No hay vuelta atrás para el Corral de San Antón: "Es más una realidad que un proyecto, cada vez está más cerca"

José Luis Fuentes, en el patio central del Corral de San Antón. FOTO: MANU GARCÍA.
José Luis Fuentes, en el patio central del Corral de San Antón. FOTO: MANU GARCÍA.

Su sueño se torna por momentos en pesadilla. Muchas noches afirma despertarse con el puño cerrado y tiene un dolor casi permanente en el estómago. José Luis Fuentes reconoce que ha "perdido años de vida". Su historia ya ha sido publicada en lavozdelsur.es, pero cada vez tiene nuevos capítulos, y casi ninguno positivo. Recapitulemos: en el año 2005 José Luis adquiría, junto a dos amigos, una antigua finca situada en la calle San Antón, en pleno barrio de San Miguel. Un antiguo corral de vecinos del siglo XVIII que pretendían rehabilitar para construir apartamentos con el objetivo de recuperar esa relación tan especial que se vivía en las casas de vecinos hace cincuenta años y que ya prácticamente ha desaparecido. Para llevar a cabo ese sueño, José Luis y sus dos compañeros se ponían en manos de la por entonces Empresa de Suelo Público de Andalucía (EPSA), hoy Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA), sabedores de que la misma concedía subvenciones para rehabilitar fincas situadas en el centro histórico.

No sería hasta cuatro años después (2009) cuando firmaban con EPSA un convenio de rehabilitación en el que la Junta aportaría 196.000 euros y los tres amigos, 70.000 euros. Sin embargo, nunca llegaron a disfrutar de esa subvención, por mucho que movieran mil y un hilos y hasta tuvieran un acuerdo verbal de que la obra empezaría sí o sí. Todo eso acabó minando la moral de los tres compañeros, hasta el punto de que en 2014 solo José Luis fue capaz de aguantar el tirón y seguir apostando por el corral de San Antón, aun pagando casi 800 euros de hipoteca a pesar de no poder vivir allí desde 2010 por los problemas estructurales que presentaba la finca.

José Luis, en el Corral de San Antón, ya avanzada su rehabilitación. FOTO: MANU GARCÍA.

Dadas las circunstancias, y consciente de que la crisis económica afectaba también a las administraciones autonómicas, José Luis replanteó el proyecto inicial de cinco viviendas, reduciéndola a una en la planta alta y destinando el resto de la finca como centro social y cultural integrado en la vida del barrio, el conocido proyecto del Corral de San Antón. De esta manera se presentaba a la administración una propuesta de reducción de la subvención de 157.000 euros para situarse en los 39.000. José Luis, iluso, creía que sería la solución ideal para retomar un proyecto que llevaba paralizado seis años por el incumplimiento de la Junta. Ni siquiera, afirma, solicitaba esos 39.000 euros de inmediato, sino que pedía empezar una obra sin renunciar a lo acordado en su momento. Lamentablemente para él, “el silencio volvió a reinar”, por lo que en 2016 decidía acudir a los tribunales para denunciar el incumplimiento que EPSA adquirió con él y sus dos compañeros en 2009. Ahora, dos años después, y a pesar de las esperanzas que tenía depositadas, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo ha fallado a favor de la Junta, ya que considera que no ha habido incumplimiento alguno por parte de la administración. Según la sentencia, los condicionantes con los que se firmó el compromiso han cambiado, con lo que no se puede pedir que se ejecute lo firmado.

El varapalo ha sido grande para José Luis, pero no lo encuadra tanto en el plano judicial como en el “político y social en cuanto a la habitabilidad del centro de Jerez”. Eso sí, tenía sus esperanzas depositadas en que la justicia le diera la razón y que, con esa subvención, pudiera terminar una obra que ha sido sufragada, en gran medida, con sus ahorros personales. La decisión de no recurrir la sentencia hace que tenga que contemplar otros caminos. “Ahora mismo, lo más sencillo es lo que todo el mundo me repite una y otra vez, que me lo quite de encima, que se lo venda a una constructora y que haga apartamentos turísticos. Pero yo veo esto como un punto de inflexión, no para un cambio de estrategia, sino para un cambio en el camino para llegar a esa meta”, afirma. Ese camino, no obstante, no pasa por un crowfunding, una alternativa muy socorrida en estos tiempos. Y lo justifica: “Buscamos un movimiento social y cultural distinto a lo que la marca Jerez ofrece más allá del flamenco, el vino, los caballos y las cofradías. Pensamos que hay otro movimiento, pero lo que hace falta es un poco de orgullo y de conciencia realmente de la fuerza que tenemos y de ese movimiento alternativo”. Por ello, apuesta por una cooperativa de servicios financieros éticos y solidarios llamada Coop57, cuya función principal es la financiación de proyectos de economía social y solidaria a través de la intermediación financiera. Esto es, recoger y captar el ahorro de la sociedad civil para canalizarlo hacia la financiación de entidades de economía social y solidaria que promuevan y fomenten el cooperativismo, el asociacionismo y la sostenibilidad. “Convocaremos una asamblea e invitaremos a todas las personas y colectivos que pensemos que pueden tener un espacio en el Corral, y se evaluará la confianza en el proyecto”.

José Luis, en la terraza del Corral. FOTO: MANU GARCÍA.

José Luis es optimista. Tiene claro que el Corral de San Antón “es más una realidad que un proyecto y cada vez está más cerca”. Quiere que sea “un espacio social, cultural y cotidiano, y esto último es esencial, porque faltan espacios en Jerez donde encontrarse en el día a día, donde a través del contacto diario se creen nuevas formas de relacionarnos, de hacer y construir ciudad. Que haya una mirada hacia lo social, hacia los problemas de la ciudad, porque todos los esfuerzos no pueden ir solo al turismo y a la terraza. Hemos perdido una forma de relacionarnos en el que todo se daba de una manera no mercantilizada. Ahora es raro que podamos quedar si no es para tomarnos una cerveza. Faltan lugares donde poder ir para encontrarte cosas necesarias para el espíritu. Esa tiene que ser la labor que cumpla esto. Además, los movimientos sociales de Jerez necesitan un lugar donde poder encontrarse”.

Si quieres contribuir a que el Corral de San Antón sea una pronta realidad, hay una campaña abierta de venta de aceite para financiar el proyecto. Puedes adquirir tu garrafa en la herboristería 'La botica de tu casa' (calle Consistorio), en el Tabanco Cruz Vieja (calle Barja) o a través de la página web del Corral.

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Jorge Miró

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