Los beneficiarios del Plan de Empleo Joven en Jerez que vieron acortada la duración de sus contratos debido a defectos en los procedimientos por parte de las administraciones se han manifestado en la puerta del Consistorio para reclamar los 6 meses prometidos.
Los beneficiarios del Plan de Empleo Joven en Jerez continúan luchando para completar los seis meses de trabajo que les prometieron, los cuales no han llegado a cumplirse debido a que las administraciones retrasaron la fecha de comienzo y, sin embargo, han mantenido y respetado la fecha de finalización de los contratos. Si hace unos días se reunían con la directora del SAE en la ciudad, Victoria Mármol, quien les informó sobre la imposibilidad de prorrogar los contratos, hoy ha sido el turno del gobierno municipal. Los perjudicados por la reducción del plan se han manifestado esta mañana en la puerta del Consistorio y, una vez allí, varias representantes de los 422 beneficiarios fueron llamadas a ser reunidas con la técnico del ayuntamiento, Eva Antón.
Según informaron estas representantes a lavozdelsur.es al concluir el encuentro, la alcaldesa de Jerez, Mª José García-Pelayo, no puede contratarlos -tal y como han resuelto el asunto en Algeciras- porque el equipo técnico del ejecutivo aconseja que no se realice dicho procedimiento, ya que iría en contra de la Ley General de Presupuestos del Estado, que limita la competencia para contratar del Ayuntamiento.
Lidia, de 28 años y con dos carreras a sus espaldas, explica que “cuando nos hemos referido la iniciativa llevada a cabo en Algeciras, cuyo gobierno municipal en la misma situación sí ha realizado otros contratos, la técnico respondió con un silencio. Entonces, ¿quién lo está haciendo mal?”. Según se les ha hecho saber por parte del Ayuntamiento, éste sólo contempla dos opciones: que la Junta modifique el decreto, “algo que no va a suceder”, o que estos jóvenes vuelvan a optar a futuros planes de empleo que oferte el Ayuntamiento.
Las jóvenes se han quejado de que el Ayuntamiento sí haya tenido potestad para realizar contrataciones durante el Gran Premio de Motociclismo, "a lo que han respondido que se trata de otro tipo de contratos, pero no nos han dicho mucho más”, ha informado la joven. No conformes con la respuesta del Ayuntamiento, mantendrán una reunión el próximo martes con la alcaldesa. "Seguiremos insistiendo porque lo han hecho mal en Algeciras o la alcaldesa realmente no quiere hacerlo", espeta la afectada.
Como consecuencia de la pésima gestión algunos de estos jóvenes que corren el riesgo de convertirse en una generación perdida no podrán recibir las ayudas con las que contaban antes de entrar en el plan, y tampoco percibirán otras por falta de días de trabajo. Es el caso de Tamara, de 29 años, madre de un niño de nueve. Su marido, antes trabajador de la construcción, no recibe ningún tipo de prestación y al haber sido beneficiaria del Plan de Empleo Joven, dice, ha perdido el derecho al salario social y al cheque porque ha perdido la antigüedad.
Sonia culminó sus estudios de Derecho en el 2012. A sus 27 años, antes de comenzar el programa de Empleo Joven había trabajado 45 días como teleoperadora a través de una ETT (empresa de trabajo temporal), también de azafata, e incluso ha trabajado varias temporadas en la vendimia. Todos empleos precarios y muy esporádicos. Este programa le ha dado la oportunidad de ejercer su profesión como asesora jurídica, orientando a los técnicos de la Delegación de Participación y Ciudadanía sobre las subvenciones, entre otros asuntos; y a las asociaciones, en relación al uso y convivencia de los locales. “No ha sido una gran experiencia, la mayor parte del tiempo realizaba las funciones del ordenanza”, asegura, “pero tenían mucho cuidado cuando sabían que habría inspecciones”.
Actualmente, Sonia está realizando el Curso de Experto Derecho de Extranjería impartido por la UCA y continúa entregando currículum a las empresas. “Somos jóvenes muy formados y lo único que podemos hacer es intentar seguir formándonos”. El futuro lo ve muy crudo. Es muy probable que se marche a otro país en busca de nuevas oportunidades, muy a su pesar. Según Sonia “irse al extranjero debería ser un derecho, no una obligación”.
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