Un busto al patrón del Vaporcito en recuerdo de sus leyendas en El Puerto

La obra, creada por el escultor Ángel Pantoja, inmortaliza a Pepe el del Vapor en la avenida de la Bajamar junto al muelle desde el que solía zarpar rumbo a Cádiz

Inauguración del busto a Pepe el del Vapor en la avenida de la Bajamar en marzo.
Inauguración del busto a Pepe el del Vapor en la avenida de la Bajamar en marzo.

José Fernández Sanjuán (1909-2001), conocido popularmente como Pepe el del Vapor, ya es inmortal en la avenida de la Bajamar, junto al muelle de San Ignacio, punto habitual de atraque de los Adrianos que surcaron las aguas de la Bahía uniendo El Puerto y Cádiz.

Patrón de saga gallega que puso a navegar a los Adrianos por el Guadalete y que este sábado 19 de marzo, gracias a la Asociación Portuense El Vaporcito, ha vuelto para quedarse, en un viaje desde los mares más infinitos del cielo a El Puerto, donde ya es eterno su recuerdo en la avenida de la Bajamar.

Ahora, como capitán que fue, espera el regreso de su barco del varadero al muelle, para juntos seguir contando en su ciudad de adopción y corazón las leyendas de sus viajes.  Y lo ha hecho rodeado de cariño, con el viento de levante por testigo del que siempre trató de protegerse, en el día del padre que era su santo, San José, arropado por cientos de portuenses que todavía recuerdan sus tres pitadas que resonaban en el Bar Liba y en la Plaza de Las Galeras: a la mujer y al viento y una cuarta a barlovento, en un homenaje que ha durado poco más de 35 o 40 minutos, justo el tiempo aproximado en el que él efectuaba su travesía entre Cádiz y El Puerto.

En la inauguración de su busto, más fiel imposible hasta en el rabito de su boina, obra del escultor Ángel Pantoja, toda la familia Fernández Sanjuán. Su nieto, el de `Pepe el del vapor´, Guillermo Zaragoza, agradeció a El Puerto y a la Asociación Portuense El Vaporcito este gran detalle que hará perdurar su recuerdo.

Fueron las dos hijas de José Fernández, Ascensión y Josefa, las encargadas de descubrir el busto (cubierto por una bandera de Ucrania en homenaje a las víctimas de este país en guerra por la invasión rusa, víctimas en cuya memoria se guardó un minuto de silencio), junto al teniente de alcalde, David Calleja, el presidente de la Asociación Portuense “El Vaporcito”, José María García Flores, y el autor de la obra, Ángel Pantoja.

Sin duda, Pantoja ha sabido captar a la perfección el recuerdo que todos los portuenses que lo conocieron tenían de Pepe, ese hombre bonachón con la retranca de su tierra natal que daba la bienvenida a su barco como el mejor anfitrión e incluso -como recordaba esta mañana el escultor portuense, que lo conoció junto a su madre en varios viajes a Cádiz-, te agasajaba permitiéndote llevar por unos instantes el timón, siempre eso sí bajo su supervisión.

David Calleja, teniente de alcalde de Fiestas,  ha felicitado a la Asociación Portuense “El Vaporcito” por haber conseguido a base de tesón y mucho esfuerzo uno de sus objetivos, el de rendir tributo al emblemático patrón de la embarcación, homenaje que se hace extensivo a toda la familia Fernández Sanjuán, pues el propietario y constructor del primer “Adriano” fue su padre, José Fernández Fernández, siendo posteriormente sus hijos José, Eduardo, Andrés y Juan sus patrones desde 1955 a 2011, fecha en la que el barco naufragó en Cádiz un 30 de agosto al entrar en la dársena de Cádiz. Calleja destacó que El Puerto hoy volvía a hacer historia mientras espera junto a su patrón que el vaporcito retorne como museo a Bajamar.

La Asociación Portuense El Vaporcito, presidida por José María García Flores, continuará su actividad ahora -con más fuerza que nunca- para lograr su meta más ambiciosa, origen de su unión y esfuerzo sin descanso: la restauración de la motonave para ser museo vivo y centro de interpretación de la historia de El Puerto ligada al barco más pinturero de la Bahía.  Y lo hará con el empuje de su junta directiva, con José Luis Sara, y con la colaboración de todos los portuenses que se han ido sumando a este reto nada sencillo pero que hoy han demostrado que el primer sueño se ha cumplido mientras sonaba el pasodoble de Paco Alba “Ay, vaporcito del Puerto”, que se ha convertido en himno de la ciudad, y que ha sido interpretado por la Banda de Música Maestro Dueñas y la Antología de José Luis Arniz con el Vaporcito, quienes emocionaron al revivir la copla de Paco Alba que en 1965 interpretara por primera vez la comparsa Los hombres del mar.

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