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A diario, y sobre todo en verano, decenas de personas hacen cola para obtener uno de los 20 números que la Policía reparte a las ocho de la mañana sin cita previa. Los más previsores llegan a la 1 de la madrugada. 

Sandra e Israel llevan desde la una menos veinte de la madrugada en la plaza del Arroyo y son ya las ocho y media de la mañana. Vecinos de La Plata, salieron de casa pasada la medianoche en una furgoneta junto a sus cuatro hijos. Por segunda noche consecutiva han hecho cola a las puertas de la comisaría para conseguir uno de los preciados números que desde las 8 ha estado repartiendo un agente a las 20 primeras personas que han llegado con el objetivo de renovar de manera urgente su DNI o pasaporte. “Ayer llegamos aquí a las seis de la mañana y nos volvimos a casa con la cara partida de la gente que había, por eso hoy hemos venido tan temprano”, señala Sandra. Hace apenas unos días que recibieron la buena noticia de que tenían trabajo en Mallorca para este verano, y como es lógico no se lo pensaron dos veces. El problema es que ella tenía que renovar el DNI y sus hijos, todos pequeños, ni siquiera lo tenían. Teniendo en cuenta de que el documento se hace imprescindible a la hora de montarse en el avión que les llevará a las Baleares, no les quedaba otra que hacer cola, dado que por internet la cita más próxima en el tiempo es para dentro de dos meses.

“Llegamos los primeros, pero lo más fuerte es que le pregunté al policía si podíamos llevar a los niños a dormir para traerlos otra vez a las siete y media y me dice que no, que se tienen que quedar aquí. Han pasado toda la noche en la furgoneta. ¿Tú eso lo ves normal?” critica la madre, con el documento de identidad caducado desde abril. “Tengo sacada la cita en mayo y me la daban para el 23 de agosto. He llamado a las comisarías de Rota, El Puerto, Puerto Real, San Fernando... y en ningún sitio dan ya cita”. Para colmo, cuando los han llamado a las 8 en punto para que se saquen los DNI, hay un problema con el empadronamiento de uno de los pequeños, por lo que Israel ha tenido que marcharse corriendo al Ayuntamiento para intentar resolver la papeleta y evitar así tener que volver al día siguiente.

Charlar, echar partidas a juegos de mesa o intentar dar una cabezada, cualquier cosa es buena con tal de hacer la espera menos larga. Como la anterior familia una treintena de personas ha hecho noche en la plaza del Arroyo. Jose, de El Cuervo, se ha levantado a las dos y media de la madrugada y ha llegado una hora después a la comisaría. Para entonces ya había en la cola quince personas delante suya. “Ayer llegué a las cinco y cuarto y me quedé sin número”, explica. Alejandro, también cuerveño, ha llegado prácticamente a la misma hora. “Es la tercera vez que vengo. La primera llegué a las seis y ya había 30 personas esperando. La segunda a las cinco y ya iba por el veintitantos. Y hoy he llegado a las tres y he pillado el número doce”.

Antes que ellos ha llegado Manuel, a la una. Necesita de manera urgente el pasaporte porque su jefe lo manda a trabajar a Estados Unidos. “La cita por internet va muy mal, porque te la dan para ni se sabe cuándo, y llamas por teléfono y ni te lo cogen”, critica. Junto a ellos, Fernando y Juan esperan pacientemente. El primero le ha hecho el favor al segundo haciendo cola por él, ya que Juan, por trabajo, no podía llegar temprano. Fernando ha llegado a las 3 y ha conseguido número. Hace quince días repitió la operación, pero para renovar su DNI. “Como no llegues a esta hora no entras”, explica, y relata que son los primeros los que organizan al resto de personas para evitar problemas y que haya gente que se cuele. Luego, dice, hay quién hace negocio con la renovación del DNI. “Aquí algunos cobran por hacer cola y cogerte número”.

Menos suerte han tenido otras personas, como María, una jerezana vecina de Sevilla que necesita el DNI y el pasaporte. Ha llegado a las seis y ya se ha quedado sin número. Dice que en la capital hispalense aún es más difícil renovar los documentos, de ahí que prefiera hacerse 200 kilómetros entre ir y volver. “Lo malo es que no puedo renovar los dos a la vez. Tengo que venir dos veces y por internet las citas me la dan demasiado tarde para mí”. Junto a ella, Juani y Ana, madre e hija, han llegado a las cinco y media y también se han quedado sin número. A Ana le acaban de comunicar que le han concedido una beca para irse a trabajar a Italia y aunque aún tiene el DNI en vigor, le caducará en 15 días. “Allí imagino que tendría que ir al Consulado, pero está como a 500 kilómetros de donde va a vivir”, explica su madre, que tacha de “tercermundista” el sistema de renovación urgente de documentos. “Hace 15 días miré por internet cuándo daban las citas y era para agosto”. “Nos toca llorar y ver si nos pueden hacer un hueco a lo largo de la mañana”.

Aunque no es algo insólito, es en verano cuando más personas llegan en avalancha para intentar renovar su documentación a cuenta de necesitarla para viajar en vacaciones o por trabajo, ya que es en esta época cuando florecen más las ofertas relacionadas, sobre todo, con la hostelería. Desde la Policía recomiendan ser previsores y recuerdan que tanto DNI como pasaporte se pueden renovar 90 días antes de que expiren, para lo cual señalan que la cita previa a través de internet es la mejor manera de hacerlo.

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Jorge Miró

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