La familia de Sandra, la joven de 14 años que perdió la vida en Sevilla el pasado martes tras precipitarse desde un balcón, no quiere que su historia quede reducida a una cifra más en las estadísticas del acoso escolar. Sus allegados reclaman que su muerte sirva para abrir los ojos a una realidad que continúa cobrándose vidas, y para que se asuman responsabilidades después de que el colegio Irlandesas de Loreto no activara el protocolo antibullying, según confirmó la Inspección Educativa de Andalucía.
Con un gesto, la familia ha decidido publicar la imagen de Sandra para recordar que el acoso escolar mata y que detrás de cada caso hay un rostro, una historia y un vacío imposible de llenar. Desde la Asociación Trencats contra las Violencias en las Escuelas, su presidente, José Manuel López, padre de Kira, una joven de 15 años también víctima mortal de acoso escolar en 2021, están acompañando y asesorando jurídicamente a la familia. El colectivo asegura que este caso se está tutelando “con el compromiso y la sensibilidad que merece una tragedia como esta”.
Una profunda huella de dolor en Sevilla
La muerte de Sandra ha dejado una profunda huella no solo en su entorno más cercano, sino también en una sociedad que, una vez más, se enfrenta al drama del acoso escolar. Desde Trencats explicaron que “la familia había denunciado previamente la situación de acoso que sufría. El colegio dijo haber activado el protocolo, pero ahora la Inspección Educativa de Andalucía ha confirmado que no lo hizo, por lo que ha trasladado el caso a la Fiscalía para que se determinen las correspondientes responsabilidades”.
Tras la visita del equipo de Inspección Educativa al centro, de carácter concertado, la Junta de Andalucía decidió denunciar ante la Fiscalía la no apertura del protocolo antibullying. De forma paralela, el Defensor del Pueblo mantiene abierta su propia investigación para esclarecer los hechos y analizar las posibles negligencias en la gestión del caso.
El dolor por la pérdida de Sandra se ha extendido también al ámbito deportivo. La joven era jugadora del CD Honeyball, que ha lamentado su fallecimiento públicamente. Numerosos clubes de Sevilla y de la provincia, así como los grandes equipos de la ciudad, el Real Betis y el Sevilla FC, han mostrado su apoyo y solidaridad con la familia, sumándose al duelo y condenando la violencia escolar.
Las hermandades del Cerro del Águila y San José Obrero, a las que la adolescente estaba muy vinculada, han elevado una oración en su memoria. Desde la asociación Trencats han querido dejar un último mensaje: “Reiteramos nuestro más sentido pésame a la familia de Sandra, a sus amigas, a sus compañeras y a todas las personas que hoy la lloran. Que su nombre no se olvide y que su historia sirva para abrir los ojos a todos los que pueden –y deben–actuar a tiempo. Descansa en paz, Sandra”.








