Gimnasios de barrio: la gran proeza de resistir a las grandes cadenas 'low cost'

gimnasio_peliron
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Ofertas estratosféricas, horarios de apertura casi eternos, máquinas de última generación… Jerez, al igual que otras muchas localidades de España, no ha escapado al fenómeno de las grandes cadenas de gimnasios low cost. Hasta cuatro se han instalado en la ciudad en apenas dos años y un quinto ya ultima su implantación en pleno centro, en la plaza Doña Blanca.

Si la piratería provocó el cierre de varias salas de cine en Jerez, así como algo tan habitual como los videoclubs, ¿pasará igual con los gimnasios de barrio? “Al contrario, la gente lo que busca es el trato directo”, afirma convencido Marcos Macías, encargado y jefe de sala del gimnasio Zeus, que ha cumplido en la calle Fontana 25 años de vida en este 2017. Su reducida plantilla, que conforman cuatro personas, todas de Jerez, se caracteriza por su “profesionalidad” y su “sólida formación en la academia Orthos” —la primera de enseñanza deportiva a nivel nacional, siendo Zeus su delegación en Cádiz—, destaca Marcos.

¿Cómo se combate a las grandes cadenas de gimnasios? “Nosotros tenemos un trato directo y amable. Aquí la gente se siente como persona, no como un número de socio”. Y aunque reconoce que han notado un descenso en el número de clientes —“sobre todo los más jóvenes, que son los que les gusta probar cosas nuevas”— reconoce que otros muchos han regresado “desencantados” de lo que se han encontrado. “Aquí nunca hemos cobrado matrícula, estamos en contra de los contratos de permanencia y de las penalizaciones, que es lo que están haciendo estas clases de empresas. Y otra cosa importante. En nuestro precio ya viene el IVA incluido, aquí no te encuentras sorpresas de última hora”.Francisco José Gil López, del gimnasio Euro Gym, en la calle Batalla de Cardela, opina igual que su compañero de Zeus. “Es complicado combatir contra estas cadenas, a menos que des un trato personalizado como nosotros. Allí vas y no te atiende nadie, y los que nunca han ido a un gimnasio no saben entrenar, porque nadie les corrige. Que me expliquen cómo mantienen una sala de 3.000 metros cuadrados sin ningún monitor, cuando aquí, cuando hay diez o doce personas, ya necesitamos a dos monitores”.

Francisco José entiende que los precios reducidos de estos gimnasios, en estos casos, sí vienen reñidos con la calidad, si bien esas tarifas tan atractivas les han dejado escapar algunos clientes. “Sobre todo se ha notado en la sala de musculación, esos que además llevan entrenando toda la vida y ya no necesitan a nadie que les corrijan, ni tampoco un trato personalizado”. Sin embargo, afirma que en las clases que realizan de zumba y boxeo no han tenido bajas.Y es que, esa es otra de las bazas de los pequeños gimnasios, la especialización. Felicísimo Díez Palacios, propietario de Kime, en calle Pajarete, lo tiene claro. Su gimnasio, ubicado en la céntrica calle Pajarete desde hace 34 años, no disfruta por ejemplo de grandes plazas de aparcamiento como los nuevos low cost, al contrario, ha sido uno de los perjudicados de las nuezas zonas ORA. Por eso mismo, sabiendo sus limitaciones, ha apostado desde siempre por las artes marciales como una de sus señas de identidad. Y eso sumado a su gran sala de musculación, si bien Felicísimo reconoce que su nivel de ocupación está a años luz del que tenía hace una década.

Ampliación de horarios y de días de apertura, bajada de precios y un aumento de las actividades son otras de las apuestas por estos gimnasios de siempre para poder combatir a las grandes cadenas. “Ahora abrimos los domingos por la mañana, algo que no hacíamos”, confirma Marcos Macías, de Zeus, que destaca igualmente la amplia oferta de clases que ofrecen, desde pilates a zumba, pasando por energy cycling, GAP, fitball o kick power.

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Jorge Miró

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