No hay rastro de José Aragón Lema, el vecino de 82 años que desapareció el 27 de mayo en la zona de Fuente Amarga en Chiclana. Han pasado 17 días desde que salió a comprar a una frutería. Su familia sigue movilizándose sin descanso para hallar el paradero de este hombre que lleva una peluca oscura. “Seguimos igual. Ya uno no piensa igual, estamos cansados de buscar”, suspira José Aragón, su hijo, a lavozdelsur.es.
Él estaba en casa cuando su padre se marchó a ver si podía hacer unos pequeñor recados, algo que solía hacer con frecuencia. Esa fue la última vez que lo vio. “Es un agotamiento psicológico más que físico. Yo no tengo inconveniente en andar todo el día buscando a mi padre, pero está la incertidumbre. ¿Por dónde empiezo, dónde voy?, no hay pista ninguna”, expresa el chiclanero.
Junto a su familia, la Guardia Civil, Protección Civil y Bomberos han recorrido toda la provincia de Cádiz. “Moralmente estamos todos deshechos, no estamos centrados en nada. Yo ya tengo que retomar el trabajo, hay que seguir”, dice.
"Moralmente estamos todos deshechos"
Todos los días, la familia de José se levanta con la esperanza de encontrarle. “Chiclana está pateada entera, a nosotros lo que nos queda es llamar puerta por puerta. Hemos estado en sitios de Chiclana en los que no había estado nunca y hemos mirado los pozos, las casas en ruinas, todo”, cuenta el hijo del desaparecido. Su voz refleja la preocupación que siente desde aquel fatídico sábado.
Han buscado en Jerez, San Fernando, Puerto Real, Cádiz y no hay indicios de su presencia. Según explica, le han llegado rumores de personas que lo han visto en El Colorado, en el pago del Humo, e incluso en La Muela de Vejer, pero ninguna era él.
Ni las batidas con los vecinos ni las búsquedas con drones organizadas por las autoridades han servido para localizarlo. Cada diez días, la Guardia Civil se pone en contacto con José para hablar con él. “Están igual que nosotros, no saben ya dónde buscar. La gente nos ha ayudado, pero yo ahora no puedo organizar una batida porque no sé dónde ir. Me llama mucha gente y les digo que estén pendientes cuando pasean, van en bicicleta o sacan al perro", cuenta al otro lado del teléfono.
La última vez que hubo posibilidades de encontrarlo fue en los esteros de Chiclana, donde un guarda asegura que lo vio y le dijo que se tenía que dar la vuelta. El hombre declaró ante la Guardia Civil y se realizó otra batida, pero, una vez más, fue en vano.
“Dudo que estuviera en el estero, la verdad, mi padre es una persona de campo, no suele ir de pesca ni buscar cangrejos”, comenta José, que explica que su padre es una persona “de costumbres”, razón por la que no comprenden su extraña desaparición.
"Ya no sabemos dónde buscar"
Cuando se levantaba por las mañanas, se dedicaba a hacer las tareas domésticas y, después se desplazaba a la frutería, a la pescadería o a la panadería. “De 50 metros no pasaba, daba una vuelta por la barriada pero siempre en el entorno que conocía. No solía salir, y si salía, lo hacía con alguien de la familia, pero no solo”, comenta.
Su padre siempre se quedaba en casa por las tardes en el salón y era muy cuadriculado con sus horarios. Hace más de un año, se desorientó pero “ya no teníamos esa preocupación”. Su hijo y toda su familia no se rinden. “Lo que necesitamos es un golpe de suerte, porque ya no sabemos dónde buscar”, dice.
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