que he podido recabar ha sido de los periódicos de la época, aunque también de monografías y autores jerezanos; por ejemplo uno de Juan de la Plata, pero que hablaba de la música en Jerez de forma muy global. Empecé a encontrar cosas verdaderamente interesantes, como la Sociedad Filarmónica, que venía de la época del asociacionismo, del siglo XIX, que fue una corriente muy importante en España. Gracias a ello nacieron muchos conservatorios, orfeones, orquestas y recitales. Digamos que era un grupo de gente a la que le gustaba la música y hacían todo ese tipo de actividades. Sin ir más lejos, la Sociedad Filarmónica de Málaga aún existe, y data de 1868.
Yo lo he escrito con esa intención. Pensé en hacerlo así porque para este mismo libro tuve que leer cosas muy complicadas para aquel público que no está familiarizado con la nomenclatura musical. Me parecía muy pesado, y he intentado que sea pedagógico y ameno. De todas formas, tengo que decir que con el libro lo he pasado muy bien, he aprendido muchísimo, y me ha encantado descubrir a cantidad de músicos que están aún en la sombra, caso de Luisa Terzi, de final del siglo XIX, que tuvo la absoluta admiración de Pablo Saraste, que era uno de sus maestros. Ella cantaba, tocaba el chelo, y era súper reconocida en toda España.
"La figura del músico profesional en Jerez es una quimera"
Eso fue un tiempo muy bonito, con música tradicional que, a través de los romances, se trató de rescatar esa música que era popular, con un ritmo de tango. Así hacíamos la música que instrumentábamos con diferentes elementos, de manera que hacíamos una especie de mezcla muy diversa. Lo cierto es que tocábamos por toda España, e incluso en Italia.

Creo que pasó como con esos amores que tienen que acabar, porque si no, no es un amor de verdad. Fue todo muy pasional, con personas muy diferentes, pero en fin, son cosas que pasan. De todas maneras también hay gente joven a la que hay que darle paso.
Sin duda tengo la misma pasión de siempre. La misma que cuando fui a tocar por primera vez con la banda municipal. De verdad. Hombre, hay veces, que con tantos años, uno tiene menos ganas de algunas cosas, pero siempre me lo paso bien. Sobre todo si veo gente entre el público que se lo está pasando bien, te alegras y saber que estás haciendo cosas que le gustan a la gente.
"Es curioso porque me dicen: 'Es que tú te lo pasas muy bien tocando'. ¿Y qué quieres, que me lo pase mal? Parece que como estás tocando no estás trabajando"
Carlos es un percusionista maravilloso y un amigo. Lo admiro muchísimo, pero yo ahí difiero. Yo toco para mí, lo tengo muy claro.
He tocado en Semana Santa, en el templete de la Alameda Vieja. Yo tengo ya más años que un bosque. Pero fueron mis inicios, las primeras veces que tocaba en conjunto. Mis amigos del alma son aquellos con los que toqué en mis inicios. Fue un periodo maravilloso, el mejor de mi vida.
No me quiero meter en política, porque no tengo ni idea, pero me parece muy injusto en todos los sentidos. Primero porque es un vivero de músicos. En toda la provincia de Cádiz no hay ninguna banda profesional salvo la de infantería de marina (TEAR), que son militares y suenan de maravilla. La hay en Almería, en Jaén. Y en la provincia de Cádiz, lo más parecido es la de Jerez, y se la están cargando. Y es curioso porque me dicen: "Es que tú te lo pasas muy bien tocando". ¿Y qué quieres, que me lo pase mal? Parece que como estás tocando no estás trabajando.
Es así. La gente habla sin saber. Date cuenta de que la banda municipal la fundó Álvarez Beigbeder, pero está claro que la figura del músico profesional en Jerez es una quimera. No existe.
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