De Jerez a Santiago de Compostela: dos meses a pie y 1.200 kilómetros

El Camino Ceretano sigue la Vía Augusta que viene desde Cádiz y llega a Sevilla. A ciencia cierta no se sabe, en lo histórico, desde cuándo existe esta ruta, que ha tomado nombre propio hace tan sólo 4 años

José Carlos Perdigones junto al monolito situado en la iglesia de Santiago.
José Carlos Perdigones junto al monolito situado en la iglesia de Santiago. CANDELA NÚÑEZ

La historia del camino de Jerez a Santiago de Compostela es más bien corta en su definición, otra cosa son los antecedentes históricos que lleva consigo, algo que se sigue investigando. Sin embargo, recibe carta de naturaleza como tal hace cuatro años cuando la Asociación Xacobea de Jerez ‘Sharish’ convoca unas jornadas dedicadas a estudiar los antecedentes y la vinculación de Jerez y la Ruta Xacobea.

Con la ayuda y aportación de historiadores, arqueólogos y estudiosos, se determinó entonces el denominado ‘Camino Ceretano’, que transita por la romana Vía Augusta que viene desde Cádiz y alcanza Sevilla. El tramo propiamente jerezano, tomando precedentes históricos, se inicia en Puerto Real, llega hasta Lebrija y, por la misma Vía Augusta, alcanza Sevilla desde donde se enlaza con la Vía de la Plata. Por ella se conecta con el camino francés que culmina en Santiago de Compostela.

Azulejo situado en Bodegas Tradición señalando la ruta Jacobea.     CANDELA NÚÑEZ
Azulejo situado en Bodegas Tradición señalando la ruta Jacobea.     CANDELA NÚÑEZ

El Camino Ceretano comprende entre 60 a 65 kilómetros desde Puerto Real, localidad cuya historia está vinculada a Jerez ya que perteneció al municipio por concesión de los Reyes Católicos. De esta forma queda demostrado que el de Jerez es un ‘camino histórico’, una denominación fundamental para ser reconocido como tal. A día de hoy no existe una fecha fehaciente que determine desde cuándo es usado aunque se presume que su recorrido puede ser secular.

No es precisamente el Ceretano una de las alternativas más usadas para llevar a cabo la peregrinación, por varios factores, el principal es la distancia a recorrer ya que hasta alcanzar la meta son 1.200 los kilómetros a recorrer. Además, es una vía que solo es recomendable en otoño, invierno o primavera ya que las elevadas temperaturas del verano y los parajes por los que hay que transitar se hacen muy complicados por los extremos que  alcanzan los termómetros.

Detalla del monolito de Santiago y el libro que relata la historia de la Vía Augusta.     CANDELA NÚÑEZ
Detalla del monolito de Santiago y el libro que relata la historia de la Vía Augusta.     CANDELA NÚÑEZ

José Carlos Perdigones, presidente de la Asociación Xacobea de Jerez ‘Sharish’, explica que casi todo el que quiere peregrinar “tiene los días contados”, es decir que se marcan una media para cumplir con el Jacobeo de cinco o seis jornadas. Se eligen caminos más cortos: “El de Jerez son unos 1.200 kilómetros”, lo que supone que de hacerlo caminando serían unos dos meses, unos 25 kilómetros por día mientras que por otros medios (básicamente en bici) se reduce a unas cuatro semanas.

Sin embargo, Perdigones comenta que una de las labores de la asociación es la de concienciar a los peregrinos en el sentido de que “no tienen que completarlo en su totalidad. Pueden hacerlo por tramos, como por ejemplo lo que está haciendo un grupo al que le hemos hecho la propuesta de hacerlo en cuatro años”. Han dividido esos 1.200 kilómetros en cuatro tramos para ir completando uno cada año.

“Lo importante del camino no es llegar a Santiago; lo importante es el propio camino”, señala el presidente apelando a una frase común entre los peregrinos, “un dicho que es ley en el camino y que intentamos de que lo asuman los peregrinos”, por lo que la propuesta de dividir por fases la ruta desde Jerez está teniendo una buena acogida, en vez de ir al norte de España y peregrinar desde cualquiera de los camino más cercanos a Santiago.

Otra señal de la ruta Ceretana situada en San Miguel.     CANDELA NÚÑEZ
Otra señal de la ruta Ceretana situada en San Miguel.     CANDELA NÚÑEZ

La Asociación Jacobea de Jerez ‘Sharish’, denominación Andalusí de la ciudad, fue fundada en 25 de julio de 2018. Surge con el objetivo de “dar respuesta y ayuda a la gran cantidad de peregrinos que existen en nuestra ciudad, así como incentivar el conocimiento de la cultura jacobea y los Caminos que conducen hasta la sepultura del Apóstol Santiago”.

