Antonio Saldaña, líder del PP de Jerez, salió de la última curva airoso en mayo pasado, cuando fue detenido por conducir ebrio y golpear varios coches estacionados cerca de su domicilio particular. No solo logró que su partido no le expulsara —pese a que así lo comunicó públicamente a los medios la presidenta provincial, Ana Mestre—, sino que minimizó su castigo preservando su portavocía municipal (y el sueldo público) en un duro pulso con la Justicia (recurrido al TSJA) y con su compañero de bancada Antonio Montero, ya fuera del partido tras un reguero de promesas incumplidas.
Al mismo tiempo, parece que Saldaña tiene garantizado, hasta que alguien diga lo contrario, su futuro político como candidato a la Alcaldía de Jerez en 2023. Y todavía hay algunos que hasta ven posible que gobierne. Acostumbrado a vivir durante años a la sombra de María José García-Pelayo como poli malo —un clásico en la estrategia comunicativa del PP a todos los niveles—, Saldaña adquirió galones gracias a la Gürtel (y a la derrota de Pelayo en 2015) y quiso poner buena cara, ser constructivo y no ir al choque. Su naturaleza, en cambio, se lo impide.
Goza de un maquiavelismo poco visto en política local y, aunque a veces se estrelle, su confianza en sí mismo y en su propia estrategia es inquebrantable. Eso le honra. Y lo cierto es que, además, suele salirle bien. Este jueves ha vuelto a acabar triunfante en el lodazal municipal en el que se han convertido los plenos, esas sesiones que ya nadie sigue y que, si quiere hacerlo telemáticamente, apenas podrá por culpa del cutrerío que impera en Onda Jerez. En la sesión, Saldaña ha recordado al gobierno municipal del PSOE, de la mano de todos los grupos políticos, que gobierna en minoría desde hace cinco años y medio, y ha hecho que los socios tradicionales a la izquierda de los socialistas se revuelquen en su propio fango para cargar contra el ejecutivo local, y dejarlo en minoría ante una modificación presupuestaria clave para invertir unos 3 millones en proyectos de ciudad y en obras en las barriadas —obras son votos, siguen contando los políticos—.
¿Argumentos para el voto en contra? Solo pueden encontrarse en un conflicto que ha provocado el propio Saldaña yendo al Juzgado. ¿Quién ha pagado el pato? El ejecutivo del PSOE y, por extensión, la ciudad. Tras la demanda de Saldaña, que aseguraba que el gobierno de Mamen Sánchez le discriminaba, el caso de los asesores ‘extra’ se ha saldado perjudicando a Cs (socio del PP en la Junta) y a Adelante Andalucía (resquebrajado en Podemos, IU y anticapitalistas), que contaban cada uno con un empleado eventual más que el PP y que ahora tendrán que despedirlos por sentencia judicial. Esos asesores, negociados tras la investidura de junio de 2019, fueron fruto de un acuerdo político que el PSOE cumplió y que Saldaña, por la vía judicial, ha dinamitado.
“Es un experto en dar la vuelta a las cosas y llevarlas a su terreno”, apuntan viejos compañeros de viaje en el PP local
Pero como rey de la máquina del fango, es el que mejor se menea en ese terreno movedizo. Saldaña, el maratoniano, el que lo mismo estira titulares hasta lo imposible que, al parecer, ejerce como abogado defensor del alcalde de La Barca en un presunto caso de contrataciones irregulares en la ELA, ha logrado lo imposible: que los partidos perjudicados por su maniobra judicial dejen sin apoyos al gobierno municipal para invertir en la ciudad. “Es muy listo, sabe que el hecho de que la oposición no apoye inversiones para la ciudad es un titular de un día, pero que lo que sí se reflejará en los barrios es que las obras no llegan y que quien no cumple es el gobierno local. Al final, lo que consigue es bloquear la gestión y eso que el que ha ido al Juzgado y ha provocado todo esto ha sido él”, comentan fuentes municipales a este medio. “Es un experto en dar la vuelta a las cosas y llevarlas a su terreno”, apuntan viejos compañeros de viaje en el PP local.
El nivel de la política en general da para lo que da. En el caso de Jerez, roza ya unos límites infames. Todo es puro interés partidista: políticos plegados a las jerarquías de sus partidos que solo responden ante sus órganos superiores, no ante los jerezanos y jerezanas que les votaron; partidos que eran coalición y que ahora hacen la guerra por su cuenta solo intentando salvar la cara; y un gobierno que quizás necesita de este tipo de baños de realidad para reconectar con tierra firme más allá del despliegue mediático de cada día. Jerez merece mucho más que fango. No podréis con El Chicle, vociferaba a la Policía un vecino el otro día en los disturbios de la humilde barriada del Distrito Sur. Un grito de guerra al que los políticos jerezanos hacen oídos sordos. Peligro.
