Hasta 3.000 horas de trabajo para crear un cachito de Semana Santa en miniatura

27 pasitos, siete artesanos, unos auténticos ‘manitas’ en crear a pequeña escala. Estos trabajos se unen en una muestra en Los Claustros, lo mejor de esta singular artesanía, para el que existe un mercado que paga hasta 4.000 euros por uno de ellos

Uno de los artistas, Beltrán Saldaña, explicando detalles de la miniatura del palio de La Concepción.
Uno de los artistas, Beltrán Saldaña, explicando detalles de la miniatura del palio de La Concepción. CANDELA NÚÑEZ

¿Quién de entre los cofrades no ha jugado de pequeño a los pasitos? Aquellas cajas de zapatos que se convertían en tal o cual misterio de difícil identificación, con cuatro velas de cumpleaños en las esquinas, un nazareno o crucificado birlado a la madre de su devocionario particular o la misma cruz de la comunión. Unos faldones de papel de color y poco más. Esto aún sigue siendo costumbre en muchos pequeños, un trabajo, juguete nada tecnológico que incluso los incluyen en los trabajos del cole cuando llegan estas fechas.

Pero hay pasitos y pasitos. Ahora tenemos la oportunidad de poder deleitarnos de una exposición en Los Claustros en Jerez de autenticas maravillas en miniaturas de pasos que han salido de las manos de artesanos o aficionados que se esmeran en, literalmente, hacer en pequeño los grandes pasos de la Semana Santa. Son 27 los que se exponen de un total de siete autores, una muestra que está causando admiración en todo el que la contempla por la fidelidad de las reproducciones y el detallismo con los que están concebidos.

Una de las piezas expuestas en Los Claustros, el paso de La Sentencia.    CANDELA NÚÑEZ
Una de las piezas expuestas en Los Claustros, el paso de La Sentencia.    CANDELA NÚÑEZ 

Barro, madera, estaño, plastilina e incluso impresiones en 3D. Las técnicas empleadas son muy variadas, desde las más tradicionales hasta las más innovadoras, que no son precisamente las más fáciles de ejecutar. Todo tiene su dificultad.  Uno de estos artesanos es el jerezano Beltrán Saldaña que cuenta 62 años de edad y comenzó en esto cuando era niño con aquellas cajas de zapatos. “Lo que sucede es que uno va creciendo y tiene ya sus ocupaciones, dejas de lado este juego de niños”, explica Saldaña que se considera un manitas en las manualidades y las maquetas. Pero una enfermedad le obligó a dejar de trabajar y desde ese momento se entregó por completo a su pasión.

Asegura que “siempre va a existir el pasito. Al principio lo utilizábamos como un juguete pero llega un momento en la vida en la que tengo mucho tiempo para esto y es cuando me dedico plenamente”. Beltrán utiliza la técnica en 3D, es decir, impresión digital. “Mis compañeros, por ejemplo, utilizan el estaño repujado, otros trabajan la madera tallada, la pasta de modelar, la plastilina, el barro…”. Confiesa que empezó con esta tecnología por falta de tiempo “porque era más rápido” y lo sigue haciendo ahora que le sobran horas.

La urna del Santo Entierro de Cádiz.    CANDELA NÚÑEZ
La urna del Santo Entierro de Cádiz.    CANDELA NÚÑEZ

“He depurado esta técnica y no te voy a decir que lo saque mucho mejor que mis compañeros, pero sí que tengo una ventaja, una pieza la saco con todo el detalle, hasta el más ínfimo. Es la ventaja de las nuevas tecnologías”. Tiene dos trabajos en la muestra, el paso de palio de la Concepción Coronada y otro más pequeño La Sentencia de de Sevilla. Joaquín Seisdedos, de Cádiz; Jorge Real, también de Cádiz; Jesús Andrade, de San Fernando; Juan Morilla, de Guadix; Manuel Vargas, de Jerez, y Narciso Corrales, que es el más veterano de todos, que lleva 46 años haciendo pasitos y vive en San Fernando.

El estaño repujado es el material más usado por estos artesanos y, aunque parezca exagerado, terminar un pasito se puede tardar entre cuatro y cinco años de media, siguiendo estas técnicas sin que entre la tecnología. “Por ejemplo, Juan Morilla va tallando voluta, voluta, una obra de arte fantástica. Otro compañero lo hace todo en plastilina lo que implica una gran dificultad pero tiene una habilidad impresionante. Jorge trabaja el barro al igual que Manuel Vega”. La creación de la imaginería queda para los más hábiles que en el caso de esta muestra lo son casi todos, “soy el único que no hace estas piezas; las compro o me las hace alguno de los compañeros”, señala Beltrán.

Una visitante en la exposición tomando fotos de los pasitos.     CANDELA NÚÑEZ
Una visitante en la exposición tomando fotos de los pasitos.     CANDELA NÚÑEZ

El año pasado este grupo montó una exposición en Sevilla, “pero el local que teníamos era muy pequeño y solamente podíamos poner ocho pasos”, relata Saldaña como el precedente que llevó a la exposición en Jerez. Casualmente, un día entró en los Claustros y contactó con empleados del área de Cultura a los que les contó a qué se dedicaban e inmediatamente los ficharon para esta Cuaresma.

Beltrán, que hace de portavoz de este grupo, cuenta otro aspecto de esta afición, la parte comercial.  Subraya que en Reyes Magos hay mucha demanda como regalo: “Conozco compañeros que viven de esto porque se dedica al 100%. Incluso está dado de alta como como autónomo”. Sin embargo reconoce que es muy difícil ganarse la vida a no ser que sea un genio, “porque son muchísimas horas de trabajo las que se lleva hacer un pasito con todo lujos de detalles y fiel al original”. Calcula  que se puede llevar más de  3.000 horas de trabajo, “¿a cuánto tienes que vender el paso para que te sea rentable y puedas mantenerte?”.

Tres de los autores de las piezas expuestas.     CANDELA NÚÑEZ
Tres de los autores de las piezas expuestas.     CANDELA NÚÑEZ​​​​​​     
Saldaña asomado a la trasera de un pequeño palio.     CANDELA NÚÑEZ
Saldaña asomado a la trasera de un pequeño palio.     CANDELA NÚÑEZ

Pero sí tienen un precio. Los más caros pueden estar aproximadamente sobre los 4.000 euros. En este ‘negocio’, explica,  “hay compañeros que lo tienen muy estudiado, lo tienen muy trabajado y en seis meses pueden hacer un paso”. Otro aspecto que encarece es el material, porque estos pasitos están trabajados con pan de oro igual que los originales además de las telas y los restantes materiales que se usan.

Por supuesto que la fidelidad al verdadero debe ser primordial, "cuando me proponen hacer el paso de La Sentencia, me voy a Sevilla museo de la Macarena, pido permiso para hacer fotos y tomar medidas. Por cierto que todo son amabilidades; hasta me subo al paso para tomar imágenes de todos los detalles a fin de sacarlo con la máxima fidelidad”. Al final, es el resultado e muchas horas de dedicación, y esmero demás de un talento extraordinario que ahora se puede disfrutar en Los Claustros.

 

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

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