Si hay un incendio del que se ha hablado, después del de Tarifa, que ya ha sido controlado, es el de Los Caños. Un conato de fuego en un espacio natural, parque de La Breña, e iniciado en un parking mientras apenas unos kilómetros al Sur se perdían unas 300 hectáreas.
En un primer momento, la Junta dijo que una persona había sido detenida. La Guardia Civil aclaró que en realidad estaba siendo investigada. Pero ya cuando llegaba la noche del martes, el consejero de Interior, Antonio Sanz, volvía a preguntarse si el incendio de Atlanterra y el conato (que quemó unos 300 metros, pero por fortuna fue más bien un susto) si ambos sucesos estaban unidos.
Tan es así que la Junta hizo un llamamiento a la concienciación ciudadana para pedir vigilancia, anunciando asimismo que se iban a poner en marcha drones para actuar ante cualquier fuego. Además, es que el propio de Atlanterra, cree la Junta, fue provocado. Lo que indicó Sanz era que podía haber alguien suelto quemando espacios naturales.
Este miércoles, horas después de la última declaración oficial, la Guardia Civil ha ido más allá y ha explicado lo que sabe por el momento sobre el fuego de Los Caños.
Hay una persona en calidad de investigada "por parte del Seprona de esta Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, por un supuesto delito de incendio forestal por imprudencia".
"Al aire libre en zona con vegetación"
En concreto, el presunto autor "se encontraba pernoctando al aire libre en una zona con vegetación", y de forma totalmente imprudente "habría encendido una vela".
La Guardia Civil no hace mención a las garrafas de las que habló oficialmente la Junta como elementos encontrados en el entorno, con la sospecha de que se hubieran empleado como acelerante. Además, Sanz habló de que la persona investigada tenía quemaduras en las manos.
Sin embargo, la tesis de la Guardia Civil es otra: "Al caerse accidentalmente" la citada vela, "prendió parte de sus enseres personales que tenía junto a él. El fuego se propagó parcialmente, afectando a unos 300 metros cuadrados de vegetación".
Y es por eso que "el investigado presenta lesiones por quemaduras en ambas manos al intentar sofocar él mismo el conato de incendio de la vegetación para evitar la propagación del fuego, sufriendo heridas leves en ambas manos por las que tuvo que ser atendido". O sea, que tras su supuesta imprudencia, precisamente se quemó intentando apagar el fuego. Este es el origen de las versiones cruzadas durante el martes entre la Junta y el Instituto Armado.
