Grupos de atletas que corren, grupos de niños motivados por un animador, gente en bicicleta, equipos de fútbol entrenando… Muchos deportistas diferentes se cruzan en el Complejo Deportivo Chapín, donde los habituales se adaptan a las nuevas restricciones impuestas por la Junta de Andalucía para contener el avance de la pandemia. “Yo creo que empieza a haber más gente que habitualmente, gente que hace deporte fuera”, explica una mujer que vino para que sus hijos pudieran andar en bicicleta por Chapín. “Hay muchos más entrenadores personales con grupos, gente que viene en patines cuando hace medio año que no los veía, también hay mucha más gente en bicicleta", agrega.
Otra deportista asegura que las restricciones han cambiado su forma de hacer deporte, sobre todo, claro, desde la imposición del toque de queda. "Antes esperaba las ocho o las nueve de la tarde para hacer deporte aquí, pero el covid y el toque de queda han cambiado nuestra forma de hacer deporte. Todo tiene que hacerse antes, también comemos antes, por ejemplo. Creo que estamos cambiando un poco nuestra manera de vivir. Antes del covid, en España, ¿quién iba a hacer deporte a las tres de la tarde? Nadie", apunta.
Para otros deportistas, las nuevas medidas no han modificado sus rutinas. Un hombre que se prepara para oposiciones explica que algunos de sus colegas prefirieron dejar de hacer deporte en Chapín para evitar cualquier riesgo de contagio. “Hay gente que se ha ido por otros caminos, que entrenan por otros sitios, pero no he visto mucha diferencia por el momento", dice. Para otros corredores, se habría visto un gran cambio sobre todo si el toque de queda se hubiera implementado en verano. “El toque de queda quizás no cambia las cosas ahora porque en invierno tampoco se suele correr muy tarde por el frío, pero si fuese en verano el toque de queda, hubieran cambiado las cosas, porque con el calor no es posible de correr a las cinco de la tarde".
En cualquier caso, lo más importante para estos deportistas es poder mantener las distancias de seguridad, lo que no siempre es fácil. “Es difícil mantener las distancias aquí. Cuando estás haciendo deporte, a veces no puedes tener los dos metros de distancia que deberías tener con las restricciones del covid”, explica una mujer que corre habitualmente por la zona. “Con el poco control y la gente que hay, es un poco complicado respetar las distancias de seguridad, pero la mayoría de la gente tiene bastante conciencia”, asegura un hombre que corre por el complejo deportivo.
Para otros atletas puede ser difícil combinar todas las actividades deportivas en el mismo sitio. “Es difícil de mantener las distancias de seguridad cuando corremos. A veces hay que esquivar a la gente, hacen grupos y a lo mejor una familia que se para en la pista se queda aquí y hay que rodearla porque no se quita del sitio para correr".
Por otra parte, los atletas se enfrentan a otra dificultad durante su práctica deportiva: el uso de la mascarilla. Desde hace algunas semanas, en Andalucía es obligatorio llevar la mascarilla cuando se practica deporte, incluso en espacios abiertos cuando se pase por lugares donde haya aglomeraciones. Este concepto parece difícil de definir, así que algunos deportistas afirman que es posible correr sin la mascarilla.
Mientras un hombre entrevistado explica que puede quitarse la mascarilla para correr, otros dos atletas afirman lo contrario. “Han cambiado cosas para nosotros porque, por ejemplo, ahora tenemos que correr con mascarilla. Mucha gente no lleva la mascarilla, pero hay que llevarla y es muy difícil. Los guardias que hay por aquí vienen para comprobar que la gente la lleva". Un poco más allá, otra mujer explica lo difícil que es llevar mascarilla cuando corre. “Debido a mis problemas asmáticos no puedo hacer deporte con mascarilla".
Pero al final, los deportistas explican que no son realmente las actividades deportivas al aire libre las que se han visto afectadas por las nuevas restricciones, sino los gimnasios. De hecho, los gimnasios tienen que cerrar a las seis de la tarde, cuando solían hacerlo entre las diez y las once de la noche. “Vengo aquí tres veces a la semana mínimo, y luego también voy al gimnasio”, explica un joven mientras corre por Chapín.
“El cierre a las seis de la tarde afecta mucho mis rutinas de gimnasio. Antes podía ir a la hora que quería y ahora solo puedo ir a las horas que me quedan libres, pero tengo que estudiar también. Solía ir normalmente sobre las seis o siete de la tarde", explica un joven. Otra mujer con sus hijos cuenta que prefirió dejar de ir al gimnasio para evitar cualquier riesgo. “El deporte que hacía en el gimnasio, ahora lo hago en casa. No me da tiempo de ir, pero también es porque hay mucha gente, y hay algunos que respetan las normas, pero hay otros que no. Por eso no me arriesgo tampoco. Es más seguro y cómodo hacerlo en casa o al aire libre".
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