Una pregunta que todo el mundo se ha planteado alguna vez es aquella de en qué época nos hubiera gustado vivir. Fantasear para conocer de primera mano cómo vivían algunas civilizaciones o, directamente, nuestros antepasados. Básicamente, que el Ministerio del Tiempo, fuera real. Lo cierto es que no lo es (que sepamos). Sin embargo, una empresa sevillana ha puesto en marcha una iniciativa que nos puede acercar a la fantasía.
HolaVR es un proyecto tecnológico especializado en realidad virtual y puesto en marcha por Pablo Valdera, un actor que después de pasar por Canal Sur se enamoró de los cromas y todas las posibilidades que podía ofrecer. Recientemente, Valdera se ha aliado con el Ayuntamiento de La Rinconada y el museo de la localidad sevillana para desarrollar un proyecto donde la tecnología se pone al servicio de la cultura y con el cual se puede 'viajar al pasado'.

En concreto, HolaVR y Espiral Patrimonio han creado una forma para conocer los orígenes de La Rinconada y visitar el Cerro Macareno con su población tartésica en el siglo VIII a.C. de manera inmersiva. El usuario se sube a una plataforma con gafas de realidad virtual y en conjunto simula la nave Turdetania. La particularidad de esto es que se trata de una realidad virtual a 360 grados donde todos los que 'viajan' en la nave participan de la misma experiencia.
"El objetivo es adaptar nuestra tecnología al uso museístico", señala Valdera a lavozdelsur.es. A pesar de que la empresa está especializada en realidad virtual, su responsable reconoce que para esto en cuestión ha habido que hacer un desarrollo. La observación fue clave. "Me llamaba la atención lo atractivo que eran para los jóvenes los módulos de cine 9D. Para ellos es atractivo que se mueva el módulo, pero el contenido que ven ahí es anodino".

"Cogimos ese módulo de cine 9D, establecimos un protocolo de comunicación con la central inteligente que mueve los brazos hidráulicos y conseguimos que hiciera los mismos los movimientos que nosotros necesitábamos y fueran acorde al contenido que nosotros estamos sirviendo en nuestras gafas de realidad virtual compartida", explica.
Esto no queda aquí. Para lograr una experiencia realista, la empresa tecnológica metió el módulo dentro de un plató de croma en 360 grados para conseguir que el usuario viajara en una nave que hiciera los mismos movimientos que se simulan. "Si volamos con un dron, la aeronave hace los mismos movimientos que ese dron. Va volando por un paisaje, pero tú te ves a ti mismo, ves el sitio en el que vas sentado y vas volando realmente por ese paisaje", añade.
La parte cultural
Aunque la pata tecnológica es fundamental en esta iniciativa, no lo es menos la cultural para que lo que se vive dentro de esta nave sea fiel a la realidad. Por ello, el contacto con Espiral Patrimonio, empresa encargada de gestionar el Museo de La Rinconada, ha sido permanente. Al frente está Maribel Rodríguez, que no esconde su fascinación.
"Nos hemos metido en esto porque el principal yacimiento de aquí es muy difícil de visualizar. No hay acceso público porque es propiedad privada. Esto nos permite hacer visible lo que no lo es", cuenta Rodríguez a este periódico. El viaje cuenta y muestra lo que era la zona. Una ciudad construida en barro sin grandes construcciones pero con una gran zona industrial.

"Con esto podemos hacer un previo a la visita porque cuando ves los restos que son de difícil lectura lo conectas inmediatamente. Ves un río que ahora no hay. Ayuda a la imaginación a poner en su sitio lo que hay allí". Una de las claves es el lenguaje actual que se ha utilizado para atraer a los jóvenes a algo que, quizás, por sí mismo, no les despierta interés.
"Es especialmente interesante para los públicos más difíciles porque la primera nota lúdica y permite luego introducir el discurso", comenta Rodríguez. "Como herramienta de introducción al patrimonio no tiene precio". "Con esto los jóvenes se van a sentir atraídos por el patrimonio. Los jóvenes van a conocer su pasado y lo que dio origen a la localidad donde viven. Van a pasear por el interior de esa ciudad", agrega Valdera. "Estoy seguro de que vas a tener a los jóvenes una tarde sí una no en el museo para montarse".
La utilidad está especialmente en mostrar lo que no se ve. La directora del museo pone dos ejemplos claros. "Es difícil pensar que La Rinconada era mar o que Las Cabezas de San Juan estaba en la costa. Se pueden ver esos fenómenos de forma inmersiva". A lo que se muestra hay que sumar que el objetivo es que el usuario pueda interactuar. "No solo tienes que buscar que la gente lo comprenda, sino que también lo sienta".
La coordinación ha sido fundamental. Entre las partes implicadas han elaborado un guion conjunto para aportar documentación escrita y gráfica de forma que HolaVR pudiera desarrollar algo fiel a la realidad. Ni la forma de vestir de las personas, si cómo son las casas, ni el tipo de barco que usaban en esta civilización están dejados al azar. "Todo está supervisado por especialistas".



