Agentes de la Policía Nacional hacen uso de la báscula para bebés del centenario establecimiento ante la sorpresa de trabajadores y clientes.
¿Recuerdan Farmacia de Guardia, la recordada serie de Antonio Mercero de primeros de los 90 y en la que a menudo sucedían historias rozando el esperpento? Pues algo así sucedió en la centenaria Farmacia Central de la calle Larga hace unos días, y que desde luego daría para un episodio de la mencionada serie.
Miércoles por la tarde. Un coche patrulla de la Policía Nacional circula por Larga y se detiene a las puertas del establecimiento. Un agente se baja del vehículo y pregunta por la histórica báscula del siglo XIX del negocio. "¿Da tique?". "Le dijimos que no, que la que lo daba era la báscula para bebés", relata una de las boticarias a este medio. Inmediatamente el agente sale a la puerta y da una indicación a su compañero, que a continuación entra portando una enorme planta de marihuana, decomisada un rato antes, ante la perplejidad de todos los presentes, clientes incluidos.
"Pesó cerca de 10 kilos, eso era un árbol", dice una de las boticarias, que afirma que nunca había visto algo así en sus años de profesión, aunque sí uno de sus compañeros, que ha visto pesar, también por parte de la policía, algún que otro paquete de hachís. "Yo como mucho había visto a gente traer sus maletas, para comprobar que no se pasaran del peso que les exigen al viajar, o a sus perros, pero nunca algo como esto".
La cuestión es que tras el pesaje y la despedida de los agentes, en el ambiente quedó un ligero aroma a marihuana que llamó la atención de los clientes que con posterioridad fueron entrando en el establecimiento. Una anécdota que, desde luego, recordarán siempre en la farmacia.
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