La llegada del mes de agosto trae el inicio de la vendimia en el Marco de Jerez, un tiempo que es sobre todo agrícola, industrial, económico, laboral... pero también de un enorme simbolismo.
Porque es el momento en el que la uva comienza su proceso para convertirse en uno de los vinos más reputados del mundo, que es el vino de Jerez, en todas sus formas posibles, desde el fino más seco al Pedro Ximénez más dulce, con una gama de tonalidades intermedias en el camino entre uno y otro.
Y eso significa que el vino es también cultura, de la cual han partido reflexiones y hasta poemas y canciones. Un vídeo del Ayuntamiento de Jerez para promocionar las Fiestas de la Vendimia -que son eso, la parte cultural del vino hecha celebración popular- recuerda cómo han visto el vino de Jerez literatos y pensadores.
"Lo que bebemos en una copa de Jerez no es tan solo la fruta y su fermento, es el peculiar sabor de un sitio, donde los dioses han sido invitados y han encontrado su hogar", dijo Sir Roger Scruton, uno de los filósofos más importantes del Reino Unido.
En este vídeo se recuerda el casi chiste de Fleming, que descubrió la penicilina, clave para salvar millones de vidas a lo largo de la historia: "Si la penicilina cura enfermos, el Jerez resucita muertos".
Literatos de los grandes
Pero han sido muchos los grandes literatos los que han hablado maravillas de Jerez. Uno de ellos, el autor del clásico Los Miserables, nada más y nada menos que Víctor Hugo, quien dijo que Jerez era "una ciudad que debería estar en el paraíso".
Y si de un escritor se le ha recordado sus palabras sobre el vino de Jerez, ese es Shakespeare, quizás el mayor dramaturgo, al menos en lengua inglesa, y quizás en todas las lenguas. "Si mil hijos tuviera, el primer principio humano que les inculcaría sería abjurar de brebajes ligeros y dedicarse al jerez". Ahí quedó. Casi nada.



