Decir "¡Qué fuerte!" tiene doble sentido cuando 'El Porrúo' está presente. Se llama Juan Carlos Heredia Cortés, pero no le consta que sus antepasados sean de etnia gitana. Nació en La Línea, pesando 5,800 kilos y "con una mancuerna, en vez de con una barra de pan, bajo del brazo". De pequeño soñaba con trabajar como electricista junto a su padre, en la central térmica de Los Barrios. Pero a los 20 años de edad se quedó prendado de la explosividad del strongman polaco Mariusz Pudzianowski y en 2010 se convirtió en el hombre más fuerte de España. Desde entonces, nadie le ha arrebatado el título —también porque en 2013 dejó de estar homologado— y trabaja recorriendo la geografía española para competir, hacer exhibiciones, dar seminarios y entrenar en su gimnasio ubicado en Palmones, pedanía de Los Barrios.
"He tenido suerte al conocer este deporte", se sincera. Con una genética 'destinada' a las competiciones de fuerza, Juan Carlos prefiere hacer especial hincapié en la capacidad mental: "Actualmente hay muchos chavales que no están preparados psicológicamente para aguantar estos entrenamientos que son tan duros. Porque aquí los más importante de este deporte es la mente. Tiene que tener una concentración, una fuerza mental muy fuerte. Porque claro, cuando haces un ejercicio, te puedes lastimar, y como tu dudes, es posible que te rompas".
Con 1,92 metros de altura y 155 kilos —hasta la fecha—, 'El Porrúo' se prepara para un campeonato de strongman en Oporto y otro en Alicante, para luego, lograr un nuevo récord en España. "Dentro de un par de mesecitos, si Dios quiere, voy a ser el primer hombre de España que tire de un avión de 45.000 kilos", sonríe. A sus 44 años lo tiene claro: "La edad es una actitud y si tienes ganas y las lesiones te cuidan...". Afirma comer tres veces al día, con varias tomas de batidos de proteínas a lo largo del día, y suele ingerir casi 5.000 calorías diarias.
Pero este deportista y recordman linense no solo se deja ver por gimnasios y campeonatos de fuerza, sino que es colaborador de programas como El Hormiguero, con Pablo Motos, Menuda Noche, con Juan y Medio, y En el aire, con Buenafuente. Además de haber hecho varios cameos en el cine. Primero en la saga de Santiago Segura, en Torrente 4: Lethal Crisis, nada que ver con El autor, ganadora de dos premios Goya. Eso sí, en ambas 'El Porrúo' hacía el mismo papel. "Me han encasillado en el papel de la cárcel, de malote, y yo no sé qué me han visto de malote, yo me considero buena gente", ríe. Bonachón, cercano y muy familiar, Juan Carlos Heredia sigue teniendo sed de batir récords.
¿Por qué ‘El Porrúo'?
Aquí por nuestra zona, porrúo significa ser basto. Y yo tengo las manos muy grandes, muy gordas y los deos porrúos... por eso me han llamado así. Lo admití, porque no me parecía ningún descalificativo y ya se ha convertido en mi nombre de guerra, mi nombre artístico y he creado mi pequeña marca, porque ya me conocen así por toda España. Estoy orgulloso de que me llamen 'El Porrúo'.
Jugó al baloncesto, ¿por qué este deporte y no otro?
Sí, fue mis inicios, juegue aquí en el CB Linense, y luego en Club de Baloncesto de los Barrios. Y realmente empecé por la altura. Yo mido ahora 1,92 metros y ya de pequeño destacaba por mi altura. Y en el deporte, el baloncesto no se me dio mal, llegué a jugar semi profesional. Pero se me iban los ojos cuando veía las películas de Arnold Schwarzenegger, de estos grandotes. Y yo quería ser como ellos. E incluso en el equipo me decían: "Porrúo te estás poniendo muy grande…". Porque tampoco interesaba que yo me pusiera tan musculado para jugar al baloncesto. Y fue justamente dejar el baloncesto, en 1994, cuando ya empecé a entrenar. De 115 kilos que pesaba cuando jugaba al baloncesto, me puse en más de 150 kilos, solamente en el primer año. Todo me resultó muy fácil y el primer año que competí en press banca ya batí el récord de España y ya luego me dediqué al strongman. En lo que es la fuerza y el mundo de las pesas, me ha ido rodado…
"De 115 kilos que pesaba cuando jugaba al baloncesto, me puse en más de 150 kilos, solamente en el primer año"
Pero ¿con qué edad comenzó a trabajar con pesas?
Empecé tarde, hacía muchas flexiones, ejercicios básicos, abdominadas, pero fue dejar el baloncesto y dedicarme plenamente a entrenar mi cuerpo.
Si bien este deporte lo encontró a los 20 años, ¿con qué profesión soñó desde pequeño?
