"Estas siglas van a tener mucho que ver en el bienestar futuro de nuestro país"

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Varios cientos de personas marchan en Jerez contra los tratados TTIP y CETA, cuyas negociaciones secretas revientan las relaciones comerciales entre Europa, EEUU y Canadá en favor de las multinacionales.

Los derechos laborales de la UE se rebajarán a los existentes en Estados Unidos —sin convenios nacionales o de sector, bajas no remuneradas, personal público sin derecho a huelga…—; vía libre a la venta de transgénicos y, por ejemplo, a la carne producida de forma industrial con hormonas y potenciadores del crecimiento; contratos de servicios públicos en manos de multinacionales con una cláusula que impide rescatar la concesión; privatización encubierta de la educación pública y fin del sistema público de becas… Mientras varios cientos de personas se han manifestado en el mediodía de este sábado por medio de algunas de las calles más céntricas de Jerez —como ha sucedido en casi otras cuarenta ciudades de todo el país— contra los efectos nocivos que acarrearán los tratados TTIP y CETA, otros cientos paseaban por los márgenes. Ajenas totalmente a estos polémicos acuerdos de libre comercio transatlánticos que Bruselas y Washington negocian en secreto. Organizaciones políticas, sociales y conservacionistas, ciudadanos a título particular, gente más mayor y gente más joven, se han concentrado previamente en la Alameda Cristina para desde allí marchar al Arenal "concienciando" a los paseantes del negro futuro que se cierne sobre sus inconscientes cabezas. 

"La gente que está en la calle no tiene ni idea de qué significa todo esto", mantiene Luis Miguel Garrido, miembro del círculo ambiental de Podemos en Cádiz. Junto a él, camina el conocido abogado laboralista colombiano Hugo Gómez: "Esto significa poner todo al servicio del gran capital y las decisiones concentradas en manos de los monopolios determinados. Esto va contra la política, supedita toda la política económica a los intereses imperialistas que hacen y deshacen". La campaña estatal No al TTIP ha organizado cerca de 80 actividades en 14 comunidades autónomas entre los pasados 8 y 15 de octubre, cerrando su semana de movilizaciones con las manifestaciones de este sábado. En Jerez, epicentro de la movilización provincial, ha estado la parlamentaria andaluza de IU, Inmaculada Nieto, quien ha reclamado "un tratamiento de las personas como ciudadanos, no como meros clientes o consumidores de multinacionales, que es lo que está garantizándose a través de gobiernos oscuros que no dan participación en las relaciones futuras de la UE con países como EEUU y Canadá". Relaciones que, a su juicio, "son peligrosas, por ejemplo, para las garantías alimentarias ya fijadas en Europa, para los derechos de los trabajadores... y que nos colocan en una posición muy vulnerable".

La gente paseaba mirando escaparates bajo los gritos de "no más recortes" y escuchaba algo sobre el TIP mientras tomaba una caña en una terraza. Uno no puede en ese momento más que echar un ojo al folleto que han repartido desde Ecologistas en Acción. "¿Crees que las políticas comerciales de la Unión Europea no te afectan". El secretario general de la UGT en Cádiz, Francisco Andreu, es taxativo: "Es necesaria la concienciación de la ciudadanía, que sea consciente de lo que significan TTIP y CETA, siglas que van a tener mucho que ver en el bienestar futuro de nuestro país, tanto en derechos laborales como servicios públicos, sanidad...". Pero claro, son siglas. Y son negociaciones llevadas con sigilo. "Las organizaciones y países que están tratando de sacar esto adelante —abunda Garrido— lo están haciendo con total oscurantismo, no dejan absolutamente a ningún parlamentario de la UE que pueda tomar notas de qué es el tratado, que está bajo siete llaves, y cualquier parlamentario que quiera consultar el borrador automáticamente tiene que firmar un contrato de confidencialidad por el que no puede sacar imágenes, ni notas, ni nada. Eso escama muchísimo; cuando con tanto oscurantismo se lleva esta negociación es porque hay algo que no le conviene a la ciudadanía". Lo que no sabe la ciudadanía es que este tratado afecta a nuestro sistema sanitario, a nuestro medio ambiente, al sistema laboral, a la Seguridad Social... afecta a todo nuestro día a día. "El freno que tienen todas estas cuestiones —subraya Garrido— lo sabemos desde hace muchos años: si sales a la calle y protestas y ponemos sobre la mesa nuestra reticencia a la manera en cómo se está llevando la negociación... El consejo de ministros en funciones, por ejemplo, ha dado el visto bueno este viernes para que la UE, sin conocimiento de ningún español, pueda negociar el CETA, otro acuerdo transatlántico que se va a firmar con Canadá". A través del CETA, como un caballo de Troya, pueden operar un 80% de empresas norteamericanas en España, porque previamente entre EEUU y Canadá ya tienen su acuerdo particular.

A todo esto añade Andreu: "Van a tener un impacto importantísimo (los acuerdos de libre comercio) y hay un desconocimiento generalizado sobre ese impacto. Hay un interés en negociar a espaldas de los ciudadanos, sin transparencia, y sin que sepamos el impacto que va a tener sobre los ciudadanos y sobre pequeños empresarios, que pueden tener muchísimos problemas y que deberían de estar hoy aquí". Pero no estaban. No se veía a gente de las bodegas, las cuales no podrán impedir con el TTIP que Estados Unidos puedan seguir regando sus mesas de sherries falsos. Tampoco demasiados pequeños y medianos agricultores, que ahora tendrán que competir contra los reyes de los transgénicos. Pero tampoco demasiada clase media (o lo que quede de ella), instalada en la morfina de un país en el que en la misma semana se celebra el macrojuicio de la Gürtel, se hace fiesta nacional con enaltecimiento del bipartidismo, y sale gente a la calle para impedir otra debacle en derechos.

"Se están ocupando, y con muchísimo cuidado, de que la gente no se entere de que esto abre la puerta a sustancias que están prohibidas en Europa desde hace muchísimos años, como por ejemplo a muchos transgénicos que sí que se comercializan en Estados Unidos; esto es abrir la puerta a un retroceso en derechos y garantías para las personas como ciudadanas, trabajadoras y consumidoras, y nos coloca años atrás en una legislación que en Europa siempre ha sido vanguardia. Es un disparate", asevera Nieto. Y remacha Hugo Gómez: "Se trata de preservar derechos fundamentales. Se trata de saber si las naciones preservan su soberanía y las poblaciones tienen la capacidad y la libertad para expresar y determinar las políticas interiores y las relaciones internacionales".

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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