De Caydsa a Díez-Mérito, pasando por Sandeman, La Guita y Álvaro Domecq
Gabriel Puerta se acaba de jubilar después de casi 50 años trabajando. Es, ha sido, un trabajador de bodega como hay cientos, como ha habido miles antes en el Marco de Jerez. Venencia, arrumba... y por supuesto, se jubila como responsable del departamento de envejecimiento en Díez-Mérito. Este sanluqueño militante –aunque con algún antecesores en Jerez– ha conocido también el reverso de las bodegas, las viñas, y no porque haya vendimiado en alguna ocasión, que también, sino porque tiene una pequeña explotación a la que le dedica parte de su tiempo libre. A la familia de Gabriel la conocen en Sanlúcar como 'los toreros', algo lógico si se tiene en cuenta que es pariente lejano ni más ni menos que del mítico diestro Diego Puerta. A la entrevista se presenta con Miguel Flores, enólogo de la bodega, que dice que aunque las cosas no comenzaron bien entre ellos, hoy es alguien a quien echará mucho de menos en el trabajo y al que espera seguir tratando tras su jubilación.
Respuesta: Pues sí. Yo entré en con 16 años en Caydsa, la bodega de la cooperativa Virgen de la Caridad, así que...
R.: Por mi vida laboral, desde luego... Pero supongo que usted quiere que le hable de cómo ha cambiado el sector en todo este tiempo y cosas así...
R.: Es muy diferente. La forma de elaborar el vino, el embotellado... Todo es muy diferente. Antes era todo manual. Hoy está todo mucho más mecanizado. Tal vez lo que menos se ha cambiado es precisamente el trabajo puro de bodega, que es el que es, el que hay que hacer... Claro, no es lo mismo una bomba de las de ahora que las de antes, pero el trabajo es igual.
R.: Claro. Mire, además de los avances técnicos, en todo este tiempo se han ido produciendo también cambios laborales, tanto de normativa como de derechos, que han ido influyendo, cambiando en la forma de trabajar...
R.: Y sus huelgas. La de comienzos de los 80, que estaba yo haciendo la mili, que fueron bastantes días en vendimia. La de 1991, que también fue de más de dos meses... o la última grande que hubo, hace 6 ó 7 años, que estuvimos también 17 días. Los trabajadores de bodega han luchado por lo que tienen. Se han movilizado y cuando se ha ido a la huelga se han aguantado días y días. Nadie nos ha regalado nada. No ha sido una cosa de decir, mira, queremos esto y nos lo han dado. Ha sido a base de lucha, de huelga y de sacrificio, de todos y cada uno.
P.: Ustedes, que son los que están 'a pie de bota', nunca mejor dicho, ¿cómo ven las grandes decisiones sectoriales, qué piensan?
R.: Pues a veces piensas "este lo clava" y otras "este no tiene ni idea". Depende, es así. Podemos pensar "¿Y esto, cómo es? ¿Cómo han pensado en hacer esto? Vaya ocurrencia", pero también hay veces que dices "pues mira, esto tiene fundamento".
R.: No. Ellos (los directivos) cogen un ritmo y dicen "esto queremos" y hay que hacerlo. No es habitual que alguien baje y diga "hemos pensado qué..." y que te digan "qué me propones tú para mejorar". En algunas bodegas pequeñas sí, porque hay menos dirección y se consulta más con el trabajador, se difumina un poco la relación entre el empresario y el trabajador.
R.: Bien, me parecen bien. Mire el envinado de botas, el trabajo que da. Todos los toneleros están a tope, trabajando, y el valor que deja. La verdad es que el sherry cask está encareciendo el valor del vino. Si no fuese por el sherry cask, el mosto tendría un precio mucho más bajo... Mire lo que va a hacer The Macallan en Guadalcacín, eso puede ser un bombazo para la zona. Para la actividad económica de bodega y tonelería, para el turismo. Es un proyecto que está muy bien... Pero ahora también está fuerte el brandy, que está dando mucha vida a las bodegas, en algunos sitios están a tres turnos con el brandy, con una exportación muy fuerte...
"Lo de The Macallan puede ser un bombazo para la zona, para las bodegas, la tonelería y el turismo"
R.: Hombre (amplias sonrisas)... pero yo no minusvaloro al fino. La gran diferencia es que Sanlúcar tiene dos mareas diarias que influyen, que refrescan, que hacen que el vino, la manzanilla, críe más flor. Las temperaturas en Jerez en verano son mortales, en Sanlúcar siempre son más suaves.
R.: Pues no sabría decirle... Bueno, una vez, en Caydsa estuvimos con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, en un acto del PSOE, nos hicimos fotos... fue un acto bonito.
R.: Sí, he estado en Caydsa, Sandeman, Álvaro Domecq, La Guita y los últimos años en Díez-Mérito. En realidad, si hablamos de la elaboración todo es un poco lo mismo.
R.: Yo no he tenido problemas trabajando en ningún sitio. En mi nómina, por ejemplo, pone que soy el encargado de departamento de la bodega de envejecimiento, aunque llevo un par de años en el embotellado. Yo estoy muy contento con la labor que he realizado, conmigo siempre se han portado todo el mundo bien, no tengo problemas, estoy satisfecho.
R.: Una de mis hijas es licenciada en Educación Física, la otra es nutricionista y el otro trabaja en montaje de aire acondicionado, les va razonablemente bien... En cualquier caso, eso no se ha perdido del todo, pero no es lo que era antiguamente, por el tema de convenios, etc. Mire, yo calificaría la vida laboral que he tenido como bonita, y se trata de un trabajo que incluso puede calificarse de cómodo, con un horario que está bien y te deja mucha libertad para hacer otras cosas...
"Cuando ves las grandes decisiones que se toman en el sector, a ves piensas este no tiene ni idea y otras este lo clava"
R.: Sí, tengo una viña pequeñita en Sanlúcar, hacia la zona donde está el centro comercial Las Dunas. Me gusta mucho cuidarla.
R.: Sí, pero lo pagan, lo pagan bien y tampoco es obligatorio...
R.: Sí, está bien... Incluso, tal y como está la vida, alguno querría dos turnos el fin de semana (risas).
