El Canijo y Los Estanques
Un giro de esos que uno no puede prever si no conocía la historia previamente era que el Marcos del Ojo (Jerez, 1982), aka el Canijo de Jerez, se uniera a un grupo cántabro de pop rock psicodélico Los Estanques, con el músico (y productor) Íñigo Bregel (Santander, 1991) a la cabeza. Y ojo, porque apuntan ambos a que puede ser el nuevo espacio de desarrollo musical en que se muevan por varios años. Por lo pronto, el día 18 de septiembre sacan disco, Lágrimas de plomo fundido, un proyecto con una decena de actuaciones antes de presentar el álbum, a modo de rodaje. Difícil de enmarcar, porque tiene tramos que suenan a Leño, referencias a La Leyenda del Tiempo de Camarón, o bulerías, pero siempre con un primer tema psicodélico sin letra que es el que da nombre al disco.
Pregunta: ¿Qué surge antes? ¿La convivencia previa de alguna fiesta o el encuentro cultural?
Marcos El Canijo: Conocíamos nuestra música, a mí me gustaban mucho Los Estanques y él conocía mi universo. Me mandó un día un mensaje por Facebook e hicimos por conocernos y hablar, para flotar de alguna manera. Coincidimos en Madrid y le hablé de una idea que tenía, que era El murmullo de los perros, y me dijo que se la mandara. Al cabo de una semana me mandó la canción grabada, con baterías, bajos, teclados, solo para meter la voz, eso fue la semilla de este proyecto. Un proyecto por buscarnos y ver qué sale. Nos gustó tanto que nos juntamos otra vez en Madrid, en un estudio de Íñigo, y vi el cielo abierto, y dije ‘me tengo que juntar con el melenas este’. Desde el minuto uno estábamos bebiendo cerveza, fumando petas… El rollo cultural y el rollo de la amistad han ido de la mano.
Íñigo Bregel: Yo venía de hacer unas sesiones en el local con distintos músicos y le escribí para hacer un tema. Hemos encajado la psicodelia, los años 70, y lo hemos gozado.
P. Es un encuentro de una punta a otra de la península. Eso tiene mucho de fusionar tradiciones, pero también de estilos propios.
IB: Del rock andaluz, del rock más duro, al más español, más tipo Leño… Hemos fusionado en función de la letra, de lo que traía él con la guitarra, dentro de un abanico muy grande. Veníamos de escuchar mucho a Triana, Gualberto… Qué mejor excusa que juntarnos con El Canijo, porque él es conocedor de todo eso.
MC: Juntarnos y escuchar de todo ha sido el punto de unión, desde Pink Floyd, Camarón, todo tipo de cosas.

P. De unos años para acá, es más habitual colaborar con una canción que para hacer un disco completo. Porque no sale a cuenta sacar discos completos, quizás. Ya no se consume como cuando nos gastábamos 3.000 pesetas y escuchábamos el disco entero durante semanas. Hoy la música parece que se centra en ‘petarlo’. ¿Han ido contracorriente, digamos, con este trabajo?
MC: Sí, pero es que como somos tan pesados (ríe).
IB: El objetivo principal siempre ha sido el disco. Queríamos mantener el discurso todo el rato. Hay alguna canción como Luna, tú me llevas que sí puede parecernos más single, pero siempre con el objetivo del disco entero.
"Este disco es una oveja luminosa"
MC: Empezó con la idea de corromperme por derecho y hacer cosas que no hacía habitualmente. Se está muy cómodo en la zona de confort, pero entonces estás muerto por dentro. Tengo inquietudes. Lo tenía superfácil como El Canijo de Jerez, pero he querido pegar un parón para hacer otros proyectos, como este, G-5 o Los Delinqüentes el año que viene. Y yo siempre quise estar en una banda de rock, lo que pasa es que los caminos, la vida, te llevan por otro sitio. Conocí a Miguel, y entonces inventamos nuestro sello, el garrapateo, que estoy muy orgulloso de ello, pero el rock and roll también me llena. Juntarme con músicos como Los Estanques, unos fuera de serie, unos bichos, con los que ya he tocado más de diez veces antes de salir el disco… Y el recibimiento ha sido muy bueno. El disco sale el día 18. Ha sido como un hobby, pasarlo bien con ellos, para convertirse en un oficio, algo serio. Aunque este proyecto sea el niño travieso de mi carrera musical.