También tiene como fines la ayuda a los peregrinos, atender cualquier necesidad: alojamiento, enfermedad, etcétera;  incentivar a las personas con discapacidad o diversidad funcional sobre los beneficios terapéuticos que el Camino de Santiago ofrece.

Uno de los objetivos, sustentado en lo anterior, es abrir un albergue público de peregrinos en Jerez “así como una sede que aglutine al mundo peregrino, algo que se nos viene prometiendo desde 2018”, recuerda Perdigones. También está la vertiente histórica con la continuación de estudios e investigaciones que determinen el origen del camino de Jerez, una fecha hasta ahora poco clara.

Lo que no dejan de la mano es seguir adaptando la ruta jerezana a las necesidades de los peregrinos. Se han ido aplicando diversas variantes que llevan hasta Lebrija pasando por Mesas de Asta (Asta Regia) por su significado histórico: “Esta asociación continúa en la labor de poner en el mapa de los caminos a Santiago el Camino Ceretano por la Vía Augusta y hacer de Jerez una ‘Ciudad Jacobea’ de partida o paso de peregrinos hacia Santiago”, expone el presidente como un reconocimiento a alcanzar.

Plano dE detalle de la ruta que conserva la Asociación.    CANDELA PEÑA
Plano dE detalle de la ruta que conserva la Asociación.    CANDELA NÚÑEZ

Por cierto que en el Año Santo Jacobeo de 2021 y 2022 se convocó un pregón, organizado por esta asociación, siendo la primera exaltación de esta índole celebrado en España, pronunciando el primero el recordado cardenal emérito de Sevilla, fray Carlos Amigo Vallejo.

En la actualidad el colectivo sigue en la labor de colocación de la señalética por el trazado del Camino Ceretano por la Vía Augusta, aunque los peregrinos pueden solicitar información en su perfil en las redes, en el teléfono 640336642 o en el correo electrónico asocjacobjerez@gmail.com.

1.400 kilómetros solo y en bicicleta: “He llegado a llorar en el camino por emociones que no esperas”

Germán Fonteseca, periodista jerezano, lleva nueve días en ruta. Inició el camino hasta Santiago desde Jerez en bicicleta, 1.200 kilómetros. Lo pillamos, literalmente, sobre el puente romano de Mérida, encima del Guadiana, bajo un sol de justicia. Su objetivo es claro: “Intentaré hacerlo entero. El tiempo que tarde es muy difícil de calcular”, dado que los planes que se trazan a priori “se desmontan por completo una vez en ruta, hay días que hace más kilómetros y otros menos. Todo según la orografía”.

Acaba de comprarse unos plátanos y algo de fruta; está muy cerca del final de la etapa de hoy, unos 50 kilómetros. Va solo. No hubo una motivación ‘extra’ para plantearse este reto, “quería hacerlo un día y ha sido ahora que aún me encuentro bien físicamente”, nos argumenta.

Germán junto a su bicicleta sobre el Puente Romano de Mérida.
Germán junto a su bicicleta sobre el Puente Romano de Mérida. 

A modo casi de consejo y de experiencia personal, explica que la preparación previa “está bien pero después no tiene nada que ver”. Cuenta que entrenas por tu entorno, “pero claro, es todo llano”. Después la realidad es otra “te encuentras con serranías, como la de Sevilla donde lo pasé muy mal” y aún le queda por delante la sierra de Béjar.

Lo que sí le emociona es la ayuda que recibe de forma constante, “es alucinante” apostilla. “No tengo palabras” y nos relata que desde hacía kilómetros venía casi sin frenos por una avería que intentó arreglar hasta que llegó a un albergue de peregrinos en Zafra donde “dos personas me los arreglaron con toda la amabilidad y entrega del mundo”.

Posando en el centro de Mérida.
Posando en el centro de Mérida. 

“Te invitan, te atienden, te dan de beber, de comer, de todo… es impresionante; además no te dejan pagar nada”. Germán asevera que no se planteó el camino como una competición, “simplemente como una etapa de reflexión, de tranquilidad y de convivir con gente, charlar con otros peregrinos, como uno de Chequia que iba con su perro y así muchos más, cada uno con sus historias”.

El camino no es fácil, confirma Germán Fonteseca, las exigencias físicas con constantes, tanto que “en esos momentos no piensas más que en seguir avanzando”. Por el contrario, “en los tramos llanos piensas mucho, tanto que te lleva a una meditación espiritual y eso que no soy una persona religiosa”. Confiesa que “he llegado a llorar solo en el camino por las emociones que te embargan y que no las esperas”.

“De no entrar desde hace mucho en una iglesia, ya lo he hecho dos o tres veces donde incluso se te escapa una oración. Creo que es imposible no creer en nada”, reflexiona el peregrino para el que “no es imprescindible ser católico o creyente para echarse a la ruta, pero a lo largo de la misma empieza a aflorarte algo que te hace pensar".

 

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

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