Un matrimonio de ancianos es desalojado entre agresiones y abusos de su casa, donde levantarán pisos turísticos

Adán (izq.), su hermano y sus padres durante una pasada concentración contra el desalojo de esta familia. FOTO: MANU GARCÍA.
Adán (izq.), su hermano y sus padres durante una pasada concentración contra el desalojo de esta familia. FOTO: MANU GARCÍA.

"Un cachito de mí se queda aquí", dice Adán Pérez mientras le echa el último vistazo a la casa que habitó su familia durante más de 40 años. "Vino el demonio este y..., ha destrozado muchas vidas", continua casi sin palabras ante lo que ha vivido desde que en el año 2000 el propietario de la finca número 70 fuese desalojando poco a poco a más de 26 familias con el objetivo de abrir apartamentos turísticos. Este jueves 31 de mayo sus padres, Carmen Ortiz y Andrés Pérez, un matrimonio de 70 años de edad, son los últimos en abandonar el edificio, en desalojar temporalmente su casa —una infravivienda que se encuentra rodeada prácticamente de por un estercolero de muebles viejos y colchones roídos—, debido a una sentencia judicial del juzgado de instrucción del número 2 de Cádiz, por riesgo de derrumbe.

Según el auto de la sentencia, en cuanto el dueño de la empresa Murol S.A. finalice las obras de rehabilitación de la vivienda de Andrés y Carmen, el matrimonio debe volver a habitarla. "Pero claro, a ver cuándo la hace", estima Adán, que desconfía que sus padres vuelvan pronto a su hogar de toda la vida ya que el empresario ya que "este señor —el empresario— ya les dijo que se mudaran a este apartamento —señala uno adyacente, que se encuentra apuntalado y en peores condiciones— durante seis meses para que él les arreglara los dos dormitorios. Mi padre, de buena fe, aceptó. Pero no fueron seis meses, sino que estuvieron cerca de seis años viviendo ahí”. No obstante, en la sentencia viene recogido que "de aquí a un mes tiene que iniciar las obras" y que si no, tendría que pagarle a la pareja 100 euros por cada día que incumple la ley.

Una reciente concentración contra el desalojo del matrimonio portuense. FOTO: MANU GARCÍA.

Desde hace varios días el matrimonio se marchó a un hostal de El Puerto, ante el inminente desalojo, a la espera de que el Ayuntamiento le ofreciese un piso de protección oficial en el casco histórico que se adecuara a sus necesidades, ya que Andrés tiene una minusvalía del 77%. No obstante, ha sido en la mañana de este jueves cuando la empresa municipal Suvipuerto le ha entregado las llaves para que ambos residan en un piso de la calle Luna, a escasos metros de su antigua vivienda en calle Larga. "Todo el mundo se ha emocionado mucho cuando le han dado las llaves a mi padre esta mañana", sonríe Adán, el pequeño de los cinco hijos de este matrimonio portuense. No obstante, no todo han sido aplausos en esta jornada, ya que aunque el desalojo estaba previsto para ejecutarse al mediodía, a las 12:00 horas del 31 de mayo, Adán relata que nada más llegar a la casa se ha encontrado a un trabajador cambiando la cerradura de la residencia de sus padres, además de todos sus enseres fuera de la misma.

"Cuando dejo a mis padres en su nuevo piso, llego y me encuentro a un trabajador del empresario quitando la cerradura y poniendo otra. Llegué con un mosqueo...", cuenta. Pero este no ha sido el último episodio que ha tenido que presenciar Adán. Narra que cuando la prensa, presente junto a un gran número de personas en la concentración que ha tenido lugar en esta jornada en apoyo a la familia, quiso entrar para filmar el interior de la vivienda que dejan sus padres, el empresario agarró del brazo "de manera agresiva" a una periodista de Antena 3 para que no accediera a la casa. "La empujó y le cerró la puerta", dice Adán, a lo que é intervino defendiéndola diciéndole que no volviera a tocar a la periodista. Por ello, dice que el dueño de Murol S.A. lo ha denunciado a él y a su hermano —que también participó— "por amenazarlo".

"Todo el mundo se dio cuenta de cómo es ese señor. Ahora mismo nos damos cuenta de qué es lo que pretende hacer este señor, dijo un agente de la Policía Local durante la concentración de esta mañana", asegura el pequeño de la familia Pérez. Tanto el matrimonio como sus hijos desean agradecerles a todos el apoyo y la ayuda que les han brindado, ya que incluso en esta última jornada han estado colaborando con la mudanza. "Ahora mis padres están más tranquilos", concluye, después de que Andrés y Carmen se hayan llevado casi un mes sin pegar ojo, desde que recibieron la sentencia de desalojo.

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Claudia González Romero

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