Sevilla será la única capital andaluza en la que se desplieguen pancartas en pos de la locura. Este 20 de mayo de 2018 será recordado como un hito histórico, como el año en que España salió del armario para aceptar la diversidad mental. Cerca de 20 asociaciones dedicadas a la Salud Mental, Grupos de Apoyo Mutuo (GAM) y activistas, participan este domingo en el primer Día del Orgullo Loco (Mad Pride) que se celebra a nivel nacional, en diferentes puntos de la geografía española. Hasta ahora, solo Asturias había apoyado esta iniciativa internacional.

"Reivindicamos, de alguna manera, el trato que recibimos por parte de los servicios de Salud Mental. La discriminación social que sufrimos, la falta de información, las imposiciones, las contenciones mecánicas y químicas... Reivindicamos un conocimiento más profundo sobre la locura", expresa Rodolfo García (Huelva, 1972), que pertenece a la Federación Andaluza En Primera Persona, entidad que organiza el encuentro en Sevilla, a partir de las 12:00 horas este 20 de mayo en el parque del Alamillo. "Pedimos que el problema se enfoque desde una perspectiva psicosocial y una interpelación interdisciplinar. Creemos que la solución que se nos está dando son esencialmente fármacos y electroshocks, y esto provoca que se vulneren nuestros derechos humanos", continúa Rodolfo.

Según los promotores de este evento internacional, el Día del Orgullo Loco pretende reclamar el "derecho de los pacientes a consensuar sus propios tratamientos y recordar a las personas que han sufrido abusos y torturas en los centros psiquiátricos, como el aislamiento o la contención mecánica —actividad de tortura que provocó la muerte de dos personas en 2017 en dos hospitales públicos de España, en Galicia y Asturias—". También aseguran que “se trata de reivindicar la locura. De reapropiarnos de una palabra usada de modo despectivo y dañino contra nuestro colectivo, para darle un sentido nuevo, libre de connotaciones negativas. De hacer del insulto bandera. De combatir el estigma con su propia medicina”.

El Ayuntamiento de Zaragoza coloca una pancarta en apoyo al Día del Orgullo Loco. FOTO: ALBERTO CUBERO. "I hear in my mind all of these voices. I hear in my mind all these words..." (Oigo en mi cabeza todas esas voces. Oigo en mi cabeza todas esas palabras...), canta Regina Spektor entre alegre y melancólica, como una escuchadora de voces más, como Rodolfo. Este onubense, natural de Merva, explica a lavozdelsur.es que no tuvo una infancia fácil. "Esa infancia rara, distinta, quizá me llevó a que en la adolescencia, después de una pérdida sentimental que sufrí con 15 años, terminara aislándome... Y empezara a explicarme la vida de una manera diferente, con una vida social complicada, difícil", relata. No obstante, dice, "traté de continuar con mi vida". Mientras terminaba el Bachillerato, Rodolfo le pidió a sus padres que le llevaran a un psicólogo, especialista que le derivó al psiquiatra. "Me pusieron un tratamiento muy suave, y pude acabar la carrera en la Universidad de Sevilla (US). Pero allí tuve una historia con una mujer que acrecentó el problema con el que me vine de Sevilla... Esos problemas me llevaron a desarrollar escuchar voces que me invitaban al suicidio. Mis padres estaban bastante preocupados, porque de hecho lo intenté dos veces", narra a través del teléfono. Fue entonces, a los 20 años, cuando sus padres le volvieron a llevar al psiquiatra, quien le recetó un tratamiento más fuerte. "En ese momento lo recibí bien. Las palabras que estaba escuchando, esas voces, era como si estuviera viviendo un sueño. Las voces las vivía como reales. Y este hombre me dijo que esas voces eran producciones de mí. Pero bueno, gracias al tratamiento que me puso, logré tener una gran tranquilidad. Lo estaba pasando mal, estaba sufriendo bastante y estaba al límite de quitarme la vida. A partir de ahí empecé a remontar y la crisis fue desapareciendo, poco a poco", finaliza.
"Esos problemas me llevaron a desarrollar escuchar voces que me invitaban al suicidio. Mis padres estaban bastante preocupados, porque de hecho lo intenté dos veces"
Según la OMS, una de cada cuatro personas en el mundo va a sufrir algún tipo de dolencia mental a lo largo de su vida. La jerezana Iris Tejero, del grupo de apoyo mutuo ACME Activa-Mente de Jerez, explicó a lavozdelsur.es en un pasado artículo, que la presidenta de la Red Nacional de Escucha de Voces de Inglaterra, Jacqui Dillon, escuchaba voces porque estaba relacionado con un trauma "¿Por qué? Los padres de Jacqui Dillon eran pederastas”, indicó. Desde el Orgullo Loco, como en su día a día, ellos luchan por desprenderse del diagnóstico, de esas etiquetas que no sirven de nada. “Usted es esto, váyase a su casa y medíquese”. No. En cierto modo de ahí nace la necesidad de los GAM. “No somos diferentes genéticamente y la terapia está a través del diálogo. Muchas de las respuestas o conductas provienen del conflicto social: la marginación, el trauma, las drogas, el machismo”, explica Saray Mena, también del grupo ACME Activa-Mente. "A mí lo que más me repatea es que en una sociedad haya un pensamiento único. Que todos pensemos igual, que estamos todos cortados por el mismo patrón, producto de un sistema que ha querido crear a la sociedad así... El concepto de normalidad es una causa de los conflictos que todos tenemos", denuncia Rodolfo. No obstante, el onubense también quiere destacar que, en su historia, "aquello que me ha llevado al activismo me ha empoderado y me ha hecho una persona mucho más segura de mí misma, reivindicativa, luchadora... ". El Orgullo Loco trata de amarse a uno mismo y de decir: Tú me llamas loco, vale, aquí está el loco para reivindicar sus derechos. "Se trata de aprender a vivir con lo que es distinto, con la diversidad", ensalza Rodolfo. Con esta celebración, España se suma a una reivindicación que ya es tradición en Canadá desde 1993, y en otros países como Francia, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, Sudáfrica, Bélgica, Italia, Alemania, Ghana, Chile y Australia. En concreto, en Sevilla el Orgullo Loco se celebra este domingo 20 de mayo desde las 12:00 hasta las 18:00 horas en el parque del Alamillo, con talleres de autoestima flamenca, la actuación de un coro, batucada y pasacalles, un flashmob colectivo, comida a precios populares, recitales de poesía, micro abierto, juegos, un espacio de exposición artística y una zona infantil.

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Claudia González Romero

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