Avistado el segundo pez más grande del mundo en la Costa del Sol: lo nunca visto en 35 años

Un ejemplar de tiburón peregrino, especie protegida, se ha acercado a las playas de Marbella y Estepona

Un tiburón peregrino en las costas de Marbella y Estepona.  AQUATIME
Un tiburón peregrino en las costas de Marbella y Estepona. AQUATIME
20 de mayo de 2025 a las 10:48h

Un tiburón peregrino (Cetorhinus maximus), el segundo pez más grande del mundo después del tiburón ballena, ha sido avistado este domingo frente a la Costa del Sol, en Málaga. Un hecho que no se producía desde hace más de tres décadas. La empresa náutica Aquatime, S.L., que opera en esta provincia, captó imágenes del ejemplar nadando a escasa distancia de una de sus embarcaciones.

En el vídeo, compartido en Instagram y que ha alcanzado gran difusión en pocas horas, se aprecia al tiburón desplazándose con lentitud mientras deja ver su característica aleta dorsal. El animal, de varios metros de longitud, sorprendió tanto a los testigos que la empresa aseguró en la descripción del vídeo. "Nunca en nuestros 35 años de historia habíamos visto nada igual", comenta.

El ejemplar fue divisado el domingo 18 de mayo, aunque algunas fuentes locales indican que podría haber sido detectado también el sábado en aguas cercanas a las playas de Estepona. La aparición de este tiburón ha generado asombro tanto por su tamaño como por la rareza de su presencia en zonas tan próximas a la costa.

Especie protegida e inofensiva

El tiburón peregrino es una especie protegida legalmente y habita con frecuencia el mar de Alborán, aunque es más común encontrarlo en aguas profundas, lejos del litoral. Puede alcanzar los 10 metros de longitud y pesar hasta cuatro toneladas, aunque lo habitual en edad adulta es que mida entre 7 y 9 metros.

Pese a su imponente apariencia, este tiburón no representa un peligro para los seres humanos. Los expertos aseguran que es un animal completamente inofensivo, ya que se alimenta únicamente de plancton y pequeños organismos marinos. No posee dientes afilados ni caza grandes presas.

Su forma de alimentación es igualmente llamativa: lo hace de manera pasiva, filtrando hasta 2.000 toneladas de agua por hora para capturar zooplancton, peces diminutos e invertebrados. Su boca abierta, que puede parecer amenazante, es en realidad una eficaz herramienta de filtrado.

Aunque no se trata del primer avistamiento de un tiburón peregrino en esta zona del Mediterráneo, sí es el más significativo en décadas, sobre todo por la proximidad a la costa y por la nitidez de las imágenes captadas. El vídeo ha asombrado y ha puesto en valor la biodiversidad marina que aún habita estas aguas.

Este sorprendente encuentro sirve como recordatorio del valor ecológico del litoral andaluz y la necesidad de preservar estos hábitats.

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Patricia Merello

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