La Fiscalía de Sevilla ha decidido elevar a 23 años de prisión su petición de condena contra la madre biológica de la recién nacida hallada viva en un contenedor de basura en Los Palacios. La bebé fue encontrada con el cordón umbilical aún colgando. Tras la segunda sesión del juicio, celebrado en la Audiencia Provincial, ha quedado visto para sentencia.
El Ministerio Público considera a la acusada autora de un delito de asesinato en grado de tentativa, actuando con alevosía y con la agravante de parentesco. En su escrito final, la Fiscalía sostiene que la mujer actuó con una “clara intención de causar la muerte” de la menor, informa Europa Press. Además de la pena de prisión, solicita una inhabilitación especial, libertad vigilada y la prohibición de acercarse a la bebé.
El segundo acusado, un hombre con un 67% de discapacidad reconocida y declarado incapaz de administrarse por sí mismo, también se sienta en el banquillo. La Fiscalía ha aumentado su petición de pena de seis meses a seis años de prisión, considerándolo cómplice del intento de asesinato. Según el relato del Ministerio Público, él habría sido quien depositó a la recién nacida dentro de una bolsa de plástico que acabó en el contenedor, siguiendo las instrucciones de la madre.
Testigos y la pediatra
Durante el juicio declararon testigos y peritos, entre ellos la pediatra que atendió a la bebé, quien confirmó que la menor presentaba “un claro riesgo de muerte” por hipotermia severa y bajo peso para su edad gestacional. La médica advirtió que el cordón umbilical, cortado por la madre pero no pinzado, pudo haber causado una hemorragia fatal, y subrayó que cualquier golpe dentro del contenedor habría resultado letal dada la extrema vulnerabilidad de la recién nacida.
Durante la vista oral, la representante del Ministerio Público argumentó que “escapa de toda lógica” pensar que la acusada no conocía su embarazo, tal como declaró. Calificó su versión de “inverosímil”, ya que —según la Fiscalía— ha variado en distintas fases del proceso. En un primer momento aseguró haber pedido al segundo procesado que avisara a sus padres tras el parto, pero más tarde cambió su declaración, afirmando que le pidió colocar a la niña “en una cajita”.
La defensa de la madre solicitó reducir la pena argumentando que la acusada actuó bajo un estado de shock tras un parto repentino, sin saber que estaba embarazada, y que además sufría drogodependencia y traumas previos. Por su parte, el abogado del segundo procesado pidió su absolución, alegando que su discapacidad mental le impide comprender la gravedad de sus actos.