El carnavalero Manuel Mazzoni Pérez ha fallecido a los 82 años, una triste noticia para la fiesta en Jerez, de la que fue uno de sus grandes impulsores. Nacido en Cádiz, su familia emigró poco después a Islas Canarias y finalmente a Jerez, donde vivió desde los cinco años. Tras estudiar en el Padre Luis Coloma, se casó en la ciudad y trabajó casi toda su vida en Coca-Cola.
Fue a través de esa labor como tomó un contacto definitivo con el carnaval de Cádiz, del que era un gran aficionado, y propició que fuera llevando a Jerez gran parte de la influencia y que dejó muchos frutos. Aquellas amistades se traducirían en una producción de coplas de Cádiz que fue a dotar de más entidad al carnaval jerezano. "Hay que recordar que en la Transición, el carnaval en Jerez era una fiesta más como la hay en muchos pueblos", explica el carnavalero Juan Manuel Carrera.
Junto a otros nombres como Alfonso Bonilla (también fallecido recientemente), Pepe Cote o Agustín González, entre otros, fue uno de los padres del carnaval de Jerez cuando más falta hacían, cuando comenzó una ofensiva municipal contra esta fiesta desde finales de los 80. "Manolo Mazzoni es un ejemplo de constancia, y muy, muy buena gente", explica Antonio Jesús García, autor de comparsas de Jerez.
Participó en la primera Comisión Gestora del Carnaval de Jerez, que derivó en una Plataforma Procarnaval que le llevó al enfrentamiento con figuras políticas relevantes como José López o el alcalde Pedro Pacheco. Llegó a ser uno de los organizadores de una cabalgata protesta en los 90 que movilizó a mucha gente para reivindicar un carnaval que, finalmente, volvería por presión popular.
"Manolo siempre tenía una palabra de aliento para todo el mundo", recuerda García. "Era un referente. Siempre ha estado ahí como un luchador. La plaza que tiene en Jerez fue una cuestión muy deseada por todos los carnavaleros de Jerez". Efectivamente, ésta se sitúa en calle Asta, con el epítome de Carnavalero en su parte inferior, una rareza en el callejero jerezano.
"Con él no había manera, llevaba adelante esto, el carnaval de Jerez, sí o sí. Intentaba atraernos a los más jóvenes para seguir cuando nadie se atrevía a señalarse. Sabías que te iban a criticar desde el Ayuntamiento, la prensa, y no se publicitaba. Te llovían las tortas pero él tiraba adelante. Buscando dos duros de sus recursos", prosigue Carrera. Sobre la rivalidad entre Jerez y Cádiz que relucía en esa batalla por reivindicar el carnaval de Jerez, el sentir en el carnaval jerezano siempre fue que era "un invento político".
Además de llevar varias comparsas al Falla firmadas por él a principios de los 80, se involucró en la actividad de las peñas y en las actuaciones por la ciudad, logrando atraer a figuras de la fiesta gaditana a la ciudad. Y como ejemplo de su trabajo, queda también que pusiera en contacto al joven grupo de comparsistas jerezanos que a mediados de los 90 consiguieron colocarse entre las punteras de Cádiz con autores de la ciudad, los que le llevarían a la gloria de colarse en una final.
En un artículo en La Réplica, el también chirigotero Miguel Ángel Cuevas Noa resume así gran parte de su huella: "Quizá en Cádiz no sepan del alcance de Mazzoni como catalizador de la fiesta en Jerez. Quiero pensar que en Jerez sí que se sabe: él era un comercial de Carnaval, le vendió el producto a quien no se lo quería comprar. La oligarquía jerezana siempre ha controlado la prensa y los medios de comunicación, y eso del carnaval siempre lo recibían cogiéndolo con pinzas. Manolo lo sabía, pero como vendía bien, al final les daba las vueltas y acababan por darle algo de sitio para que la gente supiese que había un incipiente carnaval, construido sin apoyos y sin recursos. Todo ello agravado con el hecho de que Pedro Pacheco le vio color a la rivalidad Jerez-Cadiz y se fue cargando todo lo que iba construyendo la gente del carnaval. Ese es el curriculum oculto del carnaval de Jerez que nadie nunca nos contará".
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