P: ¿El niño travieso?
MC: Sí, como la oveja negra, pero no es negra, es una oveja luminosa y clara y blanca, pero que no es lo que normalmente hago. Sería como el Revolver de Los Beatles.
P: Pero eso les puede alejar de radios musicales, no sé, Los40, o del algoritmo de Spotify, frente a otros proyectos que buscan más la rentabilidad.
MC: No, si en Los40 no me ponen a mí tampoco, compadre (ríe).
IB: No es que lo hayamos buscado, pero sí hemos hecho algo que quiere salirse de la norma. No ha sido decir ‘vamos a hacer algo especial’, sino ‘vamos a hacer algo guapo’, algo especial.
"No hay una receta para triunfar. Es la pasta, los contactos, lo que quieran las discográficas"
MC: Tu disco quieres que suene gloria bendita, y por eso le hemos puesto todo el alma, el espíritu.
P: ¿Qué viene después del disco? Sale justo tras el verano, mirando a fechas invernales, no sé si el arranque para llegar al ciclo de primavera y verano del 26 en festivales.
MC: Hemos hecho una serie de conciertos para estar engrasados, y eso es muy bueno, porque la banda está formada. El 12 de octubre estamos aquí en Sevilla, en el MyPlaylist Fest, y hasta tocamos en el Gran Teatro Falla, que eso es increíble. También tenemos Granada, Madrid, Barcelona… Queremos ir a todos lados.
P: ¿Hay sitio en la escena musical? ¿No es para todos más fácil hacer lo que está estipulado hoy en día para triunfar?
IB: Hasta donde podamos llegar, bienvenido sea. Hay chavales que lo han petado haciendo progresivo, adaptando su movida.
MC: La música verdadera hay que buscarla en otros sitios. Nosotros nos consideramos músicos underground, aunque parezca que se está perdiendo. Hoy en día parece que funciona más el postureo que currárselo en un estudio, pero todavía quedan artesanos a los que cuesta llegar a fin de mes, o que no viven de la música, que se dedican a otro oficio, que están deseando salir de las catacumbas para romper el techo de cristal y hacer renacer el rock and roll más fuerte que nunca.
IB: Lo importante es la personalidad de la música, no tanto la cantidad de cosas que hagas. Ahí hay una oportunidad.
¿Está peor la música?: "Pregúntale a Sergio Ramos"
P. ¿Veremos canciones en el número uno, cocinadas y hechas con IA, que unan los ingredientes para triunfar?
MC: Nos la colarán, seguramente, como en otras cosas en las que nos la cuelan.
IB: Yo creo que no hay una receta, es la pasta, los contactos, lo que quieren las grandes compañías con cierto poder.
P: ¿Está peor la industria musical ahora que hace 20 años?
MC: Pregúntale a Sergio Ramos (ríe).
IB: Es una buena respuesta. Mira cómo ha aparecido en todos lados. Tocotó, tocotó (hace un gesto de pago de dinero)
P: Dentro de la trayectoria de Los Estanques, ¿qué significa este disco con El Canijo?
IB: Es un artista de una talla… Poder compartir nuestro universo con él es impresionante.
Sobre la gira de Los Delinqüentes: "Algo tendremos que hacer en Jerez, estamos negociando"
P. Coincidirá el proyecto de Los Estanques con el reencuentro de Los Delinqüentes.
MC: Sí, pero no haremos muchas fechas, es porque son 25 años de nuestro primer disco. Solo hemos anunciado un concierto en Madrid, pero lo mismo anunciamos alguno más, porque la gente nos lo está pidiendo. Yo cuando estoy en casa lo que quiero es salir a tocar y viajar con los colegas, me gusta la tramoya, la prueba de sonido, y mi plan es seguir tocando con Los Estanques cuando nos llamen el 2026, el 27, y hasta el 30.
