Inspiración, exclusividad y creatividad son el motor de un estudio de interiorismo que cumple tres años en Jerez. Un lugar donde los sueños se pueden hacer realidad. Mar Dorado pone todo su empeño para escuchar a los clientes y transformar sus gustos y necesidades en espacios con encanto.
La jerezana, de 33 años, ayuda a empresarios y empresarias a que sus negocios funcionen mejor a través del diseño. Y lo hace desde una perspectiva única y pionera en Andalucía. Su estudio es el primero en especializarse en interiorismo estratégico tras completar una formación con Iván Cotado, experto en esta rama que busca que los clientes logren más ventas gracias a su estética. En concreto, trabaja para locales comerciales y proyectos residenciales.
“Estudiamos todo en profundidad y diseñamos establecimientos que creen emociones, utilizando el marketing auditivo, olfativo, visual. Nos gusta que los clientes interactúen con el local”, explica Mar. Esta interiorista decidió adentrarse en este mundo tras haber estado más de siete años trabajando en un McDonald's desde que cumplió la mayoría de edad.
"Sentía que la vida me pedía algo más, algo que tuviera sentido para mí. Así que decidí escucharme”, cuenta la jerezana con la serenidad de quien ha tomado las riendas de su historia. Su instinto la llevó a explorar diferentes caminos hasta que encontró en el diseño de interiores un lenguaje propio.
Con determinación y mucha intuición, fue construyendo su proyecto paso a paso. Empezó desde casa, creando entre juguetes y planos, conciliando la maternidad con una vocación que le ardía por dentro. Y cuando llegó el momento, dio el salto: abrió su primer estudio. Desde entonces, no ha dejado de crecer, diseñando espacios con alma y marcas con historia.
Actualmente, cuenta con uno más grande, 75 metros cuadrados, ubicado en la calle Camarón de la isla de Jerez, en el que dispone de showroom y espacio para poder atender a los clientes. En una pizarra, traslada sus ideas y va concretando materiales hasta cerrar los proyectos definitivos.
Mar le pone mimo a cada trabajo y cuida los pequeños detalles con el objetivo de que está “todo hecho a medida”. Por ejemplo, si incluye alguna escultura, contacta con artesanos que las fabriquen.
“A través del interiorismo, hacemos que el local cobre mucho más sentido. Nos basamos en la imagen de marca, en colores, estrategias, lo pensamos todo muy bien para que sea funcional para los trabajadores, y también interactivo y emocionante para los clientes”, sostiene la jerezana.
Con esfuerzo y dedicación, ha logrado hacerse con una cartera de clientes y son muchos los que la eligen para este cometido. Normalmente, a su puerta llaman empresarios y empresarias de la hostelería, pero también clientes particulares para decorar un hall, un dormitorio o una vivienda completa.
Según detalla, “nuestro trabajo no consiste en poner muebles, no somos decoradores, somos diseñadores que diseñamos espacios para crear emociones al cliente final”. Cuando se trata de un restaurante, su objetivo es que los comensales vivan una experiencia. “Creamos un tipo de sensaciones que luego van a asociar directamente a esa imagen de marca”, explica la profesional, que ha trabajado con cadenas como Sushi Panda.
Desde su estudio, Mar Dorado ya está pensando en nuevos retos para crear hogares y espacios acogedores.
