Tras varios años de polémicas, este miércoles se ha efectuado la botadura de la primera corbeta encargada por Arabia Saudí y realizada en la Bahía de Cádiz. El equipo encargado de la construcción del Al Jubail, nombre de esta embarcación de guerra, culmina así un proceso por el que el astillero de San Fernando ha mantenido una carga de trabajo que continuará cuando se realicen las otras cuatro.
La botadura estaba prevista para abril, pero la crisis sanitaria provocó que se haya realizado tres meses más tarde. Según fuentes del sector, la construcción del resto del encargo avanza a buen ritmo. Varios miembros de las fuerzas armadas sauditas han estado destinados durante meses en San Fernando para supervisar las labores.
La entrega definitiva de las corbetas no llegarán, en principio, hasta finales de 2021, pero la botadura es uno de los puntos más simbólicos del avance de los trabajos. Lo esperado, crisis sanitaria mediante, es que la última se entregue a lo largo de 2022.
De todo ello, se beneficia el astillero militar de La Carraca, en San Fernando, además de una amplia industria auxiliar en la zona. A la vez, la polémica surgió a lo largo de 2018 porque varias voces políticas y de organizaciones humanitarias denunciaron que estas corbetas se utilizarían en la guerra de Yemen, un conflicto en el que Arabia Saudí trata de aumentar su influencia en la península arábiga y sobre el cual existen múltiples denuncias de crímenes de guerra.
"Es incomprensible y rechazable la aprobación que ha suscitado este contrato de armamento en los sindicatos y algunas fuerzas de izquierda, como el alcalde de Cádiz, José María González, cuando existen alternativas de empleo civil a la construcción naval militar", señalaba la APDHA. González lamentó el uso que se podrían hacer de ellas pero celebró la llegada de la carga de trabajo.
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