P: Entre las fechas, aún quedará por anunciar una de Los Delinqüentes en Jerez, no sé si ya está en marcha, pero la gente lo está pidiendo y puede ser histórico.
MC. Sí, algo tenemos que hacerle a Jerez, por supuesto, no sé si para empezar o para acabar. Es nuestra tierra y nos hace mucha ilusión. Veremos, estamos trabajando con la oficina que monta la gira y todavía no hemos llegado a un acuerdo. Por ahora solo tenemos el Wizink Center, espero que sean más. Pero sabemos que tiene fecha de caducidad, porque es un grupo que acabó. Está bien juntarnos, hacer algunas giras de aniversario, a lo mejor con el tiempo sacar un single, pero cada uno tiene su carrera musical. Tampoco está Migue con nosotros. Tuvimos una carrera bastante larga juntos como dúo y fue bien. Mi idea es seguir investigando en mi carrera en solitario, seguir tocando con colegas como G5, con Los Estanques. Y vivir día a día. Al fin y al cabo, escribir canciones, aportar cosas, tener experiencias, inspirarte. Ahora también cuidando a mi niño.

P. Jerez es muy chico y alguna vez se ha dicho que no estaban ustedes ya cómodos con eso de que volvieran a tocar juntos Los Delinqüentes. ¿Han tenido mucha presión social?
MC: Me lo decían constantemente, hasta las cajeras del supermercado.
P: ¿Y ha acabado cansado de eso?
MC: No, yo nunca he acabado cansado de eso porque Los Delinqüentes es para mí el mejor grupo de mi vida. Estoy agradecido y enamorado de lo garrapatero y lo voy a llevar siempre por bandera. Aquí está El Canijo y mi compare Diego El Ratón, que lo quiero con toda mi alma, que echamos mucho de menos a nuestro compare Migue. Su hermano, Manu, también nos ha estado ayudando para preservar el legado de Migue, de Los Delinqüentes y de los garrapateros. El Canijo es delinqüente para toda la vida.
P. Pero quizás llegue un momento en el que se pueda hacer pesado que te recuerden lo que hiciste hace 15 años.
MC: Sí, pero esa época ya la pasé cuando dejé Los Delinqüentes en 2012. Fue empezar de cero otra vez con toda la ilusión del mundo. A mi primer concierto en Bilbao vinieron ocho personas a verme. De ahí a llenar Vistalegre. La ilusión y las ganas podían más que el defraudarme, el agobio y la presión social de la gente. La gente me decía "tío, Los Delinqüentes molan más". Pero qué va, el tiempo me ha dado la razón, a la vista está, me dieron mis premios de la música, tengo oyentes mensuales, mis discos han funcionado y me han dado de comer.
P. Hablando de crear, ¿se escribe mejor en meses de lluvia, cuando no hay tanto festival?
MC: Sí, y a mí me gusta escribir a las tantas, cuando todo el mundo está durmiendo a la una, a las dos, a las cuatro de la mañana, esas son mis horas.
P. Dentro de nada, compatibilizándolo con forrar libros cada septiembre. ¿Se va a notar en lo musical de alguna forma?
MC: Ya no se forran libros, hay que adaptarse a los tiempos, compadre, todo es tecnología. Lo que venga, para adelante, voy a intentar ser un buen padre y darle a mi hijo la mejor educación para que sea buena persona, que sea feliz, alegre, y que haga lo que quiera. La música se respira en mi casa y mi mujer, Belén, es mi manager, es la que me arma las giras y los proyectos, es la que me saca la vara verde y me dice “venga, a salir a tocar”. Y yo diciendo que no, que estoy bien en casa con el pijama. Y nada, agradecidos a dedicarnos a esto, que es nuestro oficio y tantas alegrías nos da.


