Hace 40 años que, en el BOJA, el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, se hizo oficial la declaración del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, el primero de Andalucía. Antes fue pionero al ser la primera Reserva de la Biosfera —una distinción que otorga la Unesco— de España.
Aunque no fuera fácil en ese momento, cuando contaba con muchos detractores, se consiguió que se declarara el Parque Natural, englobando más de 53.000 hectáreas, y catorce municipios. Son Benaocaz, Ubrique, Zahara de la Sierra, Villaluenga del Rosario, Prado del Rey, Grazalema, El Bosque, El Gastor y Algodonales en la provincia de Cádiz; y Ronda, Benaoján, Jimera de Líbar, Montejaque y Cortes de la Frontera en la provincia de Málaga.
Un hito, a base de mucho esfuerzo, de mucha pedagogía, que ha permitido la consecución de múltiples logros en este tiempo. El más conocido, la supervivencia del abeto pinsapo (Abies pinsapo Boiss), contradiciendo al reconocido naturalista Abel Chapman, quien a principios de siglo XX vaticinó que "de aquí a 15 años habrán destruido el último pinsapo”. Pero en este tiempo se ha pasado de estar prácticamente en extinción a ocupar más de 8.000 hectáreas entre la Sierra de Grazalema, la Sierra de las Nieves y los Reales de Sierra Bermeja, en la provincia malagueña.
En este Parque Natural se concentra un patrimonio natural de un valor difícilmente calculable, con algunas de las mejores masas de bosque mediterráneo de toda España y una fauna abundante y diversa. Ahora, hasta se trabaja en la vuelta del quebrantahuesos a la Sierra de Grazalema, de donde se fue hace ahora un siglo.

En su 40 aniversario, es momento de celebrar, pero también de analizar los retos a los que se enfrenta de cara al futuro el Parque Natural Sierra de Grazalema. El discurso, en función de a quien se le pregunte, cambia bastante.
"Estos 40 años han demostrado que es posible conjugar la protección del medio ambiente con el desarrollo turístico, agroalimentario y cultural del entorno, en estrecha colaboración con sus habitantes”, dijo la consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Catalina García, esta misma semana en un acto celebrado en el Museo Molino de Abajo de El Bosque.
En este encuentro, plagado de cargos institucionales del PP, desde la consejera a delegados territoriales, representantes de la Diputación de Cádiz o alcaldes y alcaldesas de la Sierra de Cádiz, se entregaron premios a entidades y colectivos que han trabajado por la conservación del Parque Natural.
Concretamente, fueron homenajeados el dispositivo Infoca, José Luis López Quintanilla, la Sociedad Gaditana de Historia Natural, la Asociación de Ganaderos de Benaocaz, la junta rectora del Parque Natural, la Asociación de Criadores de la Raza Caprina Payoya, la Granja Escuela Buenavista, Fernando Molina Vázquez a título póstumo, la Federación Andaluza de Deportes de Montaña, la Asociación de Criadores de la Raza Merina de Grazalema, la Federación Andaluza de Espeleología y los agentes de Medio Ambiente de la Junta.
En este reportaje hablan algunos de esos protagonistas. También quienes se sienten olvidados, como Ecologistas en Acción, muy críticos con la organización y el desarrollo del acto. No están todos los que son, pero sí son todos los que están.
José Manuel Quero, director del Parque Natural
José Manuel Quero es el actual director del Parque Natural Sierra de Grazalema. Antes lo fue del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar de Almería (2011-2014) y también fue director-conservador del Parque Natural Sierra de Cardeña y Montoso de Córdoba (1994-2011).

