“Jerez tiene desde ahora otra Casa del Vino”. Con estas palabras, la alcaldesa Pelayo dio en la diana al referirse al Centro Cultural San Dionisio, inaugurado la tarde-noche del viernes después de tres años de obras. Pelayo realizó un recorrido acompañada de Fulgencio Meseguer, presidente del Centro, y de distintas autoridades, tanto políticas como del sector bodeguero –César Saldaña, Ricardo Rebuelta, Jorge Pascual o Evaristo Babé, entre otros– destacando la inesperada presencia de la senadora socialista Susana Díaz, para la que la propia Pelayo tuvo sus primeras palabras de agradecimiento por su presencia, compañeras “y amigas”, al fin y al cabo, en la Cámara Alta. Por cierto, en conversación informal, Díaz mostraba su reconocimiento al Centro Cultural, tanto a la muestra como a la restauración del propio palacete de la Condesa de Casares (que data de 1837).
Fue el propio Meseguer el que ofició de maestro de ceremonias de la visita, en principio para un grupo reducido de autoridades, aunque al final se mezcló todo el mundo... eran decenas los invitados del propio bodeguero. Durante media hora larga, toda la concurrencia alternó las distintas salas que tiene el Centro Cultural, tanto las que albergan la, desde ahora, Sherry Gallery (creada a partir de las colecciones de Roberto Amillo y Francisco Odero, ambas adquiridas este mismo año) como salas de exposiciones, que para la inauguración albergaban muestras de Montañés y Miki Leal. También hay una sala en la que se puede seguir la rehabilitación del propio palacete.
El vino y el brandy de Jerez son los auténticos protagonistas de lo que se puede ver en el Centro Cultural. Se podría decir que hay una importante presencia física, lo que no es obstáculo para que haya una presencia tecnológica contundente, fundamental. Es cierto que se pueden ver botellas, etiquetas, carteles, letras de pago, contratos de compra-venta, también ceniceros, llaveros, posavasos… todo tipo de referencias ligadas al vino y al brandy de Jerez, pero el visitante puede en cualquier momento interactuar con las pantallas ‘especializadas’ para conseguir todo tipo de información sobre los vinos de Jerez, tanto la que puede andar buscando alguien experto como la que simplemente puede entretener a alguien lego en el mundo del sherry. Es así. La colección de la que dispone el Centro es tan grande que puede perfectamente decorar el paso de una sala a otra de las que tienen verdaderos contenidos y, en definitiva, hay que tirar de las pantallas para ver la oferta total, todos los fondos con los que cuenta.
Durante la inauguración, la alcaldesa Pelayo arrimó la ascua a su sardina al destacar lo importante que es para Jerez y sus aspiraciones de albergar la Capitalidad Cultural Europea 2031 que abra un centro de estas características. También destacó que esta infraestructura se sume a las Rutas del Vino, que están entre las más visitadas de España. No obstante, en palabras expresamente dirigidas a Meseguer, Pelayo dijo que todo el mundo tiene que disfrutar de este centro, que debe ser polo de atracción de turismo pero, un tanto emocionada, concluyó diciendo que “esto es para los jerezanos”.
El empresario Fulgencio Meseguer estaba sencillamente exultante. Por todo: por la inauguración, por la restauración del edificio, por el concepto museístico que alberga… y porque considera que, de alguna manera, el Centro Cultural es su legado para la ciudad en la que nació. Meseguer destacó el trabajo de su hijo Jordi, del que dijo que “a mí se me ocurren cosas y él es el que las hace realidad”. Para el propietario de la bodega Cayetano del Pino ha habido “momentos duros” durante las obras, pero que siempre ha mantenido la ilusión en el proyecto. “Lo mejor está por llegar”, es una frase que usa habitualmente y que volvió a utilizar, emocionado, de ver que aquí no concluye, sino que empieza un nuevo proyecto.
Por su parte, el presidente del Consejo Regulador, César Saldaña, dio directamente la enhorabuena a Meseguer y dijo que, aunque todo el mundo “esperaba algo fantástico, esto supera cualquier previsión”. Saldaña señaló que prefería hablar como presidente precisamente de las Rutas del Vino, para destacar el impacto que el Centro Cultural San Dionisio puede tener en el enoturismo del Marco de Jerez y el “hueco incomprensible” que viene a cubrir en cuanto a la ausencia de un museo del vino de Jerez como tal. “Siempre digo que en Jerez debemos estar a la altura de nuestro legado y es evidente que tú lo has conseguido con el respeto al edificio, a las colecciones y la pasión que ha puesto en este proyecto”, concluyó.
Hemos hablado de la Sherry Collection y de las salas de exposiciones al margen –aunque la exposición de Miki Leal está relacionada con el vino– de la misma, y se nos olvidaba decir que vuelve a abrir Las Cuadras, un espacio totalmente remozado que mantiene el patio pero que ahora tiene un interior muy muy spirit (ya lo verán). Pues eso…
