La bodega jerezana presenta en el Palacio de las Dueñas la edición 2016 de estos vinos que destacan por su "elegancia y singularidad".

González Byass ha presentado en el sevillano Palacio de las Dueñas su sexta edición de los finos Palmas, de la mano de Pedro Rebuelta, vicepresidente de la empresa bodeguera y miembro de la quinta generación de la familia, junto a figuras de la de la sociedad sevillana, entre los que se encontraba Cayetano Martínez de Irujo, Duque de Arjona y Conde de Salvatierra, responsable de la línea de productos fine food de Casa de Alba.

Los ricos matices de esta colección de vinos han sido descubiertas de la mano de Antonio Flores, enólogo y master blender de González Byass, entre los muros de este edificio construido entre los siglos XV y XVI. El toque de sabor lo han puesto los productos delicatessen de Casa de Alba, que han armonizado a la perfección con estas joyas enológicas exclusivas.

"Elegancia y singularidad" definen la nueva colección Finos Palmas 2016, una de las novedades enológicas más esperadas del año. Tras el verano, llegó el trabajo de la clasificación en bodega donde Antonio Flores, la 'nariz de la Casa', ha seleccionado aquellas botas de las viejas soleras de González Byass en las que el vigor de la flor ha otorgado un intenso carácter a fino.

Intuición, sabiduría, nariz, tiempo, tiza y venencia son los protagonistas en ese incesante ir y venir del enólogo por las bodegas para descubrir estos vinos que, cada año, deslumbran al mundo. Para esta experiencia sorprendente y emocionante, el Mejor Enólogo Español del Año ha contado con la destreza y sensibilidad del Master of Wine y Master Sommelier, Gerard Basset.

Los dos maestros han catado y seleccionado, venencia en mano, las mejores botas de la solera de Amontillado Fino donde la levadura de velo pasa del esplendor de la vida en Una y Dos Palmas, a la decadencia y muerte de la misma en Tres y Cuatro Palmas. El resultado, según González Byass, ha sido "inmejorable, con una colección Finos Palmas compleja y trascedente que refleja las edades de Tío Pepe".

Hay que recordar que las Palmas son denominaciones que, como define Manuel María González-Gordon en el libro “Jerez-Xerez-Sherry”, se aplican a aquellos vinos finos de Jerez que se distinguen notablemente por su limpieza, finura y delicadeza en el aroma, y el número de palmas es proporcional a su grado de vejez. Estos vinos son el resultado de la ímproba labor de selección y clasificación por tiempo de vejez y finura de los mejores finos que se viene llevando a cabo desde el año 1880.

De esta manera, el fino Una Palma es un Tío Pepe con seis años, fruto de la selección de tres botas, de un total de 142; el de Dos Palmas se produce tras ocho años de contacto con la flor que cubre toda la superficie del vino y que procede de la selección de dos botas de entre 150; el de Tres Palmas es un Tío Pepe muy viejo que lleva la crianza biológica al límite. Tras diez años de envejecimiento, solo algunas botas mantienen trazos de levadura que interactúan mágicamente con el vino. Procede de una única bota seleccionada entre las 150 que componen la solera. Por último, el de Cuatro Palmas es un Amontillado Viejísimo, que refleja la capacidad de Tío Pepe de evolucionar en el tiempo concentrando lo mejor de su origen para ofrecer un vino que demuestra la importancia de la selección y la clasificación en la bodega. Un Amontillado "sublime e irrepetible" que procede de solo una de las seis botas que envejecen en González Byass desde hace 51 años. 

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Jorge Miró

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