Unas llamativas letras naranjas sobre fondo negro. Las típicas de estos anuncios exteriores. Se alquila, luce rotundo en el balcón de la que fuera una institución en la calle Porvera, 22, en el centro de Jerez. La academia de María del Mar Moreno ha cerrado sus puertas en este emblemático emplazamiento, sobre el que fue el no menos míticos bar Bonsai, y ha trasladado su Centro de Creación Artística a la calle Ponce, cercana calle donde también tiene su estudio el bailaor Antonio El Pipa.
Aun así, conmueve pensar que ya no sonarán más zapateados y taconeos en la primera planta de Porvera, 22. En ese estudio de baile flamenco donde se accedía por unas empinadas escaleras que, como reconoce la maestra bailaora y coreógrafa a lavozdelsur.es, "se había quedado pequeño".
"Qué te voy a contar de la penita que me da esto; llevo ahí desde el año 83, la primera vez que subí por esas escaleras tenía 9 para 10 años. Y me he tirado ahí 24 años. Me ha costado mucho dar el paso, pero hay que renovarse, el estudio está en una segunda planta, para el montaje de los espectáculos hace falta más espacio, y había que hacer una reforma al estudio que es muy antiguo ya y no podíamos asumir, no siendo nuestro", comenta a este periódico.
Moreno alquiló el estudio una vez que salió de allí la antigua academia de su maestra, Angelita Gómez, de la que de alguna manera continuó su legado. Desde la Porvera, María del Mar Moreno creó escuela de baile flamenco exportándola a otras latitudes, prueba de ello es que mantiene sus cursos en ciudades como París y Milán, al tiempo que creaba sus producciones artísticas bajo el sello de Jerez Puro y Compañía de María del Mar Moreno.
Ahora todo ese arte se canalizará desde otro punto del centro histórico de la ciudad, desde la calle Ponce, quedando la Porvera algo huérfana de arte y ambiente flamenco. En los bajos de la que fue academia de danza, Sumin Chen, propietario del inmueble, cumple más de 15 años en Jerez desde que, con solo 20 años, reabriese el antiguo Bonsai y lo convirtiera en una cafetería y cervecería. Ahora toca alquilar un inmueble con un uso continuado desde hace décadas como centro de aprendizaje y creación en torno al flamenco.


