Una década después, finaliza la restauración del palio del Desconsuelo, un referente del arte sacro andaluz

Este año se verá en todo el esplendor con el que lo concibió Rodríguez Ojeda en 1902. En 2013 de inicio este ambicioso proyecto con la restauración de la pieza más importante, el manto.

El palio del Desconsuelo y el manto ya restaurado en la exposición del año 2021 en Los Claustros.
El palio del Desconsuelo y el manto ya restaurado en la exposición del año 2021 en Los Claustros.

La Hermandad del Desconsuelo ha dado a conocer los detalles de la culminación de los trabajos de esta sobresaliente restauración, que con los trabajos terminados del techo de palio y el exterior e interior de las caídas, llega a su fin un largo proceso que se inició con la soberbia intervención y pasado del excepcional manto en 2013. Sin duda uno de los proyectos más ambiciosos y acertados en su ejecución de los llevados a cabo en las cofradías de Jerez

Todo el conjunto fue diseñado y ejecutado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en el año 1902 para la Hermandad de la Amargura de Sevilla, considerado un hito del bordado sevillano y una pieza clave en la transición al Regionalismo de principios del siglo XX. La cofradía explica que la restauración ha supuesto además la recuperación de su estado primigenio, “tras los avatares sufridos por el paso del tiempo e intervenciones que desconfiguraron su concepción original”.

Este último trabajo ha sido ejecutado  por el taller sevillano de Charo Bernardino, bajo el asesoramiento de un equipo multidisciplinar de técnicos conservadores- restauradores e historiadores; por su parte, la recuperación del diseño original ha sido llevada a cabo por el arquitecto y diseñador Sergio Cornejo Ortiz.

Recordar que el trabajo del manto lo llevó a cabo el también bordador sevillano José Ramón Paleteiro siguiendo el mismo criterio aplicado por la hermandad en esta última intervención: el asesoramiento de un grupo multidisciplinar.

Detalle del antes y el después de la intervención en el techo de palio.
Detalle del antes y el después de la intervención en el techo de palio. 

Juan Manuel Rodríguez Ojeda y la importancia de este palio

En un amplio informe, la hermandad explica detalles para los estudiosos del arte del bordado y de la Semana Santa en general. Se afirma que el siglo XX no se entendería sin la figura del proyectista y bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda; también el primer gran vestidor reconocido y reconocible. Se puede decir que fue el intermediario entre el Romanticismo y el Regionalismo.

En cuanto a su faceta de bordador, Rodríguez Ojeda tuvo una infancia inmersa en el ambiente romántico que imperaba en la Sevilla del XIX, lo cual influyó en su personalidad humana y artística. Todos sus primeros conocimientos los aprendió en el prestigioso taller de las Hermanas Antúnez. Si bien, la principal inspiración de Ojeda fue su ciudad natal, Sevilla, la cual sabía interpretar con precisión. De esta manera supo trasladar la corriente regionalista imperante del principio del siglo XX al lenguaje del bordado, lo cual siguió estando vigente en diseños de talleres posteriores.

De su trabajo se distinguen tres etapas: la primera (1881-1900) está caracterizada por la continuación del Romanticismo. La segunda, entre 1900 y 1910, en la que se encuadra el palio del Desconsuelo, es la llamada época de plenitud del bordado regionalista. La etapa final (1917-1930) se caracteriza por la mayor concentración de bordados en toda la superficie de la prenda; un ejemplo de este período es su obra culmen, el manto de tisú de la Esperanza Macarena.

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El techo de palio del Desconsuelo fue estrenado en 1902 y el manto el 16 de abril de 1905, por la Virgen de la Amargura de la capital hispalense, adquiridos por la Hermandad del Desconsuelo en el año 1926, conservándose abundante documentación de dicho contrato de adquisición. Es el primer palio que realiza Rodríguez Ojeda con este diseño, que sirvió de guía a otros palios que se encuadran dentro de su producción.

