El jueves por la tarde comienza a oírse en el parque González Hontoria un run-run en todas las casetas que empieza por "el sábado" y termina con "ya estoy yo en la playa". "El sábado ya estoy yo en la playa", así, unido, vaya, posiblemente con un vaya-vaya, por los +50 graciosillos, porque es verdad que a veces no se oye entero, solo la primera o la segunda parte, que la música está muy alta en las casetas o la persona que lo dice gira la cabeza o se produce, vaya usted a saber, cualquiera de esos contratiempos tan frecuentes en la Feria.
Ante esta afirmación, tan común, cabe preguntarse varias cuestiones: ¿esto es así o es postureo? Es decir... ¿es una manera de hablar, un simple deseo, a sabiendas de que antes o después el sábado volverá a pisarse el albero... o de verdad el interlocutor, agotado, está en modo hasta aquí hemos llegado? Es verdad que hay que huir de generalizaciones y que habrá de todo. A este cronista, madrileño aunque 'solo' lleva media vida (y créanme que empieza a ser mucha) viviendo en Jerez de la Fra, le sorprende un tanto que de repente, el jueves de Feria, tanta gente tenga casa en la playa. Sí, ya, puede que se esté hablando solo de ir a pasar el día, pero la rotundidad con la que suena, ese "ya estoy yo...", de alguna manera suena a disponibilidad de bienes raíces. O a ir de hotel. Además, bien pensado, ir a pasar el día a la playa no te exime de volver a Jerez a eso de la siete de la tarde, darte una buena ducha, ponerte cualquier cosa (preferiblemente fresquita) e ir al Real a rematar la faena. Eso es así.
Pero aún cabe hacer otro comentario de ese "ya estoy yo en la playa". Ese 'la playa' suena un tanto, no sé, mesetario, diría. Es indeterminado en cuanto a la localización y parece que casi un estado mental, un concepto placentero, una especie de sueño por el cansancio que producen todos estos días a los auténticos 'feriantes'. La playa... sí, claro, vamos todos a la playa, incluidos los que seguro que volvemos a darnos una vuelta por el Hontoria.