Mi padre trabajaba en la central térmica de aquí, de los barrios. Y la verdad es que yo he sido un ‘chispa’ frustrado, como yo digo. Me gustaba mucho la electricidad y la electrónica. Me saqué mi título de maestro industrial de la Electrónica, y pensaba que iba a dedicarme aquí a trabajar con mi padre en Sevillana, que ahora es Endesa. Pero me ofrecieron la oportunidad de coger este gimnasio aquí en Palmones y al final, ahí empezó mi carrera. Y la verdad es que estoy contento de haberme dedicado plenamente a mi gimnasio, a mi gente y a entrenar. He hecho un trabajo que al final sigo con las mismas ganas desde el principio. Muy motivado de ver a mis alumnos y trabajar en algo que te gusta, hoy por hoy, es un lujo.Conoció las competiciones de fuerza a través de Eurosport, ¿cierto?
Sí, claro. Las competiciones de strongman aquí en España era algo muy raro. Nadie lo conocía y antiguamente en el canal de Eurosport sacaban muchas competiciones de los hombres más fuertes del mundo y yo cuando empecé a entrenar, vi que mi físico era muy parecido al de estas personas. Así grandotes, de mi estatura, de mi peso… Y empecé a investigar. Había competiciones por aquí en España, pero todavía no estaban muy fomentadas y claro, lo más importante para comenzar con esto es tener los aparatos para entrenar y competir. Un yugo, una bola de granito… cosas que normalmente no encuentras en un gimnasio. Fui haciéndome con los cacharros de competición en cada evento, y poco a poco fui entrenando hasta que competí a nivel europeo, mundial… Mi mejor marca fue quedar cuarto del mundo. Me hice un nombre.
¿Y quién era su referente cuando comenzó en este deporte?
Había uno que se llamaba Mariusz Pudzianowski, un polaco, que era un crack de la fuerza. Y yo le seguía muchísimo.
"Ellos —sus amigos– me lo decían, Porrúo tú has nacido para esto"
¿Qué le dijo su familia cuando decidió que su camino era este?
Me considero muy afortunado porque tengo muy buenos amigos, de La Línea y de todos lados, y ellos siempre se han sentido muy orgullosos de verme a mí en la tele y en las competiciones. Ellos a mí me lo decían: "Porrúo tú has nacido para esto. Tus dedos, tus manos, tus rodillas… Tú has nacido para este deporte".
En algunos talent shows de España hay quien dice que arrastrar toneladas no es un talento, dime cuánto trabajo hay detrás para ser el hombre más fuerte de España.
Te dedicas plenamente a este deporte. A diferencia del culturista, que aplica más el sufrimiento en una dieta, a nosotros nuestro sufrimiento se traduce en dolores articulares, en que, llueva o no llueva, tú tienes que salir ahí afuera y coger un yugo de 400 kilos y menearlo. Saber que te vas a acostar con dolores, sí o sí, y aguantar hasta el día de la competición. Y allí vas a competir con 10 ó 12 atletas que van a ir igual o mejor preparados que tú y tú actuar ya con tu psicología para apretarle e intentar ganar en todas las pruebas.
"No creo que una capital me hubiese dado más calidad de vida, sí más dinero, pero más calidad de vida no"
Siete veces reconocido como el hombre más fuerte de España y cuarto en una competición mundial de Strongman, pero, ¿de qué título se siente más orgulloso?
De todo un poco. Estoy muy orgulloso de ser el hombre más fuerte de España y que la gente me reconozca. Pero a nivel personal, quedar cuarto entre los mejores, o tercero en un campeonato internacional en Finlandia, o en Holanda que quedé segundo… Hay muchos eventos que te llenan. Todas han sido un sacrificio y a todas les doy su valor. Reside en Los Barrios, ¿por qué decidió quedarse en la provincia y no marcharse a una gran ciudad?
Yo soy muy familiar, y necesito tener cerca a mis padres, mi hermana… Entonces yo verme por ahí… vivo muy bien y me conformo con poco. Prefiero la tranquilidad de este pueblo, en Palmones, además de la acogida que tengo aquí y la ayuda que me prestan. No creo que una capital me hubiese dado más calidad de vida, sí más dinero, pero más calidad de vida no.
Para finalizar, ¿qué siente cuando relacionan el Campo de Gibraltar con el narcotráfico?
Lo veo mal. Nos dan mucha caña a nivel de la droga aquí, en el Campo de Gibraltar. Esto es muy bonito, hay playas muy buenas, sitios gastronómicos muy buenos, y que nos consideren un pueblo únicamente del narcotráfico… Que sí, que es un problema y eso lo sabemos todos. Pero de todos los habitantes que hay, es un porcentaje mínimo. Que sí, que hacen mucho ruido, y para las noticias dan más bombo, pero también podrían sacar la buena gente que hay aquí. Que no seamos solamente conocidos por el narcotráfico.
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