"Es un día importante, porque es el primer Parque Natural que llega a esta cifra, y supone mucha responsabilidad", dice en respuesta a las preguntas de lavozdelsur.es, aunque añade que "este es un engranaje con gente muy variada, con colectivos diversos, desde ganaderos, a conservacionistas, naturalistas, empresarios...".
Para Quero, la declaración oficializada hace ahora 40 años es clave para "conservar unos recursos que son finitos" y para "propiciar un desarrollo endógeno de las poblaciones que hay en el Parque Natural".
La resurrección del pinsapar, o los trabajos actuales para recuperar al quebrantahuesos, son algunos de los hitos que resalta Quero, quien apuesta por seguir concienciando, sobre todo a las generaciones más jóvenes, de que es fundamental conservar el Parque Natural.
Destaca Quero el desarrollo turístico que han tenido estos pueblos, que se suman a las iniciativas empresariales ligadas a las explotaciones agrícolas y ganaderas, sobre todo a la elaboración de unos quesos reconocidos en todo el mundo.
"El Parque Natural está muy bien situado", destaca, "ya que está a unas dos horas de muchos puntos de Andalucía, de visitantes que vienen a pasar el fin de semana".
Si no lo fuera, ¿qué habría en esta zona? "En lugar de tener el bosque de pinsapar que atrae a miles de visitantes y deja muchísimos beneficios, habría un arco enorme en el que pondría: Bienvenido a la urbanización El Pinsapar, con miles y miles de casas", vaticina el director del Parque Natural Sierra de Grazalema.
El futuro pasa por sortear como buenamente se pueda los efectos del cambio climático. "Con ciclos secos, y el aumento de las temperaturas, puede haber dificultad para mantener algunas producciones, es un reto que nos toca a toda la sociedad, a nivel mundial, frenarlo en la medida de nuestras posibilidades", dice, aunque apunta a las Administraciones para lograrlo.
Cristóbal Yuste, ganadero
Cristóbal Yuste, en representación de la Asociación de Ganaderos de Benaocaz, es uno de los premiados en el acto organizado por la Junta. "Es satisfactorio todo lo que sea reconocer nuestra labor", dice, porque ellos están "los 365 días del año trabajando en la sierra".
Como ganadero con explotaciones de oveja merina de Grazalema y cabra de raza payoya, reivindica un trabajo que "no entiende de vacaciones, ni de días libres", y que es fundamental para la conservación del Parque Natural, pero que no atrae a las nuevas generaciones.

"Es muy importante que se acuerden de nosotros. El Parque no tiene 40 años, es milenario. Si conoces la zona y das un paseo por el monte, vas a ver edificaciones antiguas donde vivían los pastores y los cabreros. Lleva siendo así toda la vida", dice Yuste.
En el caso de los ganaderos, Yuste echa en falta que se facilite la puesta en marcha de infraestructuras que faciliten su labor. O que un coche pueda llegar a la puerta de un corral, porque "antes se elaboraba la leche dentro de las explotaciones y hoy hay que llevarla a las queserías".
Antonio Oliva, jefe de brigada del Infoca
Antonio Oliva trabaja en el dispositivo Infoca, de control de incendios forestales, desde antes de que se llamara así. Cuando se fundó el Parque Natural, Oliva ya estaba recorriendo sus montes, y trabajando para evitar desgracias.
Es el Infoca, para el jefe de brigada, uno de los colectivos más importantes para la preservación del Parque Natural. "En invierno hacemos la prevención, con cortafuegos. Y desde el 1 de junio hasta octubre, el dispositivo está al 100%. Cualquier conato se queda en eso, porque estamos muy encima", cuenta.
Recuerda Oliva con pena el gran incendio de 1992, en la zona de Monte Prieto, que arrascó con más de 800 hectáreas y que acabó con la vida de cinco trabajadores de un retén contraincendios, compañeros de profesión del jefe de brigada del Infoca.

"Ese fue el inicio del dispositivo actual. Antes éramos retenes, pero a raíz del gran incendio se crearon los Centros de Defensa Forestal (Cedefos), y cada provincia —por Cádiz y Málaga— tuvo dos Cedefos", relata Oliva, quien dice con orgullo: "Somos referentes en España y en otros países".
"Esto es amor y pasión por el trabajo. Porque cualquier trabajador, como un barrendero, te garantizo que gana más que nosotros, aunque tengamos todos los extras: nocturnidad, peligrosidad, vuelo...", dice Antonio Oliva. Una serie de "peligros que se van sumando" que no están suficientemente remunerados, considera.
Un peligro que en ocasiones, como en el incendio de Sierra Bermeja, se torna en fallecimiento. En ese incendio falleció un bombero, con el que Oliva había estado coordinándose para trabajar en la zona poco antes de su muerte.
Francisco Jarillo, coordinador de agentes de Medio Ambiente
Francisco Jarillo es coordinador del cuerpo de agentes de Medio Ambiente que trabaja en el Parque Natural Sierra de Grazalema. A punto de jubilarse, recoge un reconocimiento en nombre de un colectivo que "siempre está en primera línea de batalla".
"Venimos desempeñando esta labor, no solo durante estos 40 años", dice, "esto comienza en el siglo XIX, cuando Alfonso XII crea el cuerpo de agentes", que en estos momentos forma parte de la Junta de Andalucía.
"La gente no conoce nuestra labor", confiesa Jarillo, quien asegura que en ocasiones se exponen a riesgos, como agresiones o actos vandálicos de quienes no están de acuerdo con su trabajo, que pasa por proteger el monte.

