La estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Ubrique está generando una grave amenaza medioambiental al verter aguas contaminadas directamente al embalse de Los Hurones, que abastece a más de 800.000 personas. Así lo ha denunciado Ecologistas en Acción, que advierte de que este sistema de depuración de la Sierra de Cádiz no está cumpliendo con los límites legales de vertido de nitrógeno total exigidos para zonas sensibles, poniendo en riesgo el equilibrio ecológico de la zona.
No se trata de un hecho aislado. Según puntualiza la asociación en una nota, la EDAR ha estado realizando vertidos de agua sin depurar tanto al arroyo de los Cidrones como al río Ubrique, lo que compromete la calidad del agua que alimenta al embalse. Todo esto, pese a que el Real Decreto 509/1996, que adapta la Directiva europea 91/271/CEE, obliga a aplicar límites estrictos de fósforo y nitrógeno en aglomeraciones como la de Ubrique cuando estas vierten en zonas como esta, susceptibles de eutrofización.
Los análisis de la Junta de Andalucía confirman el incumplimiento. El efluente de la EDAR de Ubrique ha superado los 15 mg/L de nitrógeno, y los niveles de fósforo P también estarían por encima de los 2 mg/L permitidos. Además, se detectaron varias muestras con niveles de sólidos en suspensión por encima de lo permitido tanto en concentración (35 mg/L) como en porcentaje de reducción (90 %). A día de hoy, sigue sin haber datos públicos de 2024, lo que subraya "una preocupante falta de transparencia por parte de la Junta".
Las propias instituciones admiten las deficiencias. El PGOU de Ubrique señala que “la EDAR de la población de Ubrique precisa de mejoras para garantizar un funcionamiento correcto de las instalaciones”, y añade que necesita “una serie de mejoras con objeto de implantar un sistema de tratamiento que pueda garantizar que el efluente pueda cumplir con los límites de vertido correspondientes a nitrógeno y fósforo para zona sensible”, algo que solo sería posible con la renovación de la mayor parte de los equipos.
Aguas negras y pestilentes
"La realidad es que el río Ubrique presenta un aspecto lamentable, con aguas negras, eutrofizadas y pestilentes, con el consiguiente perjuicio para la biodiversidad de este río protegido y para la salud de las personas", señalan. Este río, además de ser un espacio protegido, forma parte del Parque Natural Sierra de Grazalema, por lo que la situación genera alarma entre vecinos, ecologistas y expertos en medio ambiente.
Para los ecologistas, lo más preocupante es que las autoridades son conscientes. Aseguran que tanto el Ayuntamiento de Ubrique como la Junta de Andalucía conocen desde hace tiempo que se están vertiendo aguas sin tratar adecuadamente, sin que hasta ahora se haya adoptado una solución efectiva. Todo esto ocurre en un entorno natural clave que desemboca en un embalse que proporciona agua potable a una población masiva.
Por ello, Ecologistas en Acción reclama al consistorio que agilice la ampliación y renovación de la depuradora, que aún sigue en fase de proyecto. Exige la incorporación de un sistema de tratamiento terciario efectivo, capaz de garantizar el cumplimiento de los límites legales y evitar que este problema siga comprometiendo el medio ambiente ubriqueño, el Parque Natural Sierra de Grazalema, el embalse de Los Hurones y, en última instancia, la salud pública.