Estos bordados guardan ciertos regustos de la estilística anterior como en el techo y en el interior de las bambalinas con bordados que mezclan los motivos vegetales con motivos geométricos tan propios del siglo XIX, lo que lo convierten en una interesante pieza de transición. Con todo ello, los historiadores que lo han estudiado -Antonio Máñez, Gabriel Ferreras o Andrés Luque entre otros- coinciden en valorarlo como precursor directo del mítico palio rojo de la Hermandad de la Macarena.

Reconstrucción del diseño del palio y proceso de restauración

El palio del Desconsuelo sufrió entre los años 1981 y 1982 una importante transformación por el taller de Guillermo Carrasquilla, quien lo pasó a nuevo soporte y alteró su diseño y concepción original, añadiéndole sus característicos “caracolillos” para aumentar la profusión del bordado. Afortunadamente han llegado hasta nuestros días la práctica totalidad de las piezas originales, haciendo posible la recuperación integral del palio, tal y como lo creó Juan Manuel Rodríguez Ojeda.

Imágenes del proceso de restauración.
Imágenes del proceso de restauración. 

Para este trabajo de recuperación del diseño original se realizó por parte del arquitecto Sergio Cornejo un primer proceso de digitalización de las piezas bordadas, reubicar cada una de las piezas bordadas, recuperar los grosores originales, completar las faltas existentes y reconstruir los ejes y vacíos tan característicos en la obra de Rodríguez Ojeda de esta primera etapa.

El taller de Charo Bernardino fue el elegido por la Hermandad para restaurar esta histórica pieza de bordado, “el cual le ha sabido devolver al palio el esplendor perdido”. Por parte del taller, y bajo la supervisión de la Comisión de seguimiento, integrada por Lourdes Fernández, técnico conservadora- restauradora del IAPH, los historiadores del arte Gabriel Ferreras Romero y Antonio Máñez Manaute así como por el hermano mayor, se ha procedido a la limpieza y restauración de cada una de las piezas de bordado originales, afianzamiento de las mismas e integración puntual de hilos.

La restauración ha recuperado la totalidad de las piezas originales, no siendo significativo el número de aquéllas que, bien porque no han llegado hasta nuestros días, o porque su estado no lo permitían, se han tenido que reproducir por el taller, utilizando en este caso las mismas técnicas y grosores de hilos originales.

Como ejemplo de esto último, se desvela que las piezas bordadas de las bambalinas laterales exteriores habían sido cortadas para abrir los ojales por donde se introducen las pletinas de sujeción del techo de palio a los varales. Dichas piezas han sido reconstruidas por el taller, recuperándose el estado original de las mismas; de igual manera, gracias a la reconstrucción del diseño llevado a cabo, se ha ajustado la estructura del palio para que no afecten a los bordados de las bambalinas. Otro ejemplo lo podemos observar en la corona del escudo central del techo de palio, la cual ha recuperado dos hojas de apio del canasto que habían sido suprimidas.

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Todas las piezas se han colocado sobre un nuevo soporte de terciopelo azul de seda de gran calidad, adquirido por la hermandad para la restauración del manto de salida. Se han reproducido los borlones y flecos de borlas de las bambalinas, siguiendo el mismo diseño que el original.

En lo que respecta a los escudos de las bambalinas frontal y trasera, se ha recuperado el isabelino original en el óvalo derecho del frontal, mientras que en el izquierdo se representa el ángel con la custodia del escudo corporativo. En la bambalina trasera se mantiene el escudo de Jerez y el mismo ángel que en la delantera. Por último, se ha realizado un nuevo bastidor y cresterías en madera por Enrique Gonzálvez, que ha corregido algunas deformaciones que sufría la estructura anterior.

En consecuencia, la evaluación final de la hermandad es excepcional: “Esta Semana Santa de 2023 tendremos la posibilidad de contemplar de nuevo la impronta original de esta extraordinaria pieza del bordado sevillano, tal y como salió en el año 1902 del taller de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, para seguir siendo un referente del arte sacro del pasado siglo”.

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

Periodista.

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