Una médico de familia del centro de salud María Fuensanta Pérez Quirós, ubicado en el barrio de Sevilla Este, fue víctima el pasado 21 de julio de una agresión verbal con tintes racistas, según ha denunciado el Sindicato Médico de Sevilla (SMS) en un comunicado. El sindicato ha calificado el episodio de “deleznable” y ha exigido mayor seguridad en los centros sanitarios.
Los hechos ocurrieron cuando una familiar de un paciente pidió a la facultativa que saliera de su consulta. Fue entonces cuando, según relata el SMS, comenzó el ataque verbal: la mujer la insultó, le exigió que “volviera a su país” y la tachó de “mala médica”, todo ello mientras intentaba animar a otros pacientes presentes a sumarse a los improperios.
Además, la agresora grabó el momento con su teléfono móvil, una práctica prohibida por ley en instalaciones sanitarias. El sindicato ha subrayado el carácter absolutamente ilegal de esta grabación, que fue realizada mientras la mujer increpaba a la doctora frente a otros usuarios del centro.
La profesional sufrió una fuerte crisis de ansiedad
El escándalo generado en la sala de espera provocó que varios profesionales del centro salieran en defensa de su compañera. Acto seguido, se dio aviso a la Policía Nacional, cuyos agentes acudieron al lugar y procedieron a desalojar a la agresora del recinto sanitario, según el relato del SMS.
Como consecuencia del incidente, la profesional agredida sufrió una fuerte crisis de ansiedad, por la que ha requerido tratamiento y se encuentra actualmente de baja médica. La dirección del centro la acompañó a interponer la denuncia correspondiente ante las autoridades.
El Sindicato Médico de Sevilla ha expresado su "rotunda condena" por lo ocurrido y ha pedido a las administraciones sanitarias que refuercen las medidas de seguridad en los centros de salud, con el objetivo de prevenir este tipo de ataques, cada vez más frecuentes, contra el personal sanitario.
Desde el SMS insisten en que las agresiones, sean físicas o verbales, no pueden tolerarse, y recuerdan que los profesionales de la salud merecen respeto y protección en el ejercicio de su labor diaria.