Para describir su trabajo, Jarillo dice que son "como una oficina andante". A vecinos de los pueblos de la Sierra de Grazalema, les ayudan en la tramitación de documentación para realizar cualquier actuación en sus propiedades. En estos entornos rurales sí son muy conocidos.
Jarillo lamenta que, a pesar de llevar cuatro décadas trabajándose la educación ambiental, el respeto por el medio ambiente... sigue faltando mucha conciencia verde. "Es importante que nos unamos, que en los colegios, en los institutos, promovamos esa conciencia de nuestro entorno". Lo dice quien sigue viendo barbaridades casi a diario, de visitantes que dejan basura en el Parque Natural.
Federación Andaluza de Espeleología
Carmen Rodríguez, Francisco Hoyos y Poli Sánchez recogen el premio en nombre de la Federación Andaluza de Espeleología, un colectivo gracias al que se conocen las maravillas que hay, también, en las profundidades de la Sierra de Grazalema.
"Gracias a que tenemos la escuela de espeleología en el Parque Natural se conocen muchas maravillas que hay en las cuevas", dice Rodríguez. Al principio costaba más conseguir permisos, ya funciona de manera más fluida".

"Llevamos muchos años con exploraciones, topografías, fotografías, para luego divulgarlo, porque quien entra a una cueva piensa que es un sitio oscuro donde no hay nada, pero hay verdaderas maravillas", concede Poli Sánchez.
En el Parque Natural, hay infinidad de joyas, de la Cueva del Gato a la Cueva del Hundidero, a la que acceden con todas las precauciones. "Hay zonas que, si no la conoces, puede tener lagos de hasta 300 metros de largo con el agua a ocho grados", describe Sánchez.
La Federación Andaluza de Espeleología y Descenso de Cañones y Barrancos, que es su nombre completo, existe desde hace 50 años, y la escuela de espeleología viene trabajando en la Sierra de Grazalema desde finales del siglo pasado.
Ecologistas en Acción
En esta celebración del 40 aniversario, hay un colectivo que se siente olvidado: Ecologistas en Acción. Una entidad que lleva trabajando por la conservación del Parque Natural y por promover el amor por sus rincones desde sus inicios.
"La Junta ni se ha dirigido a nosotros, nos parece una acción miserable", dice Juan Clavero, de Ecologistas en Acción, y quien fuera primer director del Parque Natural Sierra de Grazalema.
"A la junta rectora propusimos que, si querían que la celebración tuviera el máximo consenso, debía contar con la participación de muchos colectivos. Pero no nos hicieron caso. Solo fueron cargos del PP", critica Clavero.
Recuerda el dirigente ecologista que "la política de Parques Naturales nace en 1984, en la época del PSOE en la Junta, y culmina en la ley de junio de 1989 que declaró 22 Parques Naturales. El de Grazalema, en principio, fue un decreto. En todo este proceso el PP estuvo en contra".
A pesar de las reticencias iniciales, de ciudadanos de alcaldes de la zona en su momento, la iniciativa salió adelante gracias a "un grupo de gente valiente —de la Administración— y de los ecologistas", sostiene Clavero, quien no se olvida a los docentes, que fueron fundamentales para hacer pedagogía.
"Somos el grupo social más activo en el Parque Natural, y el que lo ha defendido con más eficacia", reivindica Clavero, quien se siente dolido con que se les haya obviado en la celebración del aniversario.
Si no existiera el Parque Natural, "Villaluenga tendría un campo de golf y una macrourbanización más grande que el pueblo; y Benamahoma una urbanización con 500 casas, más grande que el pueblo también", señala el ecologista citando ejemplos reales de proyectos que se frenaron. "Si no hubiera Parque Natural, muchos de los pueblos blancos estarían desdibujados", agrega, por lo que es "un orgullo" para Ecologistas en Acción que no sea así.
O cita la labor en Monte Prieto, donde en 1992 un incendio se comió más de 800 hectáreas de bosque, que ha sido restaurado durante una década gracias a la labor de 5.700 voluntarios. "Es el proyecto de restauración ambiental voluntaria más importante de Andalucía", dice Clavero. Aun así, critica que "en las memorias del Parque nunca aparecemos".
Mirando al futuro, cree que el gran reto del Parque Natural Sierra de Grazalema es "el respeto a la legalidad nacional y europea", a las directivas que conlleva formar parte de la Red Natura 2000 —creada por la Comisión Europea—. "Ya hemos tumbado varios PGOU (Plan General de Ordenación Urbana)", avisa Clavero. En Ecologistas en Acción seguirán atentos al cumplimiento de la legalidad.







