La Salle Santa Natalia de El Puerto ha comunicado el fallecimiento del Hermano Aniano, una noticia que ha conmocionado tanto a la comunidad educativa como a antiguos alumnos y familias vinculadas al centro. El colegio difundió un comunicado en el que expresan su dolor por la pérdida de “un miembro muy querido” que dedicó su vida a los valores lasalianos.
También se implicó en la formación de innumerables generaciones de alumnos. En el comunicado, el centro destaca que su legado de compromiso, bondad y sabiduría perdurará en la memoria de todos los que lo conocieron.
La comunidad educativa quiso transmitir su “más sincero pésame a su familia, a la comunidad de Hermanos y a todos los que compartimos su camino”, recordando la huella imborrable que deja en La Salle. “Descanse en paz”, concluye el comunicado difundido por el colegio.
Un profesor y cristiano ejemplar
El anuncio del fallecimiento provocó una oleada de mensajes de cariño en redes y grupos de antiguos alumnos. Muchos coincidieron en destacar que era “muy bueno con los niños”, siempre cercano y atento con ellos. Otros lo describieron como “una persona muy humana, muy comprometida, muy cercana, siempre dispuesta para quienes le pidieran ayuda”.
Algunos recordaron también su faceta deportiva. Era un apasionado del baloncesto, disciplina en la que llegó a ejercer como árbitro. Esta afición se sumaba a su labor pastoral en diferentes zonas de la ciudad, como Puerto Uno y Puerto Dos, aunque muchos desconocieran este aspecto.
Mensajes de despedida
Las palabras a este hermano no cesan. “DEP gran persona, gran profesor y un cristiano ejemplar”, escribió un antiguo alumno. Otro añadía: “Seguro que tiene un buen sitio junto al Padre, descansa en paz Hermano. Mi marido, como antiguo alumno tuyo, mis hijos que han oído tus historias y han jugado contigo en el colegio y yo, te recordaremos para siempre”.
El alcalde de El Puerto, Germán Beardo, también ha querido rendir homenaje al Hermano Aniano, al que describe como “mucho más que un entrenador o un maestro”. Recuerda que llegó a la ciudad en 1978 y que desde entonces dedicó su vida a los demás, dejando una huella imborrable en generaciones de portuenses.
“Más de 15 años volcados en el deporte base portuense, 29 años de voluntariado, su lucha incansable contra la drogodependencia, su labor en centros de mayores y menores… siempre al servicio de quienes más lo necesitaban. Gracias, Hermano Aniano, por tanto. El Puerto nunca te olvidará y por eso te propondremos como Hijo Adoptivo de nuestra ciudad a título póstumo”, expresa el regidor.


