Obispado y la empresa encargada de los trabajos, Tragsa, firman la última adenda que prorroga los trabajos en el templo hasta el 30 de junio.
Julio es la fecha. Tras cumplirse once años cerrado al culto, la parroquia de Santiago abrirá sus puertas en poco más de un mes. Aunque desde la empresa encargada de los trabajos, Tragsa, aventuraban a primeros de este año que los trabajos podrían culminar como muy tarde en este mes, finalmente se prolongarán hasta el verano, según ha anunciado el obispo, José Mazuelos tras la firma de la quinta adenda que prorroga el plazo de finalización de la restauración del templo.
Lo cierto es que lo que queda de aquí a julio son trabajos menores, más que nada de limpieza y de acondicionamiento del templo. La solería de Santiago ya está instalada y se han restaurado los pilares y pilastras, que era lo último que quedaba por llevar a cabo. De hecho, la perspectiva es que para el día del patrón, el 25 de julio, ya pueda estar abierta la iglesia y celebrarse misa.
Los males de Santiago han sido siempre sus graves problemas estructurales. La construcción a finales del siglo XVIII de la espadaña, adosada a uno de los muros del ábside, tampoco ayudó, puesto que afectó al sistema de fuerzas de éste al mutilarse los contrafuertes. A todo esto se le suma el pobre material con el que se construyó Santiago, piedra procedente de la sierra de San Cristóbal, muy fácil de trabajar para los canteros de la época, pero mala a la hora de resistir en condiciones el paso del tiempo. Además, la gran humedad que ha padecido el edificio no ha hecho más que afectar todavía más a esa piedra y, por lo tanto, a incrementar los problemas que ya de por sí tenía el templo y que lo han ido afectando a lo largo de su historia. De hecho, sólo en el siglo XX sufrió dos derrumbes, en 1905 y 1955.
Que la iglesia está a punto de abrir lo dice también el hecho de la colocación del azulejo del Señor del Prendimiento el pasado miércoles 25 de mayo.
Comentarios