El fallecimiento de Rafael Fernández ha caído como un jarro de agua fría entre sus compañeros. Rafa, como lo llamaban sus amigos, era trabajador del Ayuntamiento y justo dos años después de ir incluido en el ERE municipal, murió ayer a los 47 años "esperando justicia". Esta mañana, más de un centenar de compañeros le rindieron homenaje en la puerta del Consistorio, donde se leyó un comunicado en su memoria y donde portaron carteles con el lema: "Hasta siempre Rafa".
"Rafa era un gran compañero, un excelente trabajador y un hombre bueno. Para muchos de nosotros y nosotras era nuestro amigo Rafa", comienza el escrito. "A Rafa se le hundió el mundo, al igual que al resto de compañeros y compañeras que, sin explicación alguna, nos vimos en la calle de manera injusta y arbitraria. Pero Rafa era un hombre frágil y esta tremenda injusticia mermó sus fuerzas para seguir luchando, y su vida tomó un derrotero muy preocupante que ha tenido fatales consecuencias". Los afectados se dirigen a Pelayo y Saldaña para afirmar que el compañero fallecido "no era un vago ni un quejica, ni un hombre conflictivo. Era un trabajador honesto y comprometido que, a pesar de su delicada salud, renunció a pasar por un tribunal médico porque, de ninguna manera, quería renunciar a levantarse por las mañanas para venir a trabajar al Ayuntamiento con su gente de la delegación de Bienestar Social".
A Rafa "le preocupaba que su hijo pudiera pensar mal de su reputación como trabajador por culpa de esos calificativos injuriosos del señor Saldaña". Sus compañeros aseguran: "Todos los que le conocimos sabemos que el día 12 de septiembre de 2012 Rafa empezó a morir un poco y, desgraciadamente, el tiempo ha confirmado los peores presagios". Por eso están "muy tristes. Y llenos de rabia". "No tenemos otro camino que el de luchar. Luchar por nosotros y por nuestras familias. Y en nuestra lucha nunca nos vamos olvidar de ti, querido Rafa, ni del compañero Rafael González Barrios, que también murió esperando justicia pocos meses después de que le quitasen su trabajo", continúa el comunicado.
El escrito concluye: "Señora Pelayo, señores del PP. Ustedes pasan los días cómodamente en sus despachos y coches oficiales, después de haber dejado un reguero de sufrimiento en personas buenas, como lo era Rafa. Ustedes se van tan tranquilos a dormir después de firmar papeles condenándonos a la ruina... Usted, señora Pelayo, se da golpes de pecho cuando inaugura rotondas dedicadas a la virgen. Pero dentro de ese pecho no hay ningún corazón, señora alcaldesa. Y si lo hay esta encallecido y es incapaz de sentir compasión por nadie. Usted da pena, señora Pelayo, y es una desgracia para Jerez. Hemos venido hoy aquí para honrar la memoria de nuestro compañero Rafa y para recordarle, señora Pelayo, que gracias a usted, los dos últimos años de su vida fueron de dolor y sufrimiento. Descansa en paz. Nunca te olvidaremos compañero, querido Rafael Fernández Camacho".
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