Había miradas políticas y en busca del titular, pero no hubo nada de eso. Triana este viernes se aisló del ruido y fue de nuevo el barrio. Un evento cerraba así la Velá de Santa Ana, reconociendo a más de una docena de personalidades que han dado vida durante décadas al barrio, desde negocios y hermandades hasta la labor social de las Hijas de la Caridad.
Pero los focos estaban en Susana Díaz. Es la Hija Predilecta, un premio que no se suele dar pero que rescató para ella el Ayuntamiento. Hubo mucho de especulación sobre si trataba de reforzar a Díaz y dañar así al PSOE. En realidad, parece, ha habido más ruido que nueces, porque si el premio pudo enfadar a muchos socialistas, no se podría acusar al gobierno del PP, visto el acto, de haber sobreinflado el evento. Más allá de Sevilla, no ha tenido más repercusión que las críticas que generó.
"Por encima de las indudables diferencias políticas, que está claro que las tenemos, me parece de justicia que un barrio como Triana sea capaz de reconocer la entrega y el amor por su barrio de esta vecina ilustre", le dijo el alcalde, José Luis Sanz, en su discurso final.
La propia premiada hizo un repaso nostálgico por sus calles y se emocionó cuando dijo que lo último que vio su padre de Semana Santa, "el Negro", fueron los ojos del Cachorro. "Me enseñó a ser trianera". Se recordó a ella misma yendo de pequeña a por unos tacones que se llevaba fiados, comprando chucherías. Si algo demostró Díaz fue que sigue articulando discursos sin mirar el papel, conectando como lo hizo la vertiginosa década pasada. "Viva Triana, puente y aparte", gritó para cerrar su intervención.
No pudo acudir Carlos Alcaraz, el tenista murciano que debutaba este sábado en los Juegos Olímpicos. Se le concede el título de Trianero Adoptivo, un premio que recogió su tío abuelo, residente en Triana, como parte de las raíces de una posible medalla de oro en París.
Recibían también la distinción adoptiva sor María Isabel Sánchez, de las Hijas de la Caridad, y Cati León, escritora y docente. El trianero del año, el director de los Salesianos, Julio Vera. Y trianeros de honor, Luis Rodríguez, Juan Morón, Francisco González Canales, Manuel Baena y Emilio Vara, camarero y poeta. Martín Flores, premio a la trayectoria empresaria, y Cerámicas Ruiz, el Premio Niculoso Pisano. La Hermandad del Cachorro y el Coro Triana Canta también fueron premiados como entidades, mientras que el de Solidaridad es para el Rocío de Triana, por sus veranos en las colonias de la Aldea para niños en riesgo de exclusión
Unos premios que son los de una feria de una ciudad, que es una ciudad alfarera y marinera, y que mantiene su identidad cuando quedan menos corralones, pero como dijo Susana Díaz, sigue siendo Triana gracias a los trianeros. Una fiesta que muchos señalaron pero que, al final, solo ha sido eso, una fiesta.