Calles junto al Real de la Feria de Jerez, territorio sin ley: drogas, orines, aparcamientos imposibles...

El incivismo empaña la Feria de Jerez: drogas, molestias y falta de respeto

Jóvenes haciendo sus necesidades entre los coches aparcados en la zona de la calle González Gordon, con la portada de la Feria al lado.
22 de mayo de 2025 a las 10:37h

Las calles aledañas al Real del González Hontoria, donde estos días se celebra la Feria del Caballo, se vuelven a convertir un año más en territorio sin ley. Las vías de Jerez más próximas al parque donde se desata la euforia y la diversión esta semana vuelven a convertirse en zonas hostiles, malas para transitar, residir o dejar el coche sin riesgo a una sorpresa desagradable. Drogas, aparcamientos imposibles, gorrillas amenazantes, y ríos de orines...

Junto a la portada de la Avenida Álvaro Domecq, la entrada principal de la Feria de Jerez, la calle González Gordon es una zona de estacionamiento reservado, pero también un auténtico meadero a demasiadas horas del día. Cuando cae la tarde, cada hueco entre coches aparcados se convierte en un enorme váter público, donde además no hay pudor a la hora de hacer las necesidades de puertas abiertas. Sin prisa, contestando al móvil mientras con dificultades se aguanta de cuclillas ante la mirada atónita de los viandantes.

'Váteres' entre coches aparcados

Los ríos de orines no solo dan mal olor, sino que llegan a las puertas de los coches. La imagen es lamentable. Y aquí parece que el Ayuntamiento poco puede hacer. Hay 174 casetas con WC y numerosos váteres públicos por todo el recinto, pero parece que el incivismo campa por sus respetos y va a más.

Lo peor llega cuando regresas al coche y no son ni las diez de la noche y hay un par de energúmenos esnifando con aquello plantado sobre el capó de tu vehículo. No damos crédito ante la escena todavía con luz natural. El que suscribe no habla de oídas, pues tuvo que espantarles cual moscardones, ya que, entre otras cosas, era una imagen aún más lamentable y evitable a toda costa paseando de vuelta a casa con niños pequeños. Y son muchos los que transitan por esta zona: la calle González Gordon, que desemboca directamente casi en el Paseo de las Palmeras.

El propietario de este Audi pensó que lo mejor para pasar una buena Feria de Jerez era amargando a la familia que tenía su coche aparcado allí.

Aparcamientos imposibles junto a la Feria

Otras zonas junto a Jerez 74 o la calle Roma, en la Hijuela del Polo, son también territorios sin ley durante la Feria del Caballo. Allí aparcar puede convertirse en un deporte de riesgo, por ejemplo. Solo hay que ver la imagen de cómo una familia quedó con las puertas de su coche totalmente bloqueadas por un incívico que decidió que tenía que pegar al milímetro su coche, pese a tener espacio de sobra en la puerta del conductor.

Por no hablar de lo mal que lo están pasando estos días los vecinos del Paseo de la Rosaleda, desesperados absolutamente por los decibelios a todo trapo en las casetas discoteca que se agolpan junto a viviendas. Una cosa es el lujo de vivir junto a la Feria y otra no pegar ojo toda la semana hasta las 5 de la mañana por unos volúmenes desorbitados.

Tras una jornada de Feria, muchas veces lo peor viene al abandonar el Real. O cuando simbólicamente echan el cerrojo al González Hontoria. Y no siempre ocurre a la mañana siguiente por la resaca. El incivismo, la nula consideración hacia los demás, las molestias insoportables... son cuestiones que van a más en la Feria de Jerez, mucho más graves que si el alumbrado brilla más o menos. Hay muchos que no pueden entender eso de divertirse atendiendo a la máxima de Rousseau: la libertad de uno acaba donde empieza la del otro. Falta mucha conciencia cívica y mucha educación.

Sobre el autor

Paco Sánchez Múgica

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