Y después de toda la morralla relatada, hay también esto:
Tribuna libre de Kika González, portavoz de Ganemos Jerez (única en remitir explicaciones razonadas de lo ocurrido a la prensa):
Jerez merece que el diálogo se abra camino
Esta mañana el gobierno municipal no ha reunido apoyos suficientes para aprobar el principal punto que llevaba al pleno municipal, una modificación de crédito por valor de más de tres millones de euros muy significativa para nuestro Ayuntamiento. Dicha modificación afectaba a distintas áreas, gastos e inversiones de todo tipo, básicamente gracias a la identificación de remanentes de inversiones de años anteriores, el uso del fondo de contingencia y otros cambios de partidas que eran meramente técnicos.
Estaba disponible toda la documentación económica y la memoria justificativa, así como la relación de partidas concretas que se pretendía suprimir y aquellas que se proponían dar de alta. Una información al detalle de dónde se iba extraer el dinero y a dónde iba destinado.
Sin embargo, todos los grupos municipales hemos coincidido en señalar una evidente falta de negociación y de preparación previa por parte del gobierno municipal; lo que viene a ser opinar, participar, hacer propuestas concretas y consensuar la modificación del presupuesto.
En nuestro caso hemos valorado el trabajo del equipo económico para buscar y encontrar recursos con el fin de afrontar gastos necesarios. Sin ir más lejos, hemos votado a favor de la primera modificación de crédito sobre el Consejo del Motor, que era simple y de cajón, pero en la modificación de crédito de los tres millones, hemos resaltado varias contradicciones que podrían haberse solventado con facilidad, que el gobierno municipal conocía previamente y desde hace días gracias a nosotras. Las detallamos:
- Nuestra negativa firme a dar de baja a los créditos del PLAN INVIERTE SOCIAL COVID-19. No queríamos renunciar a la contratación de trabajadores sociales y administrativos de un Plan ya aprobado por la Diputación por inconvenientes que han surgido en los procesos de selección que pueden ser resueltas con facilidad.
- Nuestra negativa a dar de baja un crédito de 41.762 euros de inversiones en el Zoobotánico, cuando el Gobierno estaba postergando una y otra vez las inversiones comprometidas con Ganemos en dichas instalaciones argumentando tener voluntad pero carecer de recursos.
- Nuestra negativa a dar de baja un crédito de 230.000 euros de inversiones en colegios para destinarlos a inversiones en reposición de acerado y arreglo de jardines. Nuestra postura es fácil de entender: no se puede desvestir a un santo para vestir a otro. Creemos que a pesar de las dificultades técnicas de la modificación en este punto merecía la pena intentar buscar una solución.
Estos puntos entendemos que eran plenamente salvables. El resto de la modificación de crédito era asumible, pero tras días esperando una respuesta del gobierno municipal, que era consciente de la existencia de estos escollos, se nos trasladó una negativa el día antes del pleno. Repetimos: el día antes del pleno. Nuestra abstención era una reclamación clara de diálogo: la propuesta puede salir adelante si se asumen las aportaciones concretas de Ganemos, que son sencillas, viables y lógicas.
Desconocemos en qué términos se ha producido el contacto con otros grupos, aunque estos han asegurado en el pleno municipal que se han reunido con el gobierno, que disponían de la documentación, pero que el partido socialista planteó su propuesta como una propuesta cerrada.
Pero, si esto era así, nos preguntamos… ¿era este el plan de gobierno municipal?
Un gobierno en minoría tiene que ser consciente de la realidad y medir el clima del Consistorio. Tiene la obligación de negociar los apoyos en los temas centrales. Por eso cabe preguntarse, ¿cómo es posible que un tema de tanto calado no lo haya llevado dialogado, negociado y cerrado al pleno?
En nuestro caso, insistimos, nuestras aportaciones eran plenamente lógicas, totalmente asumibles y claramente coherentes con la propuesta de modificación en su conjunto. ¿Por qué el PSOE ni siquiera ha trabajado nuestro voto afirmativo? Nosotras no lo entendemos.
No lo sabemos, pero sí hay un hecho indiscutible: Jerez no gana nada, y Jerez merece que el diálogo se abra camino.
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