Un matrimonio y sus tres hijos sobreviven de la solidaridad de sus vecinos. Aquajerez les corta el suministro por haberse “conectado ilegalmente a la red".
Carmen lleva más de una semana sin agua en su casa. Vive con su marido, Juan Pedro, y sus tres hijos, de 15, 13 y nueve años. Él trabaja unas pocas horas a la semana, por cinco euros la hora, limpiando un gimnasio. Carmen plancha, de vez en cuando, a alguna vecina, que le da cinco euros cada vez que le hace alguna faena. No tienen más ingresos. “Llevo un año sin que me den el cheque de alimentos”, cuenta. Por eso dejaron de pagar los recibos del agua hace unos meses. Hasta tres —seis meses— adeudaban a la empresa que presta el servicio en la ciudad, Aquajerez, que decidió cortarles el suministro hace unos días.
La historia viene de hace unos meses. Los impagos continuados de la familia provocan que la firma encargada de la gestión del agua proceda al corte del suministro en mayo de 2016. “Tras el corte sigue sin venir nadie a la oficina a regularizar la situación, a pesar de las múltiples comunicaciones que se envían desde Aquajerez para ello, más incluso que las que establece el Reglamento de Suministro Domiciliario de Agua (RSDA) de la Junta de Andalucía”, explican desde la empresa.
Fue en noviembre cuando se dio de baja al contrato, tras no recibir comunicación por parte de la familia, y un inspector de la compañía descubrió que se había “conectado ilegalmente a la red de abastecimiento”, por lo que “se le vuelve a cortar el suministro y se levanta acta de fraude”, explican desde Aquajerez. Ahora, Carmen y Juan Pedro deben a la empresa unos 600 euros de los recibos atrasados, más la multa por servirse del suministro de forma ilegal y el nuevo alta, con su correspondiente contador, para lo que deben aportar la documentación que se les requiere, como que el domicilio es de su propiedad.
Ahora mismo no está a su nombre, sino al de la madre de Juan Pedro, fallecida hace cinco años. “La verdad es que no hemos echado cuenta, solo me preocupaba de traer comida a la casa”, cuenta Carmen, que asegura que sus vecinos los ayudan. “Una me baja huevos, otro me trae papas… y también voy a las Hermanas de la Cruz, que me socorren”, señala esta jerezana, que apunta que llevan “toda la vida así”. Carmen anda ahora de cita en cita, con la asistenta social y el INEM, para poder solucionar su situación. “No miran que haya niños chicos, lo que quieren es cobrar”, señala Carmen, que dice que desde que le cortaron el agua va a la casa de su hija, en La Plata, para poder ducharse: “Me llevo mi ropa y mi toalla y me lavo allí”.
“En nuestro sistema no nos consta que haya solicitado en ningún momento el cambio de titularidad que debe hacer. Para ello es imprescindible aportar la documentación que acredite que la vivienda es suya, pues de lo contrario en Aquajerez no podríamos dar de alta de nuevo el contrato, ya que incurriríamos en una ilegalidad”, señala la empresa, que asegura que cuenta con planes especiales de pago para personas con dificultades económicas, para que “puedan pagar poco a poco su deuda”.
“Este año nos ha tocado no tener agua, a ver el que viene”, dice Carmen, que cuenta sentada en el sofá de su casa, junto a dos de sus hijos: “Estamos fatal, chiquillo”. Y señala a modo de ejemplo: “Mira, este sofá era de la vecina, que se compró uno nuevo y nos lo dio. El de antes lo encontré en la basura…” Mientras resuelve el entuerto seguirá pidiendoa agua "prestada" a sus vecinos: "La de arriba me lava la ropa, otro me trae cubos con los que friego los platos", enumera.
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