Cuando Victoriano Soriano corría de pequeño por la judería del barrio de Santa Cruz en Sevilla, lugar que le vio nacer, no imaginaba que más de medio siglo después él seguiría allí, aunque el barrio sería muy diferente. Tampoco pensaba que esa aventura la haría con su mujer Helena Valenzuela, a quien conoció por casualidad en una pista de patinaje del parque de María Luisa. Y es que ambos son los responsables de que en el 1999, una de las casas más antiguas de la ciudad, con escrituras que tienen fecha de 1520, sea ahora un hotel que mantiene la estética de un corral de vecinos y por el que han pasado mil historias y leyendas en sus 25 años de vida.
Antes de llegar a esta fecha, que provocaría la unión empresarial de ambos, hubo una exitosa unión deportiva en los años 60. Victoriano y Helena recorrían Andalucía como pareja de patinaje artístico sobre ruedas al mismo tiempo que trabajaban como vendedores de grandes almacenes en Sevilla. Tantas experiencias comunes derivaron en un matrimonio y tres hijos.
La vida siempre les llevó por el mismo camino y cuando en la capital hispalense se montó por 1976 la pista de patinaje sobre hielo más grande de Europa, ahí estaban los dos. Dicha pista, posteriormente, lograría el Premio Nacional de Arquitectura con Victoriano como director de las instalaciones y Helena como directora de la Escuela de Patinaje sobre hielo. Este hecho parece una vivencia más, pero sería un punto de inflexión para lo que vendría después. Aquello permitió que ambos pusieran en marcha el primer negocio hostelero, una cafetería-pastelería. Aunque era el primero para el matrimonio, Helena estaba familiarizada con el gremio desde bien pequeña debido a la tienda que siempre había regentado su madre.
El entusiasmo no duró demasiado porque aquella macroestructura de hielo pasó a la historia dos años más tarde por una gran tormenta. Victoriano y Helena se quedaron sin trabajo, aunque decidieron seguir inmersos en el mundo de la hostelería adquiriendo una taberna cercana a la Catedral de Sevilla para convertirla en restaurante. "Nos vimos en la calle, pero le echamos a la vida todo el esfuerzo que habíamos desarrollado en el deporte para vencer los obstáculos que se presentaron", cuentan, antes de asegurar que el hundimiento del Palacio de Hielo "se cebó con nosotros, pero no podíamos rendirnos y afrontamos el problema lanzándonos hacia delante". Encontraron la negativa de los bancos para recibir préstamos y tuvieron que ser ellos mismos los que se hicieran cargo de la reforma. Todo ello para que viera la luz Las Escobas, un establecimiento que sigue en pie y que tiene entre sus títulos el de la taberna más antigua de España ya que data de 1386.
La familia continuó creciendo en el negocio de la hostelería y adquirió otro inmueble para establecer el restaurante Rey Don Pedro, en honor al hijo de Alfonso XI. No sería el último negocio con el que esta familia homenajearía a la historia de Sevilla. A finales de siglo llegó la joya de la corona, el Rey Moro Hotel Boutique, aunque las reformas necesarias retrasaron varios años su apertura. Su restaurante no tardó en lograr reconocimientos y se convirtió en el primero de Andalucía en obtener el Certificado de Calidad Turística.
Una casa con 500 años
Las paredes del hotel guardan cientos de historias que tienen como nexo común un corral de vecinos tradicional. Allí se han alojado celebridades que han cambiado nuestras vidas, como un alto responsable de una innovación tecnológica que supuso un hito histórico para la informática. No obstante, el hotel apunta que, por la protección de datos, no puede ser más preciso.
Un portón de madera da la bienvenida a una estructura que lleva a otra época y que prácticamente está desaparecida en Sevilla. Las macetas y la vegetación recuerdan a un tiempo que, para muchos sevillanos, ya pasó y no volverá. "Para nosotros lo artístico y cultural está directamente relacionado", asegura Victoriano, su propietario.
La peculiaridad es que hay muchísima documentación sobre esta casa palacio. Una documentación que permite dar un paseo por la historia sevillana. En el siglo XVIII, en uno de estos escritos, se define el edificio como "una casa principal con jardín, agua de pie, y demás que son de esta ciudad al sitio que llaman de Balhorna Jamardana, colación de la iglesia parroquial de Santa Cruz, que hacen esquina a la calla y plazuela de la iglesia del Hospicio de los Venerables Sacerdotes, que toda la más de su vivienda está en la calle de dicha iglesia y un postigo a la espalda en la que ahora nombran de San Fernando".
Pese a su atractivo, nunca tuvo un dueño estable y cada pocos años iba cambiando de manos hasta las del matrimonio que conforman Victoriano y Helena, algo que permitió que hace unos años este histórico inmueble fuera reconocido nuevamente y elegido como el Best Luxury Original Hotel, algo que traducido supone ser el mejor hotel con encanto de España.