El chino: el idioma del presente

Linda y Silvia, en la puerta del Aula Confucio del IES Padre Luis Coloma. / MANU GARCÍA.
Linda y Silvia, en la puerta del Aula Confucio del IES Padre Luis Coloma. / MANU GARCÍA.

Xie Shiting nació en Shangrao, una ciudad de 6,5 millones de habitantes de la provincia china de Jiangxi. Allí estudió Filología Hispánica, una carrera gracias a la que ahondó en la cultura y la historia política de un país que siempre le gustó: España. Tanto que estuvo un año de intercambio, en la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, donde “mejoré mucho las habilidades auditivas” y se atrevió a hablar la lengua de Cervantes. Más difícil lo tuvo cuando recaló en Andalucía. “Me costó mucho entender el andaluz”, confiesa Xie Shiting, que aquí es Silvia, como la conocen en el IES Padre Luis Coloma, donde imparte clases de chino. “Pero cada día se me pega el acento andaluz, para integrarme”, dice entre risas. Ella es una de las tres profesoras nativas que, durante al menos tres años, permanecerán en el país enseñando su idioma a alumnos del citado instituto y de los colegios que están adscritos a este centro, como son el de Nuestra Señora de la Paz, Pío XII, Gloria Fuertes —antiguo José María Pemán— e Isabel la Católica.

José Ángel Aparicio, director del Coloma, con Silvia, Linda y José Bustillo, director de La Paz. / MANU GARCÍA.

Silvia lleva un año y medio residiendo en España, donde llegó tras acogerse al Programa Confucio, nacido en 2011, cuando la Junta de Andalucía y la Oficina Nacional de Promoción Internacional de la Lengua China, Hanban, firmaron un acuerdo marco para introducir y promocionar el chino como lengua extranjera en los centros andaluces. Cada provincia tiene un Aula Confucio, una red que se extiende hasta 32 centros educativos públicos y que llega a más de 3.400 estudiantes, alcanzando en la provincia de Cádiz su cifra más alta, ya que hay 520 alumnos que tienen incluido el chino como asignatura en el currículo escolar y otros 194 como actividad extraescolar, sumando un total de 714.

Laura, Alazne y Sandra cursan segundo de ESO en el IES Padre Luis Coloma y a las tres les encanta el chino. Llevan algunos años estudiándolo y les apasiona. Laura empezó a recibir clases en sexto de Primaria. “Está muy guay, me gustaba mucho, más que inglés”, confiesa, y apunta que ya hasta se atreve a escribir algunos caracteres. Ella ya tiene los certificados YCT1 e YCT2, que son los primeros niveles, homologados por el instituto Hanban. Alazne apunta que “el inglés es más fácil”, pero no puede decidirse por ninguno de los dos. “Me gustan mucho”. Ella, dice, tras conocer la cultura del gigante asiático e, incluso, celebrar el Año Nuevo chino en el instituto, está deseando poder visitarlo, “sobre todo la Gran Muralla”, señala. Su amiga Sandra, que viene del gimnasio del centro, como Laura, lleva desde sexto de Primaria recibiendo clases de chino. “Me encanta, porque te permite acercarte a una cultura que es muy distinta, es otra manera de vivir”, agrega. La llegada de las clases de chino fue recibida como “una fiesta”, dice, porque estudiaban con canciones y haciendo muchas actividades, “es una manera diferente de aprender”.

José Ángel Aparicio, director del Coloma, con Silvia, Linda y José Bustillo, director de La Paz. / MANU GARCÍA.

Liang Jinlian es otra de las profesoras nativas que imparte chino en el Aula Confucio de la provincia. Es natural de Pekín y lleva un año y medio estudiando español, aunque se esfuerza mucho por entender un idioma que le encanta. De hecho, no se ve en el futuro haciendo otra cosa que no sea enseñar chino a hispanohablantes. Pero de momento le queda más de un curso en el IES Coloma y los colegios adscritos. “Nos da mucha alegría ver que tantos alumnos se interesan por la lengua china”, dice quien en España es conocida como Linda, que llegó al país tras acumular más de once años de experiencia como docente de chino a extranjeros. “Quería ver España”, dice, quien junto a Silvia y a Chu Hengbo, la tercera profesora del programa, se reparten los 700 alumnos que reciben chino en la provincia.

“No es tan difícil para ellos”, dice Silvia, quien confiesa que, al principio, “costó mucho controlar a la clase”, porque “los alumnos occidentales son diferentes”, menos disciplinados, apunta. “Aquí son muy activos”, señala entre risas. Su método de trabajo distendido y ameno tiene detrás muchas horas de trabajo con sus dos compañeras, ya que cuando llegaron “los contenidos que se impartían no tenían coherencia con lo que salía en los exámenes”, explica Silvia. “No estaba organizado”, por lo que elaboraron cuadernos, uno para cada curso, y una cuartilla donde van apuntando los progresos de los alumnos, que aspiran a llegar al nivel HSK —que va del 1 al 6—, en el que ya comenzarán a expresarse de forma escrita.

“Era una oportunidad única que había que aprovechar”, dice José Ángel Aparicio, director del IES Coloma, que en 2011, cuando el instituto se adhirió al Programa Confucio, era jefe de estudios. “Detrás de esto hay un trabajo excepcional del que ahora estamos viendo los frutos”, apunta. El primer año recibieron unas 200 solicitudes, lo que desbordó todas las previsiones. Ya desde 2015, cuando la Junta y Hanban firmaron un nuevo convenio, se incluye en el currículo escolar como otra asignatura más. “Nos hemos convertido en sede examinadora de chino”, dice orgulloso Aparicio, quien cuenta que el curso anterior aprobaron el 100% de los alumnos que se presentaron. Para José Bustillo, director del CEIP Nuestra Señora de La Paz, donde también se imparte el idioma, “el chino ha venido para quedarse”, ya que “no hablamos de un método de enseñanza de una lengua tradicional, tiene un enfoque más comunicativo”.

La enseñanza de chino, además del idioma, incluye la celebración de todo tipo de actividades culturales, como el Año Nuevo, exposiciones, preparación de platos típicos, talleres de caligrafía, torneos de ajedrez o bailes tradicionales. “Estoy orgullosa de mi país y muy contenta de ver que cada día más gente se interesa por la cultura china”, dice Silvia, que posa junto a su compañera Linda en la puerta del Aula Confucio del Coloma, adornada con caracteres chinos. ¿Qué significan? “Ahí pone felicidad, pero puesto al revés es que la felicidad llega”.

Sobre el autor:

Foto Francisco Romero copia

Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

...saber más sobre el autor

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído