La llegada de un nuevo curso universitario vuelve a poner sobre la mesa las dificultades de los jóvenes para acceder a viviendas en condiciones y a precios asequibles. Mientras algunos celebran haber encontrado piso, otros siguen buscando compañeros o se quejan de la falta de calidad en buena parte de la oferta, a menos de un mes de que comience el curso académico.
Las horas delante del ordenador o del dispositivo móvil en busca de una habitación cómoda para poder pasar los siguientes nueve meses, son casi obligatorias para los jóvenes que llegan desde las afueras de la ciudad para labrar su futuro laboral.
Todos se enfrentan al mismo reto: encontrar un piso digno, bien ubicado y que se ajuste a su presupuesto. Los testimonios de Sergio, Carolina o Cristina reflejan una realidad compartida: la búsqueda es larga, a menudo frustrante y no siempre termina con resultados satisfactorios.

Camas pequeñas, armarios insuficientes y precios al alza
Sergio, estudiante de Criminología y natural de Sevilla, tiene 21 años y comienza su tercer curso. Desde junio busca compañeros para completar su vivienda en la zona de Chapín, en Jerez, dado que había dejado la antigua porque no cumplía sus comodidades.
“Lo más difícil es dar con un piso que tenga unos mínimos: armarios grandes, una cama en la que pueda dormir bien porque soy un chico bastante grande, electrodomésticos que funcionen. Parece básico, pero hay casas que ni siquiera cuentan con horno o con un aire acondicionado en condiciones, y en época de exámenes se pasa fatal”, explica a lavozdelsur.es.
Su presupuesto rondaba los 250 euros, pero ha terminado cerrando un alquiler por 260. “Creo que merece la pena pagar algo más si el piso reúne condiciones”, añade, alegando que los precios cada vez suben más y que no se puede hacer nada más que adaptarse a ello.
Lo más complicado: encontrar compañeros
Carolina, de Málaga, comparte esa sensación. Tras un mes y medio de búsqueda, encontró un piso junto al campus de Jerez: “Me sorprendió que, a diferencia de Málaga, aquí los precios son algo más asequibles”. Sin embargo, igual que le pasó a Sergio, lo más complicado es encontrar compañeros, búsqueda que sigue activa en ambos estudiantes: “Mucha gente prefiere Cádiz capital por el ambiente estudiantil y no tanto Jerez, lo que hace más difícil coincidir con otros estudiantes”.
Cristina, una sevillana de 25 años, se acaba de mudar junto a dos compañeras después de una incansable búsqueda. “Queríamos un piso con amplitud, con dos baños y buena comunicación con el aeropuerto. Tras semanas de búsqueda, cerramos uno en una urbanización privada, con salón amplio y cocina equipada. El único problema es que no incluye parking, algo fundamental para nosotras”, relata.
Más demanda, más precios y la dificultad de compartir piso
El fenómeno lo confirma Ezequiel Aguilar, fundador del tablón de anuncios más famoso en la provincia de Cádiz, el cual se puede encontrar en redes como @ucapisos. “Hace tres años en Jerez era posible encontrar habitaciones por menos de 200 euros, pero ahora la mayoría se mueve entre 250 y 300, e incluso más en algunos casos”, revela.
En la web Idealista, una de las referentes para encontrar pisos de alquiler -y donde lo encontró, por ejemplo, Cristina-, podemos observar cómo oscilan los precios. Concretamente, en los alrededores del campus de Jerez, la habitación más económica cuesta 200 euros, y va subiendo progresivamente hasta los 400 euros.

Aguilar explica que lo más habitual es que los anuncios provengan de estudiantes que ya tienen un piso elegido y buscan compañeros que, al igual que comentaban los estudiantes, es lo más difícil porque conocen a menos gente: “Muchas veces el verdadero problema no es tanto encontrar la vivienda, sino cerrar un grupo estable de inquilinos”.
Una posible futura subida de precios
Aun así, Jerez mantiene una amplia oferta, con pisos reformados en las zonas más próximas al campus. Ezequiel advierte, sin embargo, de que esa oferta podría quedarse corta en poco tiempo: “Con la apertura de un nuevo aulario y más titulaciones, van a llegar más estudiantes.
Ahora mismo hay margen, pero en cuanto aumente la demanda, veremos precios más altos y más competencia por los pisos mejor situados”. De hecho, en un estudio de Idealista, se confirma que España ha sufrido un incremento del 22% en la oferta de pisos compartidos.
Mientras tanto, los estudiantes siguen repitiendo el mismo ritual verano tras verano: comparar precios, recorrer portales, visitar viviendas y confiar en que esta vez, al menos, les toque un casero cumplidor y un piso que pueda llamarse hogar durante el